«Es evidente que la fama no lo es todo», esta es la línea con la que Alan Rickman cierra su primera participación dentro de la película Harry Potter y la piedra filosofal y constituye un momento clave de la percepción que una gran cantidad de aficionados a la saga tendrían sobre su personaje durante los próximos años.
Sin embargo, tras el fallecimiento de Snape en Harry Potter y las reliquias de la muerte, J.K Rowling finalmente decidió reivindicar su imagen y centrarse, no en aquello que en entregas anteriores lo había hecho tan famoso, sino en las acciones que, si bien fueron menos populares, pusieron de manifiesto la bondad y los más profundos sentimientos del profesor de pociones.
Ahora, tras la noticia de la muerte del actor Alan Rickman la mañana de este 14 de enero, medios de comunicación y redes sociales han comenzado a realizar numerosos homenajes a su trayectoria artística, misma que comenzó en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Arts y más tarde en la la Royal Shakespeare Company, y que lo llevó a interpretar papeles como el sheriff de Nottingham en Robin Hood: príncipe de los ladrones, el malvado juez Turpin de Sweeney Todd, Severus Snape en Harry Potter entre otros igualmente trascendentes.
Las personas crean su percepción de los actores con base en los papeles que interpretaron, por lo que a muchos podría sorprenderles que, contrario a los severos (y francamente aterradores) personajes que encarnó, Alan fue extremadamente amable, generoso, autocrítico y divertido.» – Daniel Radcliffe
Así que mientras las frases, imágenes y vídeos de sus numerosas actuaciones inundan la red, en Expok queremos compartir un poco sobre la extraordinaria labor social que este actor, muchas veces disfrazado de villano, ha dejado como parte de su legado responsable.
A lo largo de su carrera, Rickman apoyó diversas causas que van desde la lucha contra el VIH-SIDA hasta la promoción de la paz y los derechos humanos, pasando por el acceso a la educación, la reducción de la pobreza y la crisis migratoria; un compromiso que lo llevó a colaborar con una gran variedad de organizaciones locales e internacionales como Amnistía Internacional, Peace One Day, War Child y Save The Children, entre otras.
En diciembre de 2007, el actor donó algunos de los artículos que había acumulado hasta entonces gracias a su actuación como Snape en la saga Harry Potter, con el fin de recaudar fondos a favor de la organización ANSA, dedicada a apoyar a niños africanos que viven con sida y que con frecuencia han llegado incluso a perder a su familia. Entre dichos objetos destacaron algunas páginas de los guiones que utilizó durante el rodaje con notas al margen, playeras de Quidditch y una fotografía autografiada.
Más tarde en 2013 participó en las actividades de recaudación para Fundación Lumos, evento en el que también participaron Emma Watson, Warwick Davis, y Evanna Lynch con el objetivo de ayudar a millones de niños en todo el mundo a recuperar su derecho a una familia.
Finalmente, de la mano de Helena Bonham Carter, Victoria Pendleton y otras celebridades, donó su pincel para crear una serie de pinturas para recaudar fondos a favor del Great Ormond Street Hospital para niños en Inglaterra.
El talento que Rickman es una enorme pérdida para el mundo teatral y cinematográfico, pero también para las decenas de individuos y organizaciones que tuvieron la oportunidad de conocer al generoso ser humano detrás del villano que todos conocimos en pantalla, ya que son ellos quienes se han convertido en testigos de su verdadero legado responsable.
