La obesidad es un problema de hábitos que no se resolverá con la prohibición compulsiva al consumo, sostiene Francisco Crespo, al mando desde enero de 2013 del segundo mercado más importante a nivel mundial para Coca-Cola.
Luego de 24 años de servicio a la multinacional, Crespo encuentra en México un escenario adverso: la posibilidad de reglas que intenten desalentar el consumo de refrescos.
El gobierno de Enrique Peña Nieto anunció que su Estrategia Nacional para la Prevención y Control de la Obesidad y Diabetes fomentará estilos de vida y hábitos de alimentación saludables.
Las medidas que se implementarán no están definidas, pero el Pacto por México adelanta -en su segundo compromiso- la intención de prohibir, a partir del segundo semestre de 2013, la venta de alimentos chatarra en las escuelas para promover otros nutritivos en su lugar.
La Canacintra y la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas argumentan que la industria refresquera cumple con la oferta de bebidas bajas o sin calorías, el etiquetado y la publicidad responsable.
Además -dicen- el consumo de bebidas no causa los altos índices de diabetes, enfermedad que puede derivarse de la obesidad. En esta última enfermedad, México ocupa el segundo lugar mundial, según la OCDE.
Fuente: CNN
