El comité organizador del Klimaforum10, foro alternativo a la Conferencia de las Partes (COP) 16, celebrada en diciembre pasado en Cancún, Quintana Roo, devolvió el donativo por 10 mil dólares que recibió de la fundación internacional Avina, por no coincidir con su metodología ni su ideología.
Adriana Matalonga, una de los coordinadores del encuentro, afirmó que dicha fundación tiene nexos con empresas que han causado daño sanitario significativo en Europa por el uso y comercialización del asbesto (amianto), causante de cáncer pulmonar y asbestosis.
El gobierno federal otorgó, ante la recomendación de la Organización de Naciones Unidas, apoyos económicos a las organizaciones ecologistas no gubernamentales que realizaron acciones paralelas a la cumbre sobre cambio climático.
La instancia responsable de otorgar dicha aportación fue el Fondo Mexicano de Cooperación Internacional para el Desarrollo en Iberoamérica, señaló Matalonga, responsable del manejo de las finanzas.
Sin embargo, se negó a revelar el monto del respaldo económico federal para el Klimaforum 10, aunque en diciembre Miguel Valencia Mulky, también organizador y presidente de la Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, reveló a este diario que la aportación del gobierno federal fue de 100 mil dólares.
El activista afirmó entonces que tras un intento de boicot de algunas organizaciones grandes –sin mencionar cuáles– el gobierno federal, mediante una organización cercana a él, autorizó los 100 mil dólares.
A decir de Matalonga, el apoyo fue limitado y llegó tarde pues fue entregado tres semanas antes de que se iniciara la cumbre.
El Klimaforum se instaló en el campo de polo El Rey, en la zona de cenotes, en Puerto Morelos, donde fueron instaladas casas de campaña como dormitorios, y baños ecológicos.
La renta diaria de las instalaciones tuvo un costo de 20 mil pesos, según informó Valencia en diciembre, y agregó que se trataba de darle congruencia a nuestras demandas, no estar en un hotel de lujo con aire acondicionado, que consume mucha energía; tratamos de que haya el menor impacto ambiental.
A más de un mes del encuentro en Cancún, el ecologista admitió, en entrevista, que el lugar no fue el idóneo, pues se encontraba a 50 kilómetros de la ciudad, además de ser rechazado por los ecologistas locales.
Dispusimos de 10 hectáreas de lujo en un lugar precioso que los ecologistas detestan porque significa la tala de la selva, ni más ni menos, afirmó.
El Klimaforum esperaba una afluencia de entre cinco y diez mil representantes de agrupaciones ambientalistas de al menos 50 países del mundo.
El balance, ahora, es diferente: Calculo que fueron unos mil 100 los visitantes provenientes de unas 35 naciones, afirmó Valencia.
Asistentes a la carpa del Klimaforum comentaron que había tiendas vacías y, en términos generales, el espacio se encontraba desolado.
En un ejercicio de autocrítica el activista reconoció que la falta de experiencia del grupo organizador llevó a la comisión de graves errores como la elección del lugar (que conocieron hasta llegar a Quintana Roo) y la omisión de invitados por temor a que los recursos económicos no alcanzaran.
No obstante, Valencia consideró que entre los logros del Klimaforum está haber tenido a grandes personalidades del ecologismo mundial, y contado con la representación del pueblo de San Salvador Atenco y de oponentes a la supervía poniente, entre otros movimientos sociales.
En febrero presentarán el informe de resultados de los trabajos del Klimaforum 2010.
El expediente negro
Avina está relacionada con una familia suiza líder en la extracción y manipulación del asbesto (amianto), el cual ha sido prohibido en Europa por ser causante de cáncer de pulmón y asbestosis.
El uso del material comenzó a ser cuestionado en Europa desde principios de la década de los 80 y prohibido su uso y comercialización a partir de 2005.
Matalonga informó que se calcula en más de 100 mil el número de muertes que provocará en los próximos decenios en todo el mundo en quienes estuvieron expuestos al asbesto.
Consideró que lo que sucede ahora es que empresas nocivas hacen una fundación para ayudar a los ecologistas y de esa forma lavar su imagen.
Por su parte, Valencia explicó que los donativos otorgados por este tipo de fundaciones a organizaciones no gubernamentales tienen varios propósitos.
“Por un lado, obtener información sobre lo que están haciendo los ecologistas; por otro, manipular a través de sus donativos, porque pueden influir e incluso detener ciertas acciones y, finalmente, para tener una coartada verde; hoy en día todas las empresas tienen una fachada ecológica”, apuntó.
Fuente: Jornada.unam.mx