En México la figura de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, suele ser polémica. Sin embargo, este empresario ha logrado mejorar su reputación en los últimos años. Tan solo en este 2014 ha recibido ya tres reconocimientos relacionados con su labor filantrópica y empresarial: el Premio Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de Información, el premio Humanitario Starlite Gala 2014 y el Trofeo Merco 2014 al Empresario con Mejor Reputación en México.
Según menciona Fernando Berrenechea, director de consultoría de Interbrand, en declaraciones para la edición de agosto de la revista Expansión, las inversiones ligadas a la cultura que ha hecho Slim (como el Museo Soumaya, el Acuario Imbursa y el Teatro Telcel, todos en la ciudad de México), son un reflejo del interés del empresario por mejorar su imagen ante la sociedad, que parecen haber tenido un buen resultado.
Pero estas no son las únicas acciones relacionadas con la responsabilidad que ha realizado Slim. Todas sus empresas tienen programas de RSE, la mayoría enfocadas en apoyar la educación y el impulso a las TIC. Según datos de Expansión, por ejemplo, son más de 281 mil estudiantes los que han sido becados por medio de Fundación Telmex desde 1996, y esta misma Fundación también ha «conectado» aulas de escasos recursos y entrenado a profesores.
La Fundación Carlos Slim, creada en 1986 como Asociación Carso A.C, tiene el objetivo de financiar proyectos relacionados con educación, la salud, la justicia y el desarrollo personal y colectivo en México, y tiene alianzas con instituciones como Coursera, una red de universidades y Khan Academym que ofrece clases de matemáticas y computación en línea.
Es imposible dejar de comparar a Slim con Bill Gates, quien también fue el hombre más rico del mundo. Gates dejó hace unos años de dirigir a Microsoft para concentrarse en el trabajo de la Fundación Bill & Melinda Gates, la cual tiene alcance internacional y es considerada la fundación con más recursos económicos del mundo. Además, creó junto con Warren Buffet la «Promesa de dar», que invita a las familias y personas más ricas a comprometerse a donar la mayor parte de su fortuna con fines filantrópicos. Ya son más de 40 los millonarios que se han unido, pero Carlos Slim no es uno de ellos.
En una entrevista en 2011, el mexicano explicó que no cree que esta sea la mejor solución por varias razones, entre ellas, que la donación sería deducible de impuestos y por lo tanto no aportaría al gobierno. Además, cree que los ejecutivos deberían continuar dirigiendo sus compañías y creando empleos, lo cual podría ser más beneficioso. Sin embargo, la Promesa no requiere de donaciones inmediatas en efectivo, sino de un compromiso moral, que puede cumplirse también por medio de acciones de la empresa.
La visión de Slim sobre la filantropía y la responsabilidad está alejada de la tradición norteamericana, y sus fundaciones todavía no tienen el alcance internacional que tiene la Fundación Bill & Melinda Gates, pero eso no significa que no haya llevado a cabo proyectos beneficiosos para la comunidad. A continuación, algunos de ellos:
