Las revistas de eventos sociales en México muestran cada semana lo más selecto de la sociedad. Fiestas benéficas, partidos de polo, comuniones, bautizos, reuniones de Navidad y bodas, muchas bodas. Este tipo de suplementos, muchos de ellos pertenecientes a conocidos medios diarios impresos, se dedican a cubrir a la clase alta mexicana en su máximo esplendor: las imágenes son cuidadas, los posados en hermosas localizaciones son realizados con esmero y sus protagonistas siempre lucen con elegancia, su mejor cara.
Esta semana una imagen de la revista Club, del Grupo Reforma, trascendió en redes sociales por su simbolismo. El reportaje titulado ‘En el corazón de San Miguel’, muestra a una pareja de novios junto a una mujer indígena que vende artesanía en la calle. Mientras la pareja se abraza vestida de fiesta, frente a un edificio histórico, la mujer agachada y con la vista clavada en el suelo, atiende su puesto de textiles y muñecas como parte del escenario.
La fotografía, retomada por la reportera de EL PAÍS Zorayda Gallegos suscitó muchas interacciones en redes sociales y fue calificada como racista y clasista:
Las revistas de sociales tienden a ser frívolas y clasistas, pero esta foto es una barbaridad… pic.twitter.com/ltLgja4VwM
— Zorayda Gallegos (@zogallegos) 5 de julio de 2018
Federico Navarrete, autor del Alfabeto del Racismo Mexicano dice a Verne que la fotografía no solo denota clasismo y racismo. “Refiere a una idea casi colonial donde aparece un sistema de castas”, dice vía telefónica. “Habla de un mundo en que las personas que son blancas y ricas son muy superiores a las morenas y pobres que las pueden poner en su cuarto como decoración parte del paisaje de su propia superioridad”, comenta.
En su libro, Navarrete destaca que la vida social en México pondera la blancura con belleza, privilegio y poder y su contrario, la piel morena, con la fealdad, marginación y pobreza. En ese sentido, la mujer que aparece en la foto es cosificada, según el investigador de la UNAM. “Son exhibiciones de un privilegio que no se cuestiona, que asume que hay personas que deben salir en la foto y las otras personas que sirven solo como elemento decorativo”, destaca.
«La clase privilegiada es incapaz de ver estas cosas. No solo consideraron pertinente que la mujer estuviera ahí, es que no tuvieron una lectura más allá de la imagen. Según la visión de las clases ricas de México, las personas humildes no son sujetos de derecho para ellos», dice a Verne el defensor de derechos humanos, Jesús Robles Maloof, quien explica que este tipo de reportajes siguen muy asociados a la alta sociedad de los Estados, donde unas pocas familias relacionadas con el poder, la política y los negocios han mantenido un sistema de clases sociales muy estratificado.
Rodearse de folclor ¿está de moda?
Para Robles Maloof la estética relacionada con el folclor mexicano es la última expresión cool y la más sofisticada de la clase alta mexicana, sin embargo, «apropiarse de temas indígenas es un guiño grosero y burdo», que no habla de los pueblos originarios con respeto.
La vendedora de artesanía es parte de la decoración otro elemento más del “Mexican curious”, quien no ve que eso es, devaluar a una persona al nivel de cosa, deshumanizarla ya q ni su rostro se muestra, entonces ya no vieron nada.
— orapma ??? (@mariazdaw) 5 de julio de 2018
Para el antropólogo de la UNAM, César Carrillo, autor del libro El racismo en México. Una visión sintética, la imagen de los novios Ana Neumann y Rodrigo Huerta «da un toque de que les gusta su país y lo aprecian, cuando en realidad es lo contrario», explica vía telefónica. «Hay paternalismo, condescendencia… La foto en sí es buena para mostrar la desigualdad que hay en México: los ricos gozando de la riqueza y los otros, en un lugar subordinado», relata.
La fotografía recuerda a la boda entre el gobernador saliente de Chiapas, Manuel Velasco Coello y la artista pop Anahí, celebrada en abril de 2015. En ese momento también fue ampliamente criticada una imagen de los novios con mujeres tzotziles de fondo, en un Estado donde la mayoría de la población es de origen indígena y siete de cada diez personas viven en la pobreza.
No es la primera vez que Grupo Reforma hace una publicación similar. El 2 de marzo de 2018, el suplemento Club publicó una serie de fotografías de la boda entre Mariana Herrera y Nicolai Frahm en la catedral de Santo Domingo, en la capital de Oaxaca. En la portada la pareja posa juanto a un grupo en zancos y en interiores aparecen rodeados por mujeres vestidas con un traje de la región de los Valles Centrales.
«La sociedad tiene una ceguera respecto al racismo»
Entre los comentarios que critican la imagen, otros usuarios han manifestado que la fotografía no es ni racista ni clasista.
Mmm donde está lo clasista!? Ya están en un extremo cabron, como seguramente ustedes cuando salen a la calle o de vacaciones seguro dejan todo por ayudar a nuestros indígenas, de los cuales no deberíamos sentir pena,son parte de nuestra sociedad,admirable su trabajo.
— kaRLa G@rrey (@karla_garrey) 5 de julio de 2018
«La sociedad además de racista tiene una ceguera al respecto», explica César Carrillo. «Para muchos es normal que una mujer indígena tiene que ser una sirvienta o una vendedora de muñequitas o tlacoyos en la calle. Es su lugar. No lo es, sin embargo, que sea candidata a la Presidencia o que esté en una mesa de negociaciones contra una represa», narra el antropólogo.
«Somos una sociedad profundamente racista desde la época de la colonia. Hay encuestas sobre la percepción del racismo en el país que lo demuestran», dice Robles Maloof. “La arena del prejuicio y el odio, se expresa por medio del desprecio racial”, agrega Navarrete.
Aparecer en publicaciones como Club del Grupo Reforma o Clase de El Universal, supone pertenecer a algunas de las familias más adineradas de México que pagan por reflejar en la prensa los eventos y celebraciones más exclusivas de la jet set. Club es uno de los suplementos que más ingresos aporta al Grupo Reforma. Verne se puso en contacto con el editor jefe del suplemento, Antonio Redondo, quién declinó hacer comentarios respecto a la fotografía debido a su política editorial.
El verlo como un estilo de vestir, y usar prendas autóctonas combinadas con otras prendas, porque me siento parte de, y son hermosas y prácticas, ¿resulta que es racista a su vez? o no entendí o donde radica el error. O sólo es cuando se contrastan con otros elementos. Le agradecería me ayudaran al discernimiento.
La publicación de la foto de un matrimonio de clase alta, contrastando con la pobreza de la mujer indígena sentada sobre la acera es un ejemplo de clasismo. La foto de una mujer indígena per se puede ser una gran imagen, o la foto de una boda, pero este contraste muestra la brutal diferencia que existe en México en cuanto a comunidades marginadas y círculos lujosos. En la imagen, la mujer se ha convertido en objeto para ellos, ya no es un ser humano con dolor y carencias, es simplemente ornato de una foto «típica».