Un modelo de negocio rentable también puede ser amigable con el medio ambiente. Sólo es cuestión de plantearlo de esta manera en la estrategia general de la compañía para que, en consecuencia, todas las áreas de la organización se alineen a este objetivo. No es una tarea que se resuelva de la noche a la mañana, pero tampoco es una misión imposible.
Según datos de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), sólo cerca del 10 por ciento de las micros, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) en México usa tecnología para reducir su consumo de agua y energía. Este bajo porcentaje se debe, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (SMA) del Distrito Federal, a los costos asociados a los cambios de equipamiento de uso eficiente de los recursos.
Aunque para María Eugenia Salas, gerente de investigación y nuevos productos de Helvex –empresa fabricante de accesorios para baño y cocina y que obtuvo el sello ecológico en una de sus regaderas–, se trata de un buen momento para que los negocios se sumen a la tendencia verde.
¿La razón? Cada vez más personas tienen mayor conciencia sobre la importancia de cuidar el entorno. “El consumidor verde es quien manifiesta su preocupación por el medio ambiente en su comportamiento de compra. Esto lo manifiesta a través de la búsqueda de artículos que sean percibidos como de menor impacto ecológico”, explica Antonio Chamorro Mera, profesor asociado en el área de comercialización e investigación de mercados de la Universidad de Extremadura (UEX) con sede en España.
Por eso, es tiempo de renovar la estrategia de tu negocio para convertirlo en una empresa 100 por ciento ecológica y, sobre todo, altamente productiva. Fortalece estas seis áreas siguiendo esta guía de prácticos consejos.
1. Alinea a tu personal a los objetivos verdes
Lo ideal es que antes de emprender comuniques a tu equipo de trabajo cuáles serán las prácticas y las metas que se quieren alcanzar. Esta información es aún más relevante si se refiere a formar hábitos dentro de la organización que sean amigables con el medio ambiente.
Habla con tus socios y colaboradores acerca de cuál será el límite máximo de uso de recursos. Por ejemplo: papel de oficina, artículos de plástico, agua y hasta productos de limpieza.
Una práctica tan simple como apagar la luz al salir de una habitación puede marcar la diferencia para cumplir con las metas establecidas. De esta forma, crearás una dinámica de trabajo a nivel interno que vaya de la mano con la misión de la organización: ser una compañía 100% pro-ambiente.
2. Cuida el consumo de energía
Uno de los aspectos clave que debes tener en cuenta a la hora de crear la estrategia general de tu compañía es hacer un estimado de los gastos operativos. Es decir, contar con una proyección anual en cuanto a consumo de energía, agua y recursos materiales que vas a utilizar. Y no olvides considerar el impacto ambiental que todo esto generará.
Según la Conuee, sustituir los focos ineficientes por eficientes da como resultado un ahorro de energía del 50 al 75 por ciento. Y lo mejor de todo es que estos últimos producen igual o mayor iluminación.
Recuerda que los puntos de consumo energético más relevantes en una empresa son: iluminación, calefacción, aire acondicionado, equipos de almacenamiento de alimentos, computadoras y aparatos de audio.
3. Calcula las emisiones de CO2
Conocer el porcentaje de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de tu negocio requiere de un cálculo del consumo directo de la organización. Esto incluye desde luz y agua, hasta otros elementos que se emplean para operar como insumos.
Para realizar este estudio, es recomendable que busques asesoría de un experto que se encargue de evaluar las emisiones que produces y las áreas en donde se puede reducir el impacto ambiental.
Así, puedes hacer un estimado del porcentaje de dióxido de carbono (CO2) que produce la operación de tu compañía para que, en consecuencia, tomes acciones. Sólo por poner un ejemplo, un hogar habitado por dos personas, con dos autos, que no utiliza transporte público, que no recicla y consume gas natural puede generar unas dos toneladas de CO2 al año.
Una de las soluciones más accesibles es plantar un árbol y cuidarlo durante 30 años para ayudar a neutralizar las emisiones generadas.
4. Clasifica tus desechos
Según cálculos de Pronatura, si reciclas tan sólo la mitad de la basura que generas (a nivel individual), se dejan de emitir 1080 kg de CO2 al año. Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (SEMADES) de Jalisco creó una guía sobre cómo separar los residuos en bolsas biodegradables en tres colores: azul, verde y rojo.
En la primera, por ejemplo, se deposita basura inorgánica como papel, vidrio, metales y textiles, entre otros. En la segunda van los residuos orgánicos como restos de comida, filtros de café o té y servilletas sucias. Mientras que en la tercera se desecha todo lo sanitario como jeringas, aceite comestible, colillas de cigarrillo, etc.
Recuerda que si lavas ligeramente, cortas o aplastas los residuos orgánicos e inorgánicos, aprovecharás más cada una de las bolsas y gastarás menos, lo cual también se verá reflejado en tu presupuesto.
5. Busca proveedores ecológicos
Comienza por evaluar si los productos y servicios que adquieres para tu negocio dañan al medio ambiente. En este punto es importante recordar que así como las personas que laboran al interior de tu empresa realizan prácticas ecológicas, tus proveedores también las deben tener. Si consideras que en el mercado no vas a encontrar todo lo que necesitas, te equivocas. Hoy, cada vez más tiendas sólo comercializan productos ecológicos.
Para identificar los artículos ecológicos o alimentos orgánicos, busca que tengan un distintivo en su empaque que diga si es amigable con el ambiente. O acude a empresas que ya hacen esa selección por ti y sólo comercializan productos verdes, por ejemplo, Todo Ecológico (www.todoecologico.com.mx). Se trata de una compañía, con sede en Guadalajara, Jalisco, que vende desde calentadores solares hasta comida orgánica.
6. Certifícate como empresa verde
En el caso de la Ciudad de México, el primer paso es acudir a la Secretaría del Medio Ambiente y tramitar la Licencia Ambiental Única para el Distrito Federal (LAUDF). De esta forma, se garantiza el cumplimiento a las mínimas obligaciones ecológicas.
Posteriormente, puedes obtener un Sello Verde o Ecológico mediante un estudio del producto o servicio que ofreces. Dicha evaluación la hace una organización que esté autorizada para emitir certificaciones de este tipo. El costo varía, ya que depende del sello que tramites.
Para obtener la certificación ambiental se evalúan diferentes puntos. Por ejemplo, consumo de agua potable y residual, suelo y subsuelo, emisiones atmosféricas, indicadores ambientales, residuos sólidos y peligrosos, ruido y riesgo ambiental. Recuerda que un certificado garantiza a tus consumidores que el producto es ecológico y que no daña al medio ambiente en ninguna de sus fases de fabricación.
7. Crea una estrategia de medios
Una vez que lleves a cabo los consejos anteriores, llegó la hora de que clientes, proveedores y el mercado en general se enteren de que eres amigable con el planeta. Para ello, traza un plan de comunicación y de marketing a fin de destacar esta característica.
No es necesario que cuentes con un área de comunicación o mercadotecnia para implementar esta estrategia. Una opción para que se escuche fuerte tu voz es inscribirte en el directorio Páginas Verdes (www.laspaginasverdes.com). Para ello, hay que presentar una solicitud en línea y un comité evalúa si tu producto o servicio cumple con criterios como ser ecológico y sustentable para ser publicado. Una vez aceptado, se ponen en contacto contigo para determinar el valor del espacio publicitario que requieres.
Fuente: Entrepreneur