Un informe de la ONU en seis países revela que la mayoría lo justifica por sus «derechos sexuales»
Casi un cuarto de los hombres de Asia admite haber cometido al menos una violación, según un informe de Naciones Unidas sobre violencia contra las mujeres. Según recoge la británica BBC, la violación es común entre las parejas, aunque el 10% de los hombres reconoce haber violado a una mujer con la que no mantenía vínculo sentimental. La mitad de los que admiten el delito confiesan haberlo hecho más de una vez. Y el 75% defiende que fueron sus “derechos sexuales” lo que le llevaron a hacerlo. El estudio, que es el primero que se hace para examinar la violencia generalizada contra la mujer, contó con el testimonio de 10.000 hombres de seis países.
Emma Fulu, una de las autoras del informe, ha asegurado que los hombres creían que tenían derecho a mantener relaciones sexuales con la mujer independientemente de si esta daba o no su consentimiento. Según ha explicado, también es común que los hombres violen como una forma de “entretenimiento”. “Ya sea por diversión o porque están aburridos”, ha expresado la autora. Las agresiones también se emplean como forma de castigo y el motivo menos frecuente “de forma sorprendente”, según Fulu, fue el alcohol.
Los autores, cuyo estudio ha sido publicado parcialmente en la revista The Lancet Global Health , subrayan que los datos no representan a toda la región de Asia y Pacífico, ya que el número de testimonios no es suficiente para hacer una extrapolación proporcional.
En Papúa Nueva Guinea —el país de cinco millones de habitantes que se asienta sobre la isla de Nueva Guinea, al este de Indonesia—, el 60% de los hombres asegura que ha obligado a una mujer a mantener relaciones sexuales. Mientras, en las zonas urbanas de Bangladesh y la isla de Sri Lanka, este porcentaje baja hasta el 10%. En Camboya, China e Indonesia, son alrededor del 20% de los hombres los que admiten haber cometido el delito.
Los datos revelaron que quienes habían sufrido agresiones o abusos cuando eran pequeños presentaban una mayor tendencia a cometer violación. La profesora Rachel Jewkes, que dirigió la investigación en Papúa Nueva Guinea, dijo que la zona en la que se hizo el estudio ─ Bougainville, la mayor de las islas del archipiélago de Salomón─ tenía una historia particularmente turbulenta con un conflicto civil “extraordinariamente destructivo” que se extiende desde finales de 1980 hasta 2005. «Es un área en la que el conflicto no ha sido totalmente resuelto», ha asegurado.
Fuente: El País.