Las fuertes campañas con las que Greenpeace ha atacado a empresas como Shell, Zara o P&G debido a su gran impacto ambiental, han coronado a la organización sin duda como uno de los más grandes enemigos de las corporaciones a nivel mundial, por lo que es sumamente difícil imaginarla en alianza con alguna de las empresas a las que tantas veces ha dado serios dolores de cabeza. Sin embargo Kimberly-Clark ha logrado lo que todos creíamos imposible y generó una alianza con la defensora ambientalista para salvar los bosques.
Lo que hace de esta colaboración un suceso aún más sorprendente es la batalle librada entre ambas organizaciones durante cinco años antes de que el fabricante de Kleenex se comprometiera a aumentar el consumo de fibras certificadas con el sello FSC ( Forest Stewardship Councilcertified) en 2009.
Tras la victoria de su campaña «Kleercut», Greenpeace dejó de hacer anuncios falsos sustituyendo el logotipo original de Kleenex por la versión diseñada con el fin de generar conciencia sobre el grave problema de la deforestación.
Para el 2012, la empresa ya había anunciado nuevos objetivos para el uso sostenible de los bosques comprometiéndose a reducir su huella forestal y proteger la biodiversidad. «Seguimos apoyando decididamente la silvicultura sostenible, pero al mismo tiempo estamos explorando agresivamente el alto potencial de fuentes de fibra alternativas a las tradicionales, manteniendo los altos estándares de calidad que esperan nuestros clientes”, afirmó entonces Suhas Apte Vicepresidente de Sostenibilidad Global de Kimberly-Clark.
Respecto a la nueva amistad que la empresa mantiene con Greenpeace, el líder de sustentabilidad de Kimberly Clark, Peggy Ward, declaró para Ad Age que las compañías no deben temer cuando reciben la primera llamada proveniente de Greenpeace. Agregó que la organización ambientalista está dispuesta a negociar, escuchar metas alcanzables y escuchar las preocupaciones de la empresa sobre la implementación de nuevas prácticas.
Ya que la empresa no cuenta con auditorías de terceros, Greenpeace ayudará a supervisar el cumplimiento de las normas forestales necesarias en los procesos de producción.
«Existe una idea erronea de que la tala de árboles es mala», declaró Ward. «Realmente se trata sobre tener una gestión forestal responsable», añadió.
Por su parte Richard Brooks, coordinador de la campaña forestal de Greenpeace, aseguró que la relación con Kimberly Clark se basa en un cambio tangible y ha crecido a través de reuniones periódicas que se enfocaron inicialmente en los bosques canadienses. Aunque ahora la organización ofrece consultoría acerca de qué proveedores utilizar y cuales hay que evitar en Indonesia.
