Hoy en día, la sociedad se ha vuelto más consciente de su impacto en el medio ambiente, por ello, al momento de elegir un producto o servicio prefieren aquellos que sean más responsables con el planeta. De acuerdo con el Índice de Sostenibilidad de Negocios de GreenPrint, 64% de los consumidores de la generación X (nacidos entre 1965 y 1979) comprarían un producto de una marca sostenible, aunque el precio sea mayor. En el caso de los millenials (nacidos entre 1980 y 1994), el 75% prefiere los productos sostenibles.
Ante este contexto, en el que la sostenibilidad es un factor clave para la toma de decisión del consumidor, las compañías buscan impulsar una imagen de responsabilidad social y ambiental en sus prácticas, políticas y productos. Sin embargo, en muchas ocasiones, algunas empresas comunican prácticas ambientales que solo realizan por una fecha determinada o productos sostenibles que no cumplen con los estándares para llamarse así, a esto se le conoce como greenwashing o lavado verde.
El greenwashing es una estrategia de mercadotecnia que las organizaciones utilizan para ofrecer una imagen de sostenibilidad que no tienen, esto con la finalidad de incrementar sus ventas y fidelizar a sus consumidores. Según datos de la encuesta anónima de Harris Poll para Google Cloud, en la que entrevistaron a más de mil 500 CEO´s y líderes de empresas, el 58% aceptó que en sus compañías se practica. Por otro lado, dos tercios de los directivos mostraron interés en la sostenibilidad, pero mencionan no saber cómo hacerlo.
El greenwashing no solo afecta al medio ambiente, sino que genera impactos negativos en las empresas y desconfianza en los consumidores. Por ello, es importante que las organizaciones aprendan a detectarlo. Sistema B comparte cinco formas para evitar que tu marca caiga en esta práctica:
1.- Conocer el impacto de la empresa. Para entender si las prácticas sostenibles están respaldadas por acciones concretas o solo es greenwashing, las empresas necesitan conocer el impacto ambiental que tienen, para así, establecer planes a corto y mediano plazo que respalden su compromiso sustentable.
La Evaluación de Impacto B es una herramienta digital sin costo, diseñada para ayudar a las empresas a medir y gestionar su impacto positivo en relación con sus colaboradores, comunidad, consumidores y el medio ambiente. Actualmente, es utilizada por 195 mil empresas a nivel global y por más de 5 mil compañías en México, y es el primer paso hacia la Certificación Empresa B, que avala a las compañías que asumen un compromiso real de mejora continua y ponen su propósito empresarial socioambiental en el centro de su modelo de negocio.
2.- Actuar bajo una estrategia de sostenibilidad. Contar con una estrategia de sostenibilidad es primordial para tomar decisiones asertivas con el impacto social y ambiental de la empresa. Incorpora de forma activa los propósitos sustentables a los objetivos de negocio de la organización, esto proporcionará autenticidad a las acciones medioambientales que la empresa podrá comunicar.
3.- Involucrar a todos los integrantes de la empresa. Capacitar y educar en temas sociales y medioambientales a colaboradores, directivos y proveedores es clave para que la estrategia de sostenibilidad tenga un mayor impacto, interna y externamente.
4.- Transparencia y rendición de cuentas. Las empresas deben proporcionar informes de sostenibilidad que permitan a los consumidores y al público en general acceder a detalles sobre las prácticas corporativas, productos y progreso en las metas medioambientales y sociales. Es importante comprender que la honestidad y transparencia es clave para fidelizar a los clientes.
5.- Establecer objetivos realistas. Las compañías deben contar con metas de sostenibilidad medibles, para ello, es necesario establecerlas con base en el contexto y la capacidad de lograrlas. Para ello, será necesario definir el propósito y público de la marca, esto ayudará a saber qué es lo que quieres que el público conozca de ti y cómo ofrecer un producto que cumpla sus expectativas.
«El greenwashing es una práctica que las empresas deben evitar a toda costa, principalmente por la falta de ética y la frágil preocupación que demuestran por el medio ambiente y la sociedad. Es importante que la conciencia ambiental de las organizaciones vaya más allá de responder a una necesidad de consumo, sino que centre la sostenibilidad en los valores fundamentales de la marca», comenta Javier Herrero, director ejecutivo de Sistema B México.