El dióxido de carbono se encuentra presente alrededor del mundo; lamentablemente éste va en aumento día con día, causando daños a la capa de ozono y a nuestros ecosistemas.
El cambio climático puede ser irreversible, de ahí que sea una de los objetivos de la cumbre de París. El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero y sus emisiones están por arriba de lo planeado.
Por ello, la ciencia chilena propuso convertir el dióxido de carbono en combustible para evitar emitir el CO2 en la naturaleza.
Ellos desarrollaron un aparato que recicla el dióxido de carbono. Con dicho dispositivo, entra por un lado el CO2, mientras se encuentra dentro del dispositivo se produce una mezcla que ayuda a que se convierta en energía y ella salga del otro lado del dispositivo.
Este sistema ha sido probado y verificado, además ha tenido éxito puesto que la técnica produce cinco veces más energía que otros prototipos en el mundo.
De acuerdo con Francisco Gracia, Académico de Ingeniería Química de la Universidad de Chile dijo en entrevista con el sitio 24 horas de Colombia, «la idea es darle valor al CO2, es importante terminar con la concepción de que se trata de un agente contaminante y ahora se debe tomar como materia prima para un posible combustible que genera energía».
La ciencia chilena propuso convertir el dióxido de carbono en combustible para evitar emitir el CO2 en la naturaleza.
Se trata de un combustible no fósil, el cual es un desarrollo con potencial que ya ha sido publicado en una revista estadounidense.
Para Carlos Navas, investigador de Doctorado en la Universidad de Chile, «éste es un aporte muy grande en el cambio climático que se podía generar desde Chile, desde Latinoamérica».
La idea principal es desarrollar convertidores catalíticos para las chimeneas industriales, para los edificios y quizás para los autos, electricidad y calor que se reutiliza y lo mejor es que el dióxido de carbono no termina en la atmósfera.
Se trata de un proyecto que podría ayudar al planeta al reducir las emisiones de CO2 hacia la capa de ozono.
Esta iniciativa bien puede ayudar a nuestro planeta para evitar que el CO2 siga destruyendo nuestros ecosistemas, sin embargo, es necesario que no sólo Chile sea el país que ponga acción a sus planes, es importante que otras naciones tomen en cuenta cuál es el beneficio de este dispositivo en ese lugar y si es posible se implemente también en varias partes del mundo.
Cabe señalar que en 2017 se cerró con una concentración de CO2 en la atmósfera de 405 partes por millón, lo que supone un 43% más respecto a niveles preindustriales. Se supone que con las iniciativas para eliminar el dióxido de carbono en la atmósfera y en las emisiones, 2018 tendría que lanzar un número diferente. Sin embargo, será hasta el 2019 que sepamos dicha información.