Brenda Santillán Soto
Las empresas deben cumplir tres características clave si quieren mantenerse en funcionamiento en la economía post COVID-19: deben ser sustentables, inclusivas y equitativas. Lo anterior acuerdo con Martha Herrera, directora corporativa de Responsabilidad Social de Cemex y presidenta del Pacto Mundial en México.
“Necesitamos un cambio drástico en nuestros sistemas. Para que la economía funcione necesita crecer, ser sostenible, equitativa, estable y hacerlo de manera inclusiva”, dijo.
Ante este panorama, Martha Herrera mencionó que nos enfrentamos a una crisis sistemática derivada de la pandemia, la cual pone a prueba nuestra capacidad de adaptación y genera grandes retos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Por ello se deben, dijo, replantear rutas de solución y generar oportunidades de bienestar y desarrollo.
Al participar en el Segundo Conversatorio de la Agenda 2030, convocado por el gobierno federal, Herrera consideró que para ser sostenible se deben integrar modelos tomando en cuenta el impacto económico, social y ambiental.
“Si realmente queremos lograr una disminución notable en las cantidades de CO2 qué hay en la atmósfera, y ayudar a mejorar la desaceleración económica, se necesita lograr una reducción del 10% del uso de combustibles fósiles”, aseguró.
Mexico se encuentra dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo y uno de los países con mas desigualdad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que derivará en que de 25 a 30 millones de personas se encuentren en estado de pobreza al término de la emergencia sanitaria por la COVID-19.
Debido a esto la presidenta del Pacto Mundial en México señaló que las empresas deben crear una economía incluyente post COVID-19, en la cual exista la participación de las personas, prominentemente de grupos vulnerables, para de esa manera alcanzar la movilidad económica.
“Las empresas deben ser parte fundamental de las economías, promoviendo proyectos de inversión de impacto y valor compartido, buscando diversificar cadenas de suministros incorporando sobre todo a pequeños productores, implementando políticas y procesos de equidad e igualdad de oportunidades”, afirmó.
A lo anterior se suma que la tasa de desempleo va en aumento, por lo que es necesario un cambio en los sistemas empresariales para lograr una economía incluyente donde todas las personas puedan tener acceso y participar de la vida económica en diferentes roles, como trabajadores, empleados, consumidores, etcétera.
La reactivación económica post COVID-19 juega un papel muy importante debido a que muchos negocios se han visto afectados por la pandemia, por lo que se deben atender retos de desarrollo económico mediante la creación de empleos de calidad y oportunidades para grupos vulnerables que abran la brecha de la inequidad, dijo.
Los especialistas participantes coincidieron en el enorme reto que enfrenta la situación de la pobreza ante la emergencia sanitaria, pues en este 2020 existen 215 millones de personas en situación de pobreza en América Latina y de no atender esta problemática habrá un retroceso de 13 años en materia de pobreza.
Asimismo, consideraron que las empresas y organizaciones deben crear modelos que permitan tener una resiliencia financiera orientada al desarrollo estratégico y enfocada al cambio y la tecnología.
TICs, clave para alcanzar los ODS
En el conversatorio también se coincidió en que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) tienen un impacto importante en la consecución de todos los ODS, en particular los de educación, salud, combate a la pobreza, igualdad de género, entre otros.
“En AT&T a través de nuestra matriz en Estados Unidos, nos adherimos a los principios del Pacto Mundial para contribuir al cumplimiento de la agenda 2030”, señaló Mónica Aspe, CEO interina de AT&T México, durante su participación.
Actualmente, siete de cada 10 personas tienen acceso a internet en México, lo que representa un gran reto en la brecha digital respecto a la educación en línea y significa aún una gran área de oportunidad para la calidad de aprendizaje y educación.
En su participación como moderadora en el conversatorio, Gemma Santana, coordinadora de la Agenda 2030, señaló la importancia de “evolucionar en nuestros sistemas, impulsar nuevas formas y decirle al mundo que nos podemos organizar como humanidad”.