La generación X y mayores, tal vez recuerden haber acompañado a sus padres al mercado y recibir las compras en cucuruchos de papel periódico que iban metiendo en bolsas de rafia.
Bien, han pasado tal vez 40 o 50 años de eso, y hace unos días, lo creas o no, el tuit del gobierno de la CDMX fue un tutorial para hacer… ¡un cucurucho de papel para que puedas meter el mandado!
Es correcto, aunque cueste creerlo. Como puede leerse en Excelsior, ante la consigna de proteger el medio ambiente, los capitalinos regresan al uso del papel, los costales, las cestillas y las canastas.
Es como retroceder décadas en el tiempo.
Cualquiera hubiera pensado que el gobierno y la IP habrían trabajado en buscar innovaciones para resolver la ausencia de bolsas de un solo uso. Cualquiera en un país desarrollado hubiera pensado que se tendría una respuesta de cara al futuro y acorde a las tecnologías actuales.
La realidad es que no. No hay nada. Salvo ese tutorial de vanguardia sobre cómo hacer un cucurucho.
La prohibición
La prohibición del uso de bolsas de plástico lanzada en Ciudad de México ha recreado escenas que parecen sacadas de un viaje al pasado, mientras los fabricantes locales de estos empaques temen que la industria termine siendo obsoleta.
El gobierno capitalino prohibió las bolsas de plástico tratando de seguir los esfuerzos mundiales de la lucha contra los plásticos, sin embargo, la medida, mal pensada y ejecutada, desató protestas por parte de consumidores y también de quienes las fabrican.
El plástico como otros residuos que dañan el planeta terminan en las barrancas de la ciudad, terminan en los bosques de la ciudad, (…) en los espacios públicos de la ciudad, y nadie los recoge
Andrée Lilian Guigue, supervisora, Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México.
La regulación, que entró en vigencia el 1 de enero, prohíbe la venta o distribución de las bolsas de plástico a comercios minoristas, desde las tiendas de autoservicio hasta los abarrotes que venden refrescos y cigarrillos.
La asociación mexicana de la industria del plástico, Anipac, señala que los aproximadamente 20 millones de personas que viven en la capital mexicana y su zona metropolitana usan alrededor de 68 mil toneladas de bolsas por año.
Las multas para los infractores de las nuevas disposiciones de la ley capitalina de residuos sólidos que limita el uso de bolsas de plástico podrían oscilar entre 42 mil pesos y 170 mil pesos.
Gabriel Sánchez, que vende frutas y verduras en un mercado capitalino, dijo que la prohibición le recuerda a una época previa a que el plástico se volviera barato y dominante.
Era pura bolsa de papel en los años 60 y principios de los 70 (…) Y ya vamos a regresar otra vez al papel, los costales, a las cestillas, las canastas…
Compañías como la unidad de Walmart en México, la panificadora Bimbo y el conglomerado Femsa acordaron con la ciudad ofrecer bolsas reutilizables de forma gratuita este mes, así como explorar formas de reducir los envases plásticos, pero…
La Secretaría de de Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México advirtió que las bolsas de plástico biodegradables, compostables o recicladas tampoco estarán permitidas en la capital porque no hay regulación para su distribución y comercialización.
De modo que la realidad es que las bolsas están prohibidas como el licor en la Ley Seca de EE. UU. en los años 20.
Los productores de plástico insisten en que el plan costará empleos y ganancias en una industria que ya está luchando por adaptarse a un mosaico de reformas en todo el país, mientras presionan a los legisladores para que promulguen una ley federal que estandarice las reglas y permita bolsas reutilizables y más gruesas.
La solución sería, más que prohibir, regular las bolsas», dijo Aldimir Torres, presidente de Anipac, que contabiliza al menos 141 compañías dedicadas a fabricar bolsas y películas de plástico, las cuales generan unos 8 mil 270 empleos.
A nivel nacional, la industria del plástico genera alrededor de 30 mil millones de dólares al año, pero se redujo al menos un 1.2% en 2019, en parte debido a las nuevas prohibiciones de plástico en varios estados y municipios de México, según la Anipac.
El gobierno capitalino cree que la solución podría ser bolsas compostables, hechas de un material delgado que se descomponga fácilmente en plantas industriales especiales.
Pero José del Cueto, portavoz de Inboplast, una asociación de empresas que fabrican bolsas que describen como más sostenibles, dijo que hacer ese tipo específico de bolsas requeriría costosos materiales importados de Europa o China.
El sector está abogando por un modelo similar al usado en California, que prohibió las bolsas de plástico en 2014, pero permite bolsas de plástico gruesas que se pueden usar varias veces e incorporan cierto porcentaje de material reciclado.
La realidad es que, una vez más, la CDMX y el país, demuestra improvisación ante una problemática social y ambiental. Así que por hoy, hagan un cucurucho y metan… el mandado.
Me parece inadecuado que critiquen de esta manera la medida, que a pesar de estar mal planeada y sin estrategia de fondo, sigue siendo positiva para el medio ambiente.
Las empresas de plástico tendrían que haber previsto esto, ya que hace años se venía hablando de una regulación, y su tarea era haber desarrollado productos aptos.
En cuanto a nosotros como sociedad, no teníamos otra opción. La gente que DE VERDAD quiere un cambio desde hace tiempo que llevaban sus propias bolsas, y en cambio la gente que sigue sin comprender la dimensión del problema, iba a seguir pidiendo de ‘una bolsita’ aún comprará un mini artículo que perfectamente venía protegido y podía caber dentro de su bolso.
Estoy completamente de acuerdo con el comentario de la señorita Vassio. La industria mexicana en lo general es especialista en el green wash y la industria del plastico no es la excepcion a pesar de que sus productos son de alta gama en terminos de contaminacion habian estado dormido en sus laureles. Como dice la señorita Vassio, existe una enorme irresponsabilidad, por la compra de un chicle o algo menos te dan una bolsa. Talvez con una campaña insitu, es decir en los comercios como Oxxo, en donde la cajera o cajero de forma eespetuosa preguntara al cliente sobre la necesidad de la bolsa o anuncios apremiando a la gente a no usarlas, sin embargo no ha habido ni una cosa ni la otra por parte de la industria o de los comercios, asi que las medidas draconianas en un tema tan sensible desde el punto de vista ambiental cobraron vida ante la dolosa omision de nuestros irresponsables empresarios, muchos de ellos se llenan la boca con la distincion de ESR cuando en los hechos no resisten la mas elemental prueba o metrica, tal y como aquí lo he leído. Con un abrazo . Desde Culiacan Sinaloa, Ricardo Espinosa de los Monteros Zazueta.