Todos sienten y expresan su amor por la música de diferente manera. Algunos deciden encerrarse en su cuarto y bailar al ritmo de su canción favorita, mientras que otros prefieren compartir con el mundo su pasión por el baile y hacer de su hobby, su vocación.
Pero como en el mundo de la moda o en la política, existen ciertos estereotipos y una edad predeterminada que se convierten en una barrera para muchos que comparten el sueño de bailar en un gran escenario frente a muchas personas.
Se trata de los mismos estereotipos que imponen a hombres y mujeres un estandar de belleza inalcanzable, que con frecuencia dañan la autoestima de mujeres de todas las edades y que constantemente ponen en la cabeza de decenas de niñas la idea de que no pueden cumplir sus sueños, debido a su apariencia física.
Por fortuna, estos mismos soñadores han decidido romper con ella y desafiar los estándares de belleza y todos los paradigmas que rodean a la danza para alcanzar su meta y convertirse en bailarines profesionales.
Para ti, ¿cómo debe ser un bailarín profesional? Si te imaginaste un hombre o mujer delgada y delicada como los que salen en las películas, que comenzaron a bailar a una edad muy corta, eres parte del problema… conoce estos dos proyectos que te darán otra respuesta.
1-. La escuela de ballet en Nairobi
En un rincón de África y exactamente en Kenya, se encuentra una academia de danza clásica que en realidad es un salón de clases, que se transforma en un espacio recreativo una vez a la semana.
Al descubrir este sitio lleno de estudiantes que comparten el mismo amor por la danza, Fredrik Leynerd, un fotógrafo sueco, decidió retractar la evolución de los alumnos con la danza y compartir esta serie fotográfica con el mundo.
Esta iniciativa fue integrada por Reino Unido y la organización África Anno, que proporciona educación de las artes a más de 800 niños en Kenya. La clase de ballet es impartida por Mike Wamaya, quien es una pieza clave para el sano desarrollo y crecimiento de los bailarines.
La organización África Anno, recaudó fondos para poder pagar la formación de las clases y proporcionarle a los estudiantes más avanzados zapatillas de ballet.
Durante un año Leynerd fotografió a los estudiantes para enseñarle a la sociedad que el ballet no necesita un estatus social alto, ni uniformes profesionales, solo un grupo de bailarines dispuestos a luchar por sus sueños.
El cambio en su vida y lo lejos que han hecho en sólo un año es realmente impresionante, concluyó Lerneryd.
De acuerdo con Fredrik Leynerd, cuatro de los alumnos del programa de ballet de Kibera, se encuentran bailando en un estudio de ballet profesional, ubicado en uno de los barrios de clase alta en Nairobi y se presentaron en el Teatro Nacional de Nairobi para interpretar “El Cascanueces”.
2-. Pretty Big Movement
Akira Armstrong demostró que no necesitas tener un cuerpo como Kim Kardhashian o Jennifer Lopez para poder bailar, solo un gran ritmo, dedicación y amor por lo que haces.
Esta bailarina profesional a pesar de haber participado en los videos “Green Light” y “Get me Bodied” de Beyoncé, por su físico, no encontró una agencia que quisiera representarla.
Cuando las personas piensan en el cuerpo de un bailarín, se imaginan de inmediato en una figura delgada y alargada, con brazos y piernas largos, comentó Akira.
Para romper con los estereotipos establecidos en la industria de la danza, Akira decidió abrir su propio estudio de danza bajo el nombre de “Pretty Big Movement”, una academia donde el peso no es importante.
Al crecer en un entorno dancístico, siempre sentí que mi cuerpo tenía algo malo, así que decidí volverme pionera de las mujeres plus-size.
El estudio de danza no solo va en contra de los estándares de belleza, también quiere que las mujeres y sobretodo las nuevas generaciones comiencen a quererse tal y cómo son.
Ahora, cuando te pregunten, ¿cómo luce una bailarina?, ¿qué vas a responder?