¿Qué tan enterado estás acerca de la realidad de las prisiones en México? Sabías que somos el sexto país en el mundo con mayor número de población penitenciaria, con un total de 247 mil internos a inicios de 2016: 94.67 por ciento hombres y 5.33 por ciento mujeres; o que hay 377 niños menores de 7 años viviendo en las cárceles con sus mamás desde que nacieron, y que no son reconocidos como población vulnerable por la ley.
¿Qué es lo que pasa al interior con todos los internos, incluidos niños y bebés, o con los 102,253 presos reportados el año anterior por la Comisión Nacional de Seguridad, que carecen de una sentencia que determine su culpabilidad o inocencia?
El sistema de justicia penal en nuestro país no es precisamente el más eficiente, muestra de ello es el más reciente caso mediático de las tres mujeres indígenas que, siendo inocentes, pasaron más de tres años en prisión, y otros casos de falsas acusaciones y condenas injustas que demuestran que todos estamos expuestos a ser privados de nuestra libertad si tenemos la “mala suerte” de estar en el lugar o momento incorrectos.
No obstante, sin el afán de hablar acerca de la inocencia o culpabilidad de los internos, no hay que olvidar que las personas que se encuentran en la cárcel no dejan de ser seres humanos y, por lo tanto, de tener derechos, necesidades e incluso sueños, como tú o como yo. Entonces, ¿por qué no voltear a ver a este sector como parte de nuestras acciones filantrópicas o iniciativas sociales empresariales?
La prisión como causa de RSE
Tener iniciativas o acciones de apoyo en los penales para tratar de dar solución a problemáticas internas puede ser una excelente estrategia de responsabilidad social empresarial (RSE). Cinépolis es una de las empresas que ha combinado esta causa con uno de sus programas sociales, el cual incluye jornadas de voluntariado y está logrando excelente resultados.
Se trata de Ruta Cinépolis, el programa de Fundación Cinépolis que busca llevar mensajes sociales y de concientización a comunidades vulnerables a través del cine, ¿cómo? Por medio de una pantalla móvil e inflable que mide 14 metros de ancho por 10 de alto.
Recientemente, Ruta Cinépolis decidió llevar la experiencia de cine, con 6 funciones al aire libre a los penales de Tetepan, Cebaretsi, Centro de readaptación femenil y Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, Centro de Readaptación Social Varonil de Santa Martha Acatitla y Reclusorio Sur.
“Sabemos que este es un grupo que está receloso y con enojo hacia la sociedad, porque al final del día viven recluidos. Lo que quisimos hacer fue recordar a estas personas que la sociedad los espera reformados; buscamos darles esa esperanza y formar ese camino”, afirmó en entrevista Amerigo Incalcaterra, coordinador del programa Ruta Cinépolis.
Se llevó a cada uno de los penales una función comercial con mensajes positivos para transmitir valores específicos, dependiendo de la problemática de cada lugar, acompañadas de pláticas que reforzaban dichos valores.
Por ejemplo, el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla, es la prisión con mayor número de infantes, albergando a 120 niños menores de 6 años. Algunos casos de embarazo se dan porque las mujeres buscan tener un mejor acomodo dentro del penal; ante dicha problemática, Fundación Cinépolis abordó mensajes acerca de la importancia de traer un niño al mundo y el valor de la maternidad, con una película divertida que además logra romper con su rutina y les permite pasar un momento agradable de convivencia.
“Con estas acciones lo que nosotros buscamos es dar un rayo de esperanza, donde ellos puedan ver que hay algo mejor saliendo, para que a su vez no generen una reincidencia en crímenes. Sabemos que no cambiamos realidades, pero podemos ser el motor para generar un cambio”, complementó.
La importancia de las alianzas
Una de las claves del éxito del programa social Ruta Cinépolis es la alianza que la Fundación hace con otras organizaciones, de esta manera garantizan el éxito de cada jornada y logran tener un mayor alcance.
En esta ocasión la alianza se realizó con la dirección del sistema penitenciario, Fundación Chrysler y Fundación Telefónica. Cada fundación, además de apoyar a la causa, tuvo la oportunidad de llevar de 15 a 20 voluntarios para que pudieran vivir una experiencia diferente y tomar conciencia acerca de la situación en las prisiones.
El mayor reto
De acuerdo con el coordinador del programa uno de los principales retos fue con los voluntarios, ya que no están acostumbrados a este tipo de actividades y no sabían qué esperar; sin embargo, al final todos coincidieron en que fue una nueva experiencia que los enriqueció y sensibilizó.
“Creemos en los derechos humanos, ellos son personas que ya están pagando por sus delitos. Nosotros, como empresa socialmente responsable, queremos llevar este beneficio a estas personas, para darles un poco de esperanza”.
Este año, Ruta Cinépolis pretende llegar a muchos más lugares e impactar a diversos sectores vulnerables de la población, entre ellos migrantes, y hace un llamado a todas aquellas empresas y organizaciones que busquen sumarse a la causa y transformar comunidades a través del cine.