La concesión del premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo ha desatado una reaccion mundial sin precedente.
Por un lado, China ha protestado enérgicamente ante el hecho, y por el otro, se ha encendido un clamor global pidiendo su liberacion.
El mismo Barack Obama y el líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, quienes ya se han hecho acreedores a la distincion, han felicitado a Liu y pedido su liberación.
Beijing ha criticado la decisión, calificando la designación como una «blasfemia» y hasta advirtió de una fractura internacional entre China y Noruega.
Liu recibe el premio, de acuerdo con el comité «por su largo trabajo no violento a favor de los Derechos Humanos en China.»
El caso es que una vez mas, el mundo ha expuesto la mano dura China contra quienes no se alinean a su regimen, solo que en esta ocasion no se trata de un señalamiento aislado, sino del Premio Nobel y por tanto, el peso de la comunidad mundial esta devorando a los chinos, aun con sus airadas propuestas; situación similar a la ocurrida con las Olimpiadas de Beijing.
Habrá que seguir muy de cerca este episodio…