Hacer que crezca el negocio pero no las emisiones. Hacer uso de los recursos naturales pero contribuir a su reposición. Estas premisas guían a Coca-Cola en el marco de una estrategia que la instala como una de las «globales verdes» de mayor impacto ambiental positivo.
Con la convicción de que el medio ambiente es un elemento clave de la responsabilidad social, durante décadas el Sistema Coca-Cola ha desarrollado iniciativas para promover el uso y tratamiento responsable de los recursos naturales en América Latina.
A escala global, Coca-Cola contribuye con el proyecto de reducción de gases de efecto invernadero. Constantemente compra emisiones de carbono para tratar de compensar y mitigar el impacto que provoca el ser humano sobre el medio, detallo su presidente para Latinoamérica Centro.
Un ejemplo es Costa Rica, donde, en coordinación con el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), se calculan las emanaciones de carbono de algunas actividades, y la compañía aporta un monto económico para compensar las emisiones de CO2. Con el dinero, la entidad suma recursos para proteger zonas boscosas en distintas regiones del país.
El uso del agua es otra de las áreas en donde la compañía concentra esfuerzos. «Nuestro insumo básico es el agua, y por eso ejecutamos iniciativas para cuidarla y conservarla», dijo John Murphy.
«Para Coca-Cola y los más de 300 socios embotelladores en más de 200 países, el agua es también el ingrediente principal en todas nuestras bebidas, y debido a su importancia a escala mundial, estamos centrados en su conservación y protección», añadió.
Explicó que, en ese tema, han establecido tres objetivos: reducir el uso de agua, reciclar el agua utilizada en las operaciones y reponer la que se emplea en bebidas terminadas mediante la participación en proyectos relevantes en el ámbito local que apoyen a las comunidades y la naturaleza.
«En materia de reposición estamos invirtiendo en proyectos de relevancia local que se centran en la protección de cuencas, conservación y suministro de agua potable y saneamiento en las comunidades necesitadas», preciso el presidente de Coca-Cola.
Para medir su progreso a escala mundial, en lo que se refiere a reducción, Coca-Cola estableció que para el 2011 mejorarás en un 20% la eficiencia en el uso del agua desde un punto de referencia que es el año 2004. Para el 2009, la compañía había alcanzado un 12,6% de mejora sobre la base del 2004.
Además, «con el fin de ayudar a proteger y conservar las cuencas hidrográficas en las que operamos, hemos establecido un requisito para todo el sistema que integran las plantas embotelladoras de Coca-Cola, el cual consiste en determinar el origen de sus aguas y la comunidad circundante, evaluar los riesgos para la calidad y cantidad de esta agua y, en colaboración con la sociedad civil y los gobiernos, desarrollar e implementar un plan de protección de fuentes de agua», detalló el directivo de Coca-Cola.
Desde el 2005, a través de su programa comunitario Asociación del Agua, la compañía ha realizado más de 350 proyectos comunitarios de agua en más de 86 países alrededor del mundo, entre ellos, El Salvador.
En el 2008 el uso mundial de agua total del Sistema Coca-Cola fue de 313.000 millones de litros. Aproximadamente 175.000 millones de litros fueron utilizados en los procesos de fabricación, con un tratamiento riguroso de aguas residuales. Se regreso a la naturaleza un nivel de agua que va a mantener el equilibrio acuático en las áreas de donde se obtuvo, expuso Murphy.
El resto del agua que usa la empresa (alrededor de 138.000 millones de litros) sale de las plantas de embotellado como producto terminado. «Hemos establecido el objetivo de ir reponiendo paulatinamente el agua utilizada en nuestras bebidas», añadió.
Midiendo la huella hídrica
Lo que no se mide no se puede controlar; esta idea está muy presente en la compañía Coca-Cola, que se dio a la tarea de medir la huella de agua en tres de sus productos para analizar sus impactos y estudiar las formas en que se puede reducir. La huella de agua de un producto es el volumen total de agua fresca consumida, directa e indirectamente, para producirlo. Una evaluación de la huella hídrica total considera los impactos del consumo del líquido, así como las estrategias de respuesta apropiadas para minimizar los impactos.
Junto con The Nature Conservancy (TNC, por sus siglas en inglés), The Coca-Cola Company® ha sido una de las principales empresas que lidera el desarrollo de una metodología para la evaluación de la huella hídrica, con una participación activa en la Water Footprint Network (WFN).
Puntualmente, The Nature Conservancy y Coca-Cola Company realizaron un informe que mide la huella hídrica de tres productos de la multinacional: una botella PET de 0,5 litros producida por Coca-Cola Enterprises Inc. (CCE) en los Paises Bajos; azucar de remolacha suministrada a las plantas embotelladoras de Coca-Cola en Europa, y Minute Maid 114 jugo de naranja y Simply Orange® para el mercado norteamericano.
El informe titulado «Evaluaciones de la huella de agua de producto», destaca que las estimaciones de la huella hídrica pueden ser útiles en el apoyo a los esfuerzos de las empresas en la administración del agua, proporcionando una herramienta para medir y comprender el uso del líquido en toda la cadena de suministro. Se trata de investigaciones que proporcionan valiosa información sobre los componentes más importantes y los lugares del consumo de agua, los posibles efectos en las cuencas hidrográficas locales, y disponibilidad futura del líquido para satisfacer las necesidades colectivas de las comunidades, la naturaleza, los productores, proveedores y empresas, hace notar el estudio.
Una huella de agua tiene tres componentes: la huella de agua verde se refiere al consumo de los recursos de agua verde (agua de lluvia almacenada en el suelo como la humedad); la huella de agua azul se relaciona con el consumo de los recursos de agua azul (aguas superficiales y aguas subterráneas); la huella de agua gris se refiere a la contaminación y se define como el volumen de agua dulce que es necesario para asimilar la carga de contaminantes sobre la base de las normas ambientales de calidad del agua. Este estudio encontró que existe una amplia variación en la huella de agua de la remolacha azucarera cultivada en las diferentes regiones y que puede haber oportunidades en algunas áreas de cultivo para un mejor uso del agua.
El análisis también destaca oportunidades para hacer frente al tratamiento de aguas residuales pobres y los problemas asociados a la calidad del agua de algunas plantas de procesamiento de azúcar. La investigación encontró que aproximadamente el 99% de la huella de agua para los productos de jugo de naranja está asociado con el cultivo de naranja. En las plantas de envasado que formaban parte de este estudio piloto se han adoptado importantes medidas de uso eficiente del líquido, y en todos los procesos el agua es devuelta al medio ambiente a un nivel compatible con la vida acuática. Se detecto además que los arboles de naranja de Florida requieren aproximadamente un 70% más agua que los cultivados en Costa Rica, y dos veces más que los de Brasil.
El estudio sugiere la necesidad de una mayor comprensión de los factores que influyen en los rendimientos de las regiones de cultivo, con el fin de aprovechar las oportunidades de mejora. Los resultados de este estudio piloto ayudaran a definir las futuras acciones relacionadas con el suministro de la sostenibilidad de la cadena.
Fuente: Estrategias de Negocios, p. 31-32.
Por: Cecilia Córdoba y Marilyn Gutiérrez.
Publicada: Julio de 2011.