Coca-Cola, una de las marcas más poderosas del mundo, se encuentra nuevamente en el centro de la controversia ambiental. Activistas y expertos han acusado a la compañía de abandonar, de manera silenciosa, su compromiso de alcanzar un objetivo de envases reutilizables para 2030. Esta decisión ha generado fuertes críticas, ya que muchos consideran que, en lugar de tomar pasos significativos hacia la sostenibilidad, la empresa ha optado por un enfoque más cómodo, centrado en el reciclaje y no en la verdadera solución al problema del plástico de un solo uso, de acuerdo con un artículo de The Guardian.
El compromiso original de Coca-Cola de utilizar un 25% de envases reutilizables para 2030 fue retirado misteriosamente de su sitio web poco antes de la cumbre mundial sobre plásticos, lo que ha provocado especulaciones sobre las verdaderas intenciones de la compañía. Ahora, sus objetivos apuntan a aumentar el uso de plástico reciclado y mejorar la recolección de botellas y latas, pero muchos activistas lo ven como un movimiento de «greenwashing» que no resuelve la raíz del problema: el uso masivo de plásticos de un solo uso que siguen contaminando los ecosistemas globales.
El giro hacia los plásticos reciclados: un cambio de enfoque cuestionable
De acuerdo con los activistas, Coca-Cola ha decidido modificar su estrategia de sostenibilidad, dejando de lado su compromiso de envases reutilizables en favor de una meta centrada en el reciclaje. Su nuevo objetivo es incorporar entre un 35% y un 40% de material reciclado en sus envases primarios, que incluyen plástico, vidrio y aluminio. La empresa también pretende aumentar el uso de plástico reciclado a niveles globales de entre el 30% y el 35%, un movimiento que se presenta como una solución ecológica, pero que para muchos no aborda la raíz del problema: la cantidad de plástico que sigue siendo producido y utilizado.
Los expertos argumentan que el reciclaje de plásticos no es la solución definitiva para combatir la contaminación global. Si bien es positivo aumentar el contenido reciclado en los envases, el problema de fondo sigue siendo la producción masiva de plásticos de un solo uso, que a menudo no se reciclan adecuadamente y terminan contaminando océanos, ríos y paisajes.
De acuerdo con Von Hernández, coordinador global de Break Free from Plastic, la decisión de Coca-Cola es un claro ejemplo de greenwashing, es decir, una estrategia de marketing que da la falsa impresión de ser ambientalmente responsable sin realizar cambios significativos.
La presión de los activistas y la falta de acción real
La reacción de los activistas ante este cambio de dirección ha sido vehemente. Muchos consideran que Coca-Cola está eludiendo su responsabilidad como uno de los mayores productores de plástico del mundo. Los grupos de campaña han instado a la empresa a ir más allá del reciclaje y adoptar una solución más efectiva: el uso de envases reutilizables. Para ellos, la verdadera solución radica en la transición hacia un modelo de negocio basado en la reutilización, en el que las botellas y latas sean retornadas y reutilizadas una y otra vez, reduciendo así la necesidad de nuevos plásticos.
La postura de Coca-Cola ha sido defendida por la empresa, que ha reiterado su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de su impacto ambiental. Sin embargo, muchos consideran que sus esfuerzos actuales siguen siendo insuficientes para abordar la magnitud del problema. En 2022, la compañía había anunciado que para 2030 quería vender un 25% de sus bebidas en botellas reutilizables o retornables, pero este objetivo ha sido abandonado sin explicaciones claras, lo que ha dejado a muchos con la sensación de que la empresa prefiere centrarse en las soluciones más fáciles y rentables en lugar de realizar cambios estructurales y verdaderos.
A este cambio en sus metas ambientales se suma el nombramiento de Coca-Cola como el mayor contaminante plástico del mundo por sexto año consecutivo en 2023, según la organización ambiental Break Free from Plastic. El recuento de sus desechos fue de 33,830 piezas, de un total de 537,719 piezas de desechos plásticos auditados por la organización en 40 países. Las botellas de Coca-Cola fueron el artículo más común encontrado en espacios públicos como parques y playas.
Todo esto ha llevado a Break Free from Plastic a afirmar que el “último movimiento de Coca-Cola es una cátedra de greenwashing», pues al abandonar los objetivos de reutilización a los que se había comprometido a elegido «inundar el planeta con más plástico que ni siquiera pueden recolectar y reciclar de manera efectiva”.
La eliminación del objetivo de envases reutilizables: un paso atrás
El 20 de noviembre, justo antes de las negociaciones en torno al tratado mundial sobre plásticos, Coca-Cola eliminó de su sitio web la página que detallaba su compromiso de utilizar envases reutilizables. La compañía había prometido que aceleraría el uso de envases reutilizables, argumentando que esto aportaría un valor agregado para los consumidores y contribuiría a un mundo sin residuos.
El abandono de los envases reutilizables de Coca-Cola podría tener un impacto negativo en sus esfuerzos por mejorar su imagen ante los consumidores y las organizaciones ambientales. Si bien la compañía sigue defendiendo su compromiso con el reciclaje y la recolección, muchos ven este giro como una oportunidad perdida para liderar el cambio hacia un futuro más sostenible, basado en la reutilización y no en el reciclaje de un solo uso.
La responsabilidad corporativa en tiempos de crisis ambiental
El debate sobre la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa nunca ha sido tan relevante como hoy en día. La crisis ambiental global, marcada por el aumento de los residuos plásticos y el cambio climático, exige que las empresas no solo se comprometan a metas ambiciosas, sino que también tomen medidas concretas y efectivas para reducir su impacto. En este contexto, el papel de Coca-Cola es crucial. Si bien la empresa ha tomado algunas medidas para mejorar la sostenibilidad de sus envases, muchos consideran que aún está lejos de cumplir con las expectativas de la sociedad y los activistas.
Las críticas a Coca-Cola subrayan una preocupación más amplia sobre el papel de las grandes corporaciones en la lucha contra el cambio climático y la contaminación. La eliminación de los objetivos de envases reutilizables y la sustitución de estos por metas centradas en el reciclaje podrían percibirse como una forma de evadir una responsabilidad más profunda y transformadora. En lugar de hacer frente a la crisis del plástico con un enfoque innovador y de largo plazo, Coca-Cola parece haberse inclinado por soluciones a corto plazo que no resuelven los problemas subyacentes.
La oportunidad de cambio: ¿puede Coca-Cola rectificar su rumbo?
A pesar de las críticas, Coca-Cola tiene una oportunidad única para rectificar su rumbo o aclarar la situación y recuperar la confianza de los consumidores y activistas. La compañía podría retomar su compromiso de envases reutilizables y avanzar hacia un modelo de negocio más sostenible, que no dependa del reciclaje de plásticos de un solo uso. El éxito de este cambio radicaría en la creación de un sistema de economía circular en el que las botellas y latas sean reutilizadas por los consumidores y regresen al ciclo de producción sin generar residuos.
Para que este cambio sea efectivo, Coca-Cola deberá colaborar estrechamente con gobiernos, organizaciones no gubernamentales y otros actores clave para establecer sistemas de devolución y reutilización que sean viables a nivel global. Solo así podrá realmente marcar la diferencia en la lucha contra la contaminación por plásticos y demostrar su compromiso genuino con un futuro más sostenible.
El supuesto abandono por parte de Coca-Cola de su objetivo de utilizar envases reutilizables para 2030 ha generado una fuerte polémica en el ámbito de la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa, y aunque Coca-Cola continúa defendiendo su enfoque, el verdadero desafío será implementar soluciones efectivas que aborden la raíz del problema del plástico de un solo uso.