Durante años las mujeres hemos luchado a favor de la equidad de género y hemos solicitado en numerosas ocasiones el apoyo masculino para combatir problemas como la brecha salarial y los sesgos de liderazgo. Sin embargo, debemos aceptar que cuando se trata de hablar sobre los estándares de belleza y buscar un mundo en el que los estereotipos no dañen el autoestima de las personas promedio con frecuencia somos sumamente egoístas: queremos chicas con curvas en los anuncios publicitarios, buscamos liberarnos de maquillaje e incluso hemos creado el concepto de «mujeres reales» para abanderar este movimiento, ¿pero qué hay de los hombres reales y de la diversidad?
En 2014, la periodista Esther Honig emprendió el proyecto Before and After, y contrató profesionales de la edición fotográfica en diferentes países del mundo para que convirtieran su rostro en el de la mujer perfecta de acuerdo con los estándares de belleza de cada una de sus naciones. Esto inspiró a Superdrug Online Doctor en Reino Unido para crear la iniciativa Perceptions of Perfection, en el que retó a diseñadores de diferentes países del mundo para editar la imagen de un fotógrafo neoyorkino y crear su propia versión del hombre perfecto.
El equipo recibió respuesta de especialistas en 19 países del mundo de Nigeria a Indonesia; algunos de ellos mantuvieron una imagen muy similar a la original, mientras que otros la modificaron drásticamente. Aquí el resultado.