De los CEO de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, conocidas como las Fortune 500 por el ranking anual que hace la revista Fortune, solo 24 son mujeres. Mucho se ha dicho sobre la raíz de esta impresionante disparidad, que es multicausal e involucra a instituciones educativas y gubernamentales, padres de familia, empresas y decisiones individuales, pero poco sobre lo que hace diferentes a estas mujeres. ¿Cómo lograron romper el techo de cristal y llegar a puestos tan competitivos?
Una investigación cuyos resultados fueron publicados en Harvard Business Review se centró en esta pregunta. Aquí algunos datos interesantes que arrojó el estudio:
* Más del 20% tomó un trabajo en la empresa que ahora dirige después de graduarse. Mary Barra, ahora CEO de General Motors, empezó en la compañía como estudiante y el primer puesto de Kathleen Mazzearella en Graybar, la empresa que comenzó a dirigir 30 años después, fue de encargada de servicio al cliente.
* Más del 70% estuvo por más de 10 años haciendo carrera en la compañía antes de llegar al puesto de CEO.
* La media de tiempo en una misma empresa para estas mujeres es de 23 años, cuando para los hombres CEO de otras empresas en la lista Fortune 500 la cifra es de solo 15 años.
* Solo el 25% de las mujeres y el 16% de los hombres CEO de empresas Fortune 500 tienen títulos de MBA otorgados por alguna de las 10 mejores universidades de Estados Unidos.
* El promedio de edad de estas CEO es de 56 años y la más joven es es Heather Bresch, de 45 años, quien lidera la farmacéutica Mylan.
Las investigadoras Sarah Dillard y Vanessa Lipschitz también señalan que aun las mujeres que no comenzaron su carrera en la compañía que ahora dirigen sí pasaron muchos años en una misma empresa. Por ejemplo, Sheri McCoy trabajó 30 años en Johnson & Johnson y ahora es la CEO de Avon. Estas cifras significan que si una mujer quiere llegar a ser CEO de las empresas más grandes y prestigiosas del mundo es muy probable que deba decidirlo desde muy joven, ya que los ascensos internos son más seguros que los cambios de empresa. En el caso de los hombres esto no es tan cierto, ya que solo el 48% de los CEO de empresas Fortune 500 llegó al puesto después de llevar muchos años en la misma organización.
Esto puede analizarse de dos maneras, afirman Dillard y Lipschitz: por un lado, se puede decir que estas empresas tienen una cultura fuerte, que provee de buenos mentores, o que se trata de características personales de estas mujeres. La otra interpretación es que la cultura castiga a las mujeres, quienes tienen que esperar más tiempo que los hombres para obtener ascensos.
De cualquier manera, sí queda claro que las ejecutivas con ambición de seguir los pasos de estas 24 CEO deben tener muy en cuenta la cultura de las organizaciones en las que trabajan, ya que el camino más seguro hacia este puesto parece ser el colaborar por décadas para una misma compañía.
