El 55% de la población mundial encuentra su hogar en zonas urbanas, sin embargo, para 2050 este número podría crecer para alcanzar 68%, acorde a estimaciones de la Organización Mundial de las Naciones Unidas. De ahí la importancia de incorporar en estos espacios prácticas y modelos de infraestructura destinados a favorecer el desarrollo sostenible.
Impulsar la circularidad en las ciudades es una meta fundamental para Enel, una compañía que no solo centra sus esfuerzos en la producción y comercialización de energías limpias, sino que trabaja fuertemente para promover el acceso universal a la energía eléctrica, como un pilar del desarrollo comunitario y un derecho humano.
Las principales ciudades de América Latina y Centroamérica han comenzado ya a apostar por la economía circular. Así queda de manifiesto con el reciente lanzamiento de la “Declaración de las ciudades circulares de América Laguna y Caribe”, el pasado 25 de octubre, durante la X Conferencia Italia-America Latina y Caribe, en Roma.
Este compromiso de amplio alcance busca promover la transición hacia modelos de negocio circulantes, en un área con altísima concentración urbana, en donde se ubican grandes ciudades como Sāo Paulo, Buenos Aires, Bogotá y CDMX.
El manifiesto ofrece un terreno común para responder de manera efectiva a los desafíos de la transición ecológica y energética que el mundo enfrenta actualmente; una transición que ya no puede posponerse.
Alineado con su compromiso en pro de las ciudades circulares, Enel busca brindar soporte para que las urbes puedan apuntar ala competitividad económica, la sostenibilidad ambiental y la inclusión social.
Así lo demuestra su larga lista de iniciativas en materia de movilidad eléctrica, redes eléctricas inteligentes y fuentes renovables. Esto, además del lanzamiento de su Circular Economy Report, de su línea de negocios Enel X, un servicio de asesoramiento para ayudar a empresas y miembros de la administración pública, que quieren comprometerse activamente con los modelos de economía circular.
Hacer frente a la transición energética es una forma de cambiar un paradigma: no solamente energético, sino profundamente social y cultural. En Enel creemos que la generación tiene que concentrase en el desarrollo de las fuentes renovables de producción de la energía eléctrica.
Michelle Crisostomo, Presidente de Enel.
En el marco de la X Conferencia Italia–América Latina y Caribe, la compañía ha participado a través del Presidente Michelle Crisostomo, quien dentro del evento “Desafíos globales y locales: el liderazgo de las ciudades circulares”, destacó que la energía eléctrica enfrenta un importante problema de desigualdad de acceso y abastecimiento, que es importante atender cuanto antes.
Explicó que las fuentes renovables permiten ampliar el acceso a la energía eléctrica y llevarla hasta donde más necesaria, favoreciendo el desarrollo comunitario.
Estas herramientas permiten la socialización de la generación eléctrica con un concepto, el de comunidad energética, que podría ser un factor de reducción de las desigualdades en las ciudades latinoamericanas.
Por su parte, Maurizio Bezzeccheri, Responsable de Latinoamérica, discutió con alcaldes y funcionarios de metrópolis como CDMX, Buenos Aires, Santiago de Chile, Loma y Sāo Paulo, el hilo conductor de la sostenibilidad que atraviesa toda la región.
La ciudad circular es un ejercicio para reconsiderar el proyecto de las metrópolis. Me refiero a todos los flujos materiales y energéticos que atraviesan la ciudad en un sentido muy amplio.
Replanificar los bienes y los servicios que se utilizan en la ciudad, este es un ejercicio que tenemos que hacer todos juntos, donde hay aspectos normativos inherentes al sector público y el sector privado que debe intervenir con la tecnología.
Se debe crear un marco, porque la tecnología ya existe pero requiere apoyo para poder expresarse al máximo.
Maurizio Bezzeccheri, Responsable de Latinoamérica.
La declaración de Roma remarca la necesidad de adoptar soluciones innovadoras en las ciudades para aplicar luego a escala global, ya que las ciudades consumen más de dos tercios de los recursos globales y de la generación de riqueza, por lo que resulta imposible cambiar en modelo productivo y dirigirlo a un modelo circular, sin la participación de las urbes y sus ciudadanos.
Este documento tendrá un papel fundamental para favorecer el compromiso activo de las administraciones municipales y otros grupos de interés, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible; especialmente el número 9, orientado a la industria, innovación e infraestructura; y el número 11 destinado a la sustentabilidad de las ciudades y comunidades.