Por Antonio Tamayo Neyra
La pausa obligada entre el fin y el inicio de un nuevo año, provoca a reflexionar sobre las implicaciones y retos que tiene la responsabilidad social tanto en el corto como en el largo plazo.
Algo que llama la atención y que puede sonar obvio para algunos, es que nos encontramos en dos mundos que parecen estar distanciados en años luz. Por un lado el mundo de las finanzas y los negocios, en donde los principales factores son las ganancias, las utilidades y la competencia, en donde la empresa es una máquina que se utiliza para ganar dinero en un mercado hostil, donde son reconocidos quienes tienen mayor capacidad para generar riqueza.
En el otro mundo en cambio, se habla de aspectos totalmente diferentes como son la ética, la confianza, la transparencia, conceptos todos ellos inherentemente humanos, en donde la ganancia y las utilidades son consideradas en forma tácita como un medio y no como un fin.
En este otro mundo nos enteramos de organizaciones que están haciendo algo por el entorno ecológico, que existe una atención a sus grupos de interés, y que muchos medios lo manejan como las llamadas “noticias blandas”, que sirven de alguna manera como compensación al mundo de la competencia o del mercado por llamarlo con un solo término.
Con esta panorámica la pregunta es: ¿se podrán interconectar los dos mundos? Y si esto podrá lograrse ¿cuándo será?
Mucha de la información que se genera en relación a la Responsabilidad Social, es sobre lo que las empresas están haciendo y eso es bueno, pero desafortunadamente considero que es la minoría de ellas, por lo cual implica que todavía hay un largo camino por recorrer para que este modelo de gestión este plenamente generalizado.
Haciendo un poco de historia, los cambios culturales se han dado después de muchos años, de manera lenta, que vienen siendo prácticamente generacionales. Recordemos como por ejemplo en Estados Unidos, la discriminación racial que prácticamente se manejaba desde la época de Lincoln, empezó a modificarse hace apenas unos 30 años, a fines de los setenta quien hubiera pensado que tendrían un presidente no blanco para el año 2010.
En el ámbito empresarial por ejmplo, las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), son también de relativa reciente aparición. Entidades que no se les puede dar el nombre de empresa, porque seguramente este concepto tiene una connotación mercantil, y por lo tanto es difícil concebir una empresa que no persiga utilidades monetarias.
Y como es sabido, existe la llamada Carta de los Derechos Humanos, documento emitido poco después de la Segunda Guerra Mundial, y que fue precisamente elaborado por la necesidad de establecer clara y explícitamente los derechos de todos los seres humanos, aspecto eminentemente social, y si bien esto es bueno, poco se habla de las obligaciones humanas y mucho de los derechos.
Y considero que una de las principales obligaciones humanas es precisamente la Responsabilidad Social, y en este contexto entra también la empresa, entidad creada por el hombre.
Por todo lo anterior, para que la Responsabilidad Social Empresarial se extienda a nivel generalizado y sea vista como algo normal en la forma de gestionar una organización, es necesaria imbuir primero la responsabilidad social en la educación desde la niñez; que exista plena conciencia que tenemos inicialmente una responsabilidad individual social porque vivimos en sociedad, y esta llevarla después a las empresas.
Espero que llegue el día en que el mundo de las finanzas que antes se mencionó pase a un segundo plano, que sea visto como el mecanismo para cumplir cada vez mejor nuestras responsabilidades sociales y ecológicas. Y de esta manera unir a ambos mundos ahora distantes.
Seguiremos platicando ….
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.