En 2009 murieron 7 mil personas por el contacto directo con partículas de carbón negro. Por la lucha contra el narco fueron 7 mil 724. Pero las cifras no incluyen las muertes por las carboeléctricas que operan en el país y que emiten al ambiente 30% del dióxido de carbono (CO2).
Datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental advierten que las partículas que genera el carbón están relacionadas con enfermedades del corazón, del aparato respiratorio y un número no determinado de cánceres en los pulmones”.
El Universal publicó ayer que México está apostando a la generación de electricidad mediante ese combustible considerado tóxico dentro del sector energético.
La investigadora Sandra Guzmán consideró que México podría evitar el daño al aire y a la salud de sus ciudadanos, ya que tiene grandes posibilidades para utilizar fuentes de energía renovables. “Si se aprovechara el recurso del viento y la energía solar podríamos cubrir la demanda de energía del país. Lo que hace falta es incentivo económico”, afirmó.
Ayer el enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático, Todd Stern, dijo que México debe reducir el uso del carbón.
Señaló que México utiliza tanto carbón como Estados Unidos y China, por lo que urgió a los tres países a ser más eficientes en energía.
Aceptó que el carbón es un combustible “que queremos dejar de utilizar de manera transicional”. Aunque, agregó, no es algo que pueda desaparecer “de la noche a la mañana”.
Al año mueren 7 mil por contacto con CO2
En México, mueren 7 mil personas cada año por contacto directo con partículas negras de carbón negro. Sin embargo no existen cifras sobre cuántas muertes ocasionan las carboeléctricas que operan en el país y que emiten al ambiente dióxido de carbono (CO2).
Para Sandra Guzmán, colaboradora del Programa de Aire y Energía del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, estas emisiones afectan directamente los pulmones de las personas. “Es importante que se considere que el carbón tiene impactos directos e indirectos en la salud, porque las partículas que se generan están relacionadas con enfermedades del corazón, del aparato respiratorio y un número no determinado de cánceres en los pulmones”.
Daños, también en el ambiente
Asegura que las consecuencias indirectas de estas emisiones de dióxido de carbono contribuyen al cambio climático, pues provoca que en una zona tradicionalmente seca, llueva y con ello se origine dengue, malaria u otras enfermedades. Además de otras alteraciones al clima que terminan repercutiendo en la salud de la gente. “Al modificar la atmósfera hay una consecuencia en todo el aire que respiramos”, dice.
El carbón, asegura la investigadora, es producto de una combustión que, al quemarlo se liberan partículas que se mezclan con otro tipo de contaminantes dañinos para el aparato respiratorio.
“Daños que México podría evitar, pues es un país que tiene grandes posibilidades para generar fuentes de energía renovables. De hecho, tan sólo aprovechando el recurso del viento y la energía solar podríamos cubrir la demanda de energía del país”, afirma.
Dice que lo que hace falta son incentivos económicos para que el país invierta en tecnología y mano calificada para transitar hacia energías renovables. México se ha comprometido a reducir 30% su emisión de partículas contaminantes e “incrementar la demanda de carbón, de 10 millones de toneladas a 25 millones en 2024 con un aumento de 137%, es contradictorio a sus compromisos.
“Como sede de la Convención marco de Naciones Unidas para Cambio Climático, México tendría que dar un buen ejemplo al mundo y ser parte de los países que ya transitan hacia la generación de energías renovables”, expresa la investigadora Sandra Guzmán.
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