Adoro las papas fritas. Es un gusto culposo que quizá muchos tenemos desde niños. Su superficie crujiente y su interior suave; la forma en que se convierten en el acompañante perfecto para tu hamburgesa y cómo pueden ser una excelente botana para una tarde deportiva. Si las amas tanto como yo, quizá no lo sepas pero estas ayudando a combatir el cambio climático. Leiste bien: comer papas fritas combate el cambio climático.
Esto podría representar un problema, porque de acuerdo con el portal Saveur, las papas son uno de los alimentos que peligran debido justamente al cambio climático. La temperatura de la tierra causa que los productores de papa muevan las áreas de producción a regiones más frías o de mayor altitud, lo que al mismo tiempo representa un costo de producción elevado y por tanto precios mucho más altos para nuestras preciadas papas fritas.
Pensamientos tristes de lado. Investigadores de la universidad de Reading y la Universidad de Bath descubrieron que los ácidos grasos que se liberan por la cocción de los alimentos fritos pueden ayudar a la formación de nubes que enfrían el clima; según información retomada por El Financiero.
De acuerdo con los responsables de la investigación, cuando se utilizan aerosoles, se emiten partículas que permanecen más tiempo de lo normal en la atmósfera por lo que podrían ser cubiertas con moléculas de ácidos grasos que emiten las ollas con aceite.
El equipo realizó una prueba de levitación supersónica, que consistió en hacer flotar gotas de ácido oleico y de salmuera (agua con mucha concentración de sal) y analizarlas con rayos láser y X.
Estas estructuras autoensambladas son muy viscosas, por lo que en lugar de tener una gota de agua, tienes algo que se comporta mucho más como la miel, y así los procesos dentro de la gota se ralentizarán, dijo el autor principal de la investigación, el doctor Christian Pfrang, de la Universidad de Reading.
¿Cuántas moléculas de grasa se encuentran arriba? Según una investigación el número de moléculas es relativamente alto, y comprende cerca del diez por ciento de las partículas finas en Londres.
Esto podría estar teniendo un impacto en la cantidad de nubes y la cantidad de calor que se refleja hacia el espacio.
El doctor Pfrang señaló: «si quieres establecer medidas de control de emisiones para McDonalds, por ejemplo, podrías suponer que las moléculas que emita pueden durar más de un día. Entonces este paquete aéreo que viene de McDonalds viajará diez veces más, esto es importante para la contaminación del aire local pero también para determinar el efecto de las nubes, que es la mayor incertidumbre».
Sin embargo, los investigadores no consideran que las grasas para cocinar puedan ser usada como una forma de geoingeniería para limitar el calentamiento global.