Al igual que los líderes de opinión, quienes se encuentran al frente de una compañía cargan una gran responsabilidad sobre sus hombros: para con sus clientes, sus empleados y la sociedad en general. Por tal razón, deben ser cautelosos con sus decisiones, acciones y declaraciones.
Al anunciar su precandidatura presidencial, Donald Trump, el magnate estadounidense, lanzó una serie de declaraciones en contra de la comunidad hispana que reside en Estados Unidos. A raíz de sus polémicos comentarios, el empresario multimillonario vio afectada no sólo su imagen pública –de la noche a la mañana se convirtió en el hombre más odiado del mundo–, sino también sus negocios.
En cuestión de días, varias compañías decidieron romper toda relación comercial con el hombre de negocios, entre ellas Univisón, NBC, Televisa y la tienda departamental Macy’s. Esto sin mencionar a la comunidad latina residente en Estados Unidos, que hizo un llamado a boicotear a Trump.
Trump podrá ser uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, pero ciertamente, no es un ejemplo a seguir. ¿Cuáles son las características de un líder irresponsable, ésas que todo jefe debería evitar?
Vela únicamente por sus ganancias
Los líderes verdaderos saben que su finalidad última no es acumular riquezas, sino ser un agente de cambio en la sociedad. Reconocen su potencial para mejorar su entorno y lo aprovechan para convertirlo en su medio de vida.
No conoce la empatía
Un líder no tiene que ser una monedita de oro para caerle bien a todo el mundo, pero sí tiene que ser empático; es decir, tener la capacidad de ponerse en los zapatos de alguien más para tomar las mejores decisiones.
Es soberbio
Un verdadero líder es consciente de que todo lo que es y lo que tiene es gracias a sí mismo, y también a los demás. No cae en la trampa de creer que ha conseguido todo solo, y aunque es seguro de sí mismo, no se deja dominar por el ego.
Es indiferente a las generaciones futuras
Puede que se preocupe por su familia inmediata, como sus hijos y nietos, pero fuera de ella, las generaciones futuras no le preocupan demasiado. Si para tener éxito en su negocio necesita perjudicarlas, no lo piensa dos veces.
No sabe delegar
Cree que ser responsable es sinónimo de controlar cada detalle de su negocio, pero no se da cuenta de que, si algún día él falta, nadie más sabrá cómo sacarlo adelante. Un líder debe reconocer la importancia de colaborar y delegar.
No es visionario
Tener visión es construir un puente por encima de un abismo que nadie sabe cómo cruzar. Los líderes visionarios proponen soluciones para mejorar la vida de las personas, y en el camino, obtienen ganancias. Son valientes y generosos.
No vela por sus empleados
Un líder irresponsable no se preocupa en lo mínimo por sus trabajadores. No les garantiza un sueldo digno, condiciones de trabajo favorables ni los reconoce cuando hacen bien su labor. Cree que están ahí para servirle y “cumplir su deber”.
Es poco confiable
Dice una cosa, pero al día siguiente, cambia de opinión. Promete y no cumple. Convoca a reuniones y las cancela en el último minuto. Como la leyenda de Pedro y el Lobo, la gente deja de creer en su palabra.
No cuida sus palabras
Cree que debe “decir todo lo que piensa”, pero no tiene tacto alguno: dice las cosas sin importarle el momento, el lugar ni las consecuencias. Es imprudente y no parece darse cuenta de que sus acciones y declaraciones tienen consecuencias.
No respeta su entorno natural
Explota y contamina los recursos naturales a su conveniencia, sin importarte estar destruyendo el sustento mismo de la humanidad. No tiene visión a largo plazo; las ganancias inmediatas son todo lo que ocupa su mente.
Fuente: Soy Entrepreneur