Por: Ana Cristina Dahik Loor
Profesora de área de Entorno Político y Social de IPADE Business School.
Henry Chesbrough, padre del concepto de innovación abierta afirmó que las empresas innovan utilizando recursos, ideas y tecnología afuera de las fronteras de sus empresas. Esta idea desafía la visión tradicional de innovación en las empresas que considera que las organizaciones son muy cautelosas en no permitir que sus procesos de innovación salgan de sus organizaciones.
Actualmente sabemos que las organizaciones que le apuestan a culturas de innovación abierta versus el enfoque tradicional obtienen resultados más ambiciosos desde múltiples perspectivas.
Hoy en día, la conversación de sostenibilidad tiene un peso sin precedentes en el mundo corporativo. Sin embargo, parece que el potencial de las fronteras de la sostenibilidad como fuente de innovación no ha tenido el alcance que pudiera tener. Richard Adams, investigador especializado en innovación sostenible, la define como aquella innovación capaz de introducir cambios en los productos, servicios o procesos de una empresa para generar beneficios sociales y medioambientales a largo plazo y, al mismo tiempo, beneficios económicos para la empresa.
Las organizaciones que no logran catapultar sus procesos de innovación sostenible suelen estar ancladas a puntos de partida reduccionistas y cerrados (más cercanos a la visión tradicionalista de innovación).
En el corazón de la innovación sostenible deben estar procesos que migren de un enfoque centrado en la empresa a procesos de innovación que pongan en el centro de la conversación a la sociedad. Aquí es donde la intersección entre la innovación abierta y la innovación sostenible nos puede dar grandes noticias.
De acuerdo con el Network for Business Sustainability, centro de estudios canadiense para la sostenibilidad, son tres las características principales que sirven para identificar las innovaciones sostenibles:
- Las innovaciones sostenibles contribuyen a la sostenibilidad de las empresas. Cuando las organizaciones integran criterios en sus procesos de innovación que van más allá de las ganancias financieras a corto plazo, esto se traduce en que extenderán las fronteras espaciales y temporales de sus iniciativas. Pensemos en iniciativas net zero verdaderamente ambiciosas las cuales obligan a repensar modelos que a largo plazo son mejores para la empresa, no solo para el medio ambiente.
- Las innovaciones sostenibles requieren un pensamiento sistémico. Posiblemente esta sea la característica más emocionante de las innovaciones sostenibles y de dónde surge su conexión directa con la innovación abierta. Forzarse a pensar sistemas (es decir, en unidades sociales interconectadas) provoca procesos de innovación mucho más ambiciosos. No es de sorprenderse, que las empresas que innovan desde un lente de sostenibilidad tienen más patentes registradas que sus contrapartes con un lente de innovación más tradicional (Flammer & Kacperczyk, 2014).
- Las innovaciones sostenibles deben integrarse en la cultura de la empresa. Aquellas organizaciones que integran en el ADN de su modelo de negocios la búsqueda constante y creativa de soluciones a problemas que van más allá de la compañía son aquellas capaces de redefinir nuevas maneras de hacer empresa. Esto requiere alejarse de mínimos indispensables, para aspirar a máximos innovadores.
El principal vehículo para que las organizaciones puedan efectivamente transitar hacia modelos de innovación sostenible es repensar las fronteras de sus procesos de innovación. Cuando las empresas dejan de innovar hacia adentro y le apuestan a innovar para la sociedad, es cuando verdaderamente podremos cambiar las reglas del juego.