En los últimos años, el acoso sexual ha sido tema central en el mundo de la moda, del futbol, del cine y hasta del empresarial. Por ello, surgieron distintos movimientos en contra del acoso, como #MeToo con el cual más personas tomaron conciencia de las conductas sexuales inapropiadas que ciertas personas han tenido en el mundo laboral. Con este movimiento, cientos de personas pudieron denunciar a su acosador para terminar con el silencio y el miedo que sentían.
Sin embargo, no ha sido suficiente para eliminar el acoso sexual. Por esta razón, algunas empresas han decidido dar cursos de capacitación y de prevención sobre el acoso sexual; una medida que sin duda ayudará a disminuir casos incómodos.
Hasta el momento no todas las empresas tienen un protocolo para combatir el acoso sexual e incluso hay muchas otras que ni se preocupan por tenerlo. Sin embargo, esto podría cambiar ya que según algunos expertos, en caso de que las empresas no tengan algún programa contra el acoso, van a enfrentar multas por hasta casi medio millón de pesos.
De acuerdo con Sung Hae Kim, jefa de Personal de la empresa de tecnología Wizeline, “el movimiento #MeToo presionó a las empresas para que sean más proactivas para prevenir el acoso sexual”.
El 79.1% de los casos de violencia laboral contra la mujer sucede en los centros de trabajo, y ésta suele ser emocional (48.45%) o sexual (47.9%), según datos del Inegi.
Pese a ello, hasta ahora es un tema sobre el que las compañías habían tenido una posición muy conservadora, señala José Alfonso Bouzas, investigador de la Unam en temas laborales. “No lo quieren revisar, discutir o enfrentar”.
Ahora, ya no pueden ignorarlo, porque el tema hizo eco en las reformas a la Ley Federal del Trabajo, que comenzará a discutir el Senado.
“Las organizaciones feministas se preocuparon porque el tema de equidad de género, acoso sexual y discriminación se integrara en muchos artículos”, destaca el experto.
Las reformas contemplan castigos para el patrón que cometa o tolere actos discriminatorios o de hostigamiento sexual hacia sus trabajadores con multas de 21,000 hasta 422,000 pesos, según el artículo 994.
Además, se obligará a las empresas a implementar un protocolo para prevenir y atender casos de violencia y acoso sexual, de acuerdo con el artículo 132.
“Creo que es la primera reforma en la que el tema del acoso sexual entra por la puerta grande. Representa un avance muy importante”, dice Bouzas.
Esto será aplicado en toda la región, ya que según en el estudio Mujer, Empresa y Derecho de 2018, el Banco Mundial se señala que un tercio de las economías de América Latina carece de una legislación que proteja a las mujeres del acoso sexual en el trabajo.
Cuando Sung Hae Kim se integró a Wizeline en abril de 2017 una de las primeras acciones que hizo fue integrar un programa de capacitación sobre inclusión y contra el acoso, que fue obligatorio para todos los empleados, relata.
“Utilizamos ejemplos de la vida real e involucramos a los participantes para reflexionar sobre lo sucedido y su papel en la creación de un lugar de trabajo seguro e inclusivo”.
Eso va de la mano con un protocolo para atender casos de hostigamiento y acoso sexual.
Por su parte, según Expansión, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), que en 2017 registró 145 denuncias en las 248 dependencias de la Administración Pública Federal, ya cuenta con esta herramienta, que ahora sirve de guía para implantarla en las empresas. Esta considera acciones como designar a una persona responsable de la prevención y atención a las víctimas, quien además las acompaña durante el seguimiento del caso.
En el caso de Wizeline, si dentro de su sitio laboral, cuando alguien denuncie, esto debe ser de manera confidencial y segura, después se hacen una serie de preguntas a la víctima y se recolecta evidencia y se da seguimiento hasta resolver el caso.
Cabe resaltar que hay canales para que los empleados informen sobre esos casos de forma segura y confidencial, y se capacita al equipo de recursos humanos para manejar información sobre incidentes de mala conducta.
“Debe haber un líder que comunique la postura de la empresa sobre el acoso sexual, educar a los gerentes sobre su rol y garantizar la seguridad psicológica de los empleados”, indica.
El informe del Banco Mundial señala que el acoso sexual en el trabajo provoca estrés financiero y puede alterar la trayectoria profesional de quien la padece, así que se deben establecer procesos estrictos y consistentes para las malas conductas.