El Ministerio de Ciencia y Tecnología de China ha publicado un conjunto de directrices éticas relativas a la inteligencia artificial (IA), centradas en la mejora de la autonomía del usuario y la protección de la privacidad. La publicación de las normas relacionadas con la IA forma parte de la ambición de Pekín de convertirse en líder del sector para 2030.
De acuerdo con Verdict lleva por título «Especificaciones éticas de la inteligencia artificial de nueva generación», el documento esboza seis directrices éticas básicas para la implantación y el uso de la IA en la sociedad. Señala específicamente que los humanos deben tener pleno poder de decisión.
Otros puntos principales son la promoción de la equidad, la justicia, la armonía y la seguridad al utilizar sistemas de IA. Esto incluye evitar problemas como los prejuicios, la discriminación, las violaciones de la privacidad y las fugas de información.
Código de ética para inteligencia artificial
El documento, denominado «Código Ético», ha sido redactado por un comité de gobernanza de la IA y es el primero de este tipo en China. Su objetivo es:
Mejorar la ética de la IA y la conciencia del comportamiento de toda la sociedad, proporcionar una orientación activa en la investigación y el desarrollo responsables de la IA y poner en marcha actividades de aplicación que promuevan el desarrollo saludable de la IA.
Las directrices exigen una mejora de la capacidad de control y la credibilidad, que establece que:
Los humanos tienen pleno poder de decisión autónomo y el derecho a elegir si aceptan los servicios proporcionados por la IA y el derecho a retirarse de la interacción con un sistema de IA en cualquier momento.
Esto incluye también la cuestión de la responsabilidad. Señala que los seres humanos son los responsables últimos de los efectos adversos relacionados con los sistemas de IA.
Además, las nuevas directrices piden que se mejore el «bienestar humano» en general. La IA debe estar «orientada a las personas y seguir los valores comunes de la humanidad», se lee.
Se menciona explícitamente la preocupación por los prejuicios y la discriminación. «Al ofrecer productos y servicios de IA, debemos respetar y ayudar plenamente a los grupos desfavorecidos», señala el documento.
También pide que se mejore la protección de la privacidad y la seguridad. Los usuarios deben tener derecho a saber cómo se manejan sus datos y a consentir o rechazar el uso de los sistemas de IA. Los datos personales deben mantenerse de acuerdo con «los principios de legalidad, equidad, necesidad e integridad», afirma el documento.
Por último, las directrices también reclaman una mejora de la «alfabetización ética». Sostiene que se necesita más educación en el ámbito de la ética relacionada con la IA.
Mayor control sobre el sector tecnológico
El énfasis en la protección y mejora de la autonomía del usuario, refleja el esfuerzo de Pekín por ejercer un mayor control sobre el sector tecnológico del país. Recientemente, el gobierno ha tomado medidas enérgicas contra los algoritmos de recomendación de contenidos, que a menudo se basan en sistemas de IA para analizar cantidades masivas de datos de los usuarios.
El endurecimiento de las normativas relacionadas con los datos de los usuarios forma parte de una tendencia en curso. En agosto, Pekín aprobó la Ley de Protección de Datos Personales, que entrará en vigor el 1 de noviembre.
Los expertos han señalado que se trata de la normativa más estricta del país en materia de seguridad de datos. Las directrices legales se comparan a menudo con las del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, también adoptado por el Reino Unido.
En 2017, el Consejo de Estado de China anunció un ambicioso plan para superar a Estados Unidos y convertirse en la primera potencia mundial en IA. La primera fase, encabezada por las orientaciones del gobierno, especifica que la industria nacional debe seguir el ritmo de la tecnología, la aplicación, las directrices éticas y los marcos políticos de la IA.
En la siguiente fase, Pekín tratará de lograr grandes avances en IA para 2025 y convertirse en una potencia líder en este campo para el final de la década.
El último «Código Ético» ya ha entrado en vigor y será revisado a su debido tiempo, de acuerdo con las necesidades del desarrollo económico y social, así como con el desarrollo de la IA.
