Cuando estás a punto de aceptar un nuevo empleo, frecuentemente el salario, las prestaciones, el horario de trabajo y las oportunidades de crecimiento se convierten en factores centrales en tu toma de decisiones. Sin embargo, existe un elemento que podrías estar olvidando y que determinará un alto porcentaje de tu nivel de satisfacción laboral en un futuro cercano: la relación que puedes entablar con quien será tu jefe.
Por eso es muy importante reunir información que te permita conocer la cultura organizacional de la empresa en la que buscas colaborar y el estilo de gestión de quien podría ser tu próximo líder, a fin de determinar si existen señales de alerta sobre prácticas que podrían llevarte a renunciar en un periodo corto de tiempo, o peor aún, a odiar tu trabajo.
La experta Sara Stibitz publicó recientemente a través de Harvard Business Review un artículo con el que pretende ayudar a sus lectores a identificar cuándo podrían estar a unos pasos de enfrentarse a un mal líder, incluso antes de aceptar ese empleo que tanto desean.
El primer paso para lograrlo es, desde luego, determinar qué consideras un mal jefe, cuáles son sus características y cuáles de ellas no estás dispuesto a pasar por alto; en este sentido es importante que evalúes los valores de la compañía en cuestión y te preguntes si estos están alineados con tus ideales personales. Durante la entrevista trata además de indagar sobre el estilo de gestión de tu futuro líder y trata de determinar si se ajusta a la forma en que trabajas mejor; ¿podría ser un mentor?, ¿se inclina por el trabajo colaborativo, o prefiere un modelo competitivo?
La mayoría de las personas no renuncian a su empleo, renuncian a su jefe.»
No olvides que una de las razones principales por las que las personas renuncian a su trabajo es un mal jefe, por lo que necesitas asegurarte de prevenir situaciones molestas antes de llegar hasta este punto. El autor de Cómo conseguir un trabajo que te guste, John Lees, asegura que aún cuando en ocasiones no sabrás exactamente lo que te molesta de tu superior hasta que has trabajado con él o ella, sí es necesario reunir la mayor cantidad de información posible para evitar una mala experiencia.
Observar la entrevista laboral como un instrumento de dos vías te ayudará en el proceso de determinar si deseas colaborar con una organización y te permitirá liberarte de todas las barreras que te impidan solicitar más información. Pon mucha atención en la cantidad y el tipo de información que el reclutador te ofrece durante esta conversación e intenta formular algunas preguntas cuidadosamente.
Evita los cuestionamientos directos como “¿puede hablarme de su estilo de liderazgo?”, ya que pueden sonar agresivos para el reclutador o ser interpretados como una importante falta de interés por el empleo; puedes sustituirlas por: ¿qué haré en un día de trabajo normal? o ¿de qué forma voy a desarrollar mis habilidades?
La clave es observar la apertura del entrevistador a entablar un diálogo más allá de sus respuestas a preguntas preestablecidas. Si se trata de una persona dispuesta a colaborar a que se sienta cómodo durante la entrevista, muy probablemente lo hará dentro del entorno laboral.
Si vas a aceptar ese empleo es muy importante que no llegues a tu primer día con los ojos vendados, investiga cuidadosamente qué tan formal es el ambiente de trabajo, el código de vestimenta y todo lo que creas que necesitarás saber antes de comprometerte con una organización. Hacer una búsqueda en Google y revisar los perfiles de redes sociales de la compañía puede resultar de mucha más ayuda de la que crees, así que procura hacer tu tarea.
Finalmente, y si te es posible, entabla una conversación con algún futuro colega y pídele que te cuente detalles sobre su entorno laboral y la forma en que su jefe influye en sus actividades diarias. No hay nada más honesto que la perspectiva de un colaborador.
Recuerda que los resultados de este ejercicio pueden ofrecerte datos relevantes sobre la cultura organizacional, pero no constituyen indicadores infalibles sobre la forma en que te adaptes a tu nuevo equipo de trabajo, ya que esto dependerá de la forma en que cuides tus relaciones tanto con tus compañeros como con tu futuro jefe. ¿Estás listo para tomar una decisión?