Si trabajas en una gran empresa, sus dirigentes están deseando que creas que se preocupan por tu bienestar. Seguramente recibes correos electrónicos de RH en los que se te ofrecen programas que fomentan la salud, hacer ejercicio o dejar de fumar. Pese a ello, investigaciones recientes sugieren que las condiciones laborales afectan el bienestar.
De acuerdo con Fast Company, para construir realmente un futuro laboral mejor, los corporativos tendrán que abordar cómo sus propias prácticas de gestión contribuyen a la mala salud del personal y centrarse en cambiarlas. La buena noticia es que estas modificaciones no tienen por qué ser costosas y suelen beneficiar tanto a la organización como a los trabajadores.
Erradicar las condiciones laborales que afectan el bienestar
El primer paso para las directivas es reconocer que las condiciones laborales afectan el bienestar de quienes laboran con ellos, y que reflejan decisiones administrativas que pueden ser reconsideradas.
Desgraciadamente, muchas prácticas empresariales que han aumentado su popularidad en las últimas décadas tienen efectos negativos en la salud y la tranquilidad de los trabajadores.
Por ejemplo, muchas compañías de servicios, como el comercio minorista, han adoptado políticas de programación «justo a tiempo» que intentan adaptar la cobertura del personal a la fluctuación de la demanda en las tiendas.
El objetivo es aumentar la eficiencia, pero el resultado es contraproducente para los empleados, pues los horarios de labor pueden variar sustancialmente de una semana a otra.
Esta dinámica en los tiempos tiene un impacto negativo en la sanidad psicológica de los trabajadores y sus familias, ya que aumenta la probabilidad de que estos hogares sufran dificultades económicas como el hambre.
Además, las investigaciones han revelado que las personas de color que trabajan en el sector de los servicios, especialmente las mujeres, suelen tener horarios más inconstantes y perjudiciales, que sus compañeras blancas.
Sin embargo, los efectos adversos para la salud de las prácticas corporativas no se limitan a un ramo. Por un lado, muchas compañías de Estados Unidos no ofrecen un salario digno ni buenas prestaciones, y los bajos ingresos se asocian a resultados de salud negativos.
Pero incluso para quienes no están percibiendo salarios bajos, algunos estudios sugieren que las condiciones laborales afectan el bienestar, pues los lugares de trabajo son generalmente más estresantes que hace varias décadas.
Ya sea como producto de las tecnologías «siempre activas» o de la intensificación de la competencia mundial, o de ambas cosas, la cantidad de trabajadores que se sienten sobrecargados ha aumentado.
En un estudio realizado entre los encargados del área de tecnología de la información (TI) de una empresa, perteneciente a la lista Fortune 500, muchos declararon estar sobrecargados de actividades. Los largos horarios y la exigencia de estar siempre disponibles les provocaba estrés y agotamiento.
El trabajo no tiene por qué ser una fuente de demanda y preocupación excesivas y poco saludable. Por ello, en un experimento de Fast Company, donde se estudió a otra compañía, igual dentro de Fortune 500, se lograron rediseñar las prácticas y políticas internas mejorando la salud y disminuyendo el agotamiento y la rotación voluntaria.
3 principios de buenas prácticas
Recientemente, un grupo de estudiantes de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard identificó una amplia gama de prácticas organizativas que, según su reporte, fomentan las situaciones laborales óptimas, evitando las que afectan el bienestar. Dichas mejoras incluyen tres principios generales:
1. Permitir a los trabajadores un mayor control sobre la forma en que realizan su trabajo
Los estudios demuestran que la falta de control sobre la forma de llevar a cabo el trabajo perjudica la salud y el bienestar. Por ejemplo, la combinación de grandes exigencias a los empleados y el escaso control sobre cómo se desempeñan aumenta el riesgo de diabetes y de muerte por enfermedad cardiovascular.
Por el contrario, darles a los colaboradores voz en la forma en la que ejecutan sus responsabilidades aumenta la capacidad de decisión y podría ayudar a reducir las desigualdades raciales, ya que los empleados afrodescendientes suelen decir que tienen menos participación que los blancos.
2. Controlar las exigencias laborales excesivas
Es comprensible que los directivos quieran más rendimiento, pero a largo plazo, exigir demasiado puede ser contraproducente. Trabajar muchas horas o bajo ciertas condiciones laborales afecta el bienestar, ya que conlleva un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.
Incluso si el personal no enferma, los niveles continuos de alto estrés pueden tener efectos negativos para la empresa, porque repercute en la capacidad del trabajador en dormir bien, concentrarse en el trabajo y tomar buenas decisiones.
El estrés elevado o los problemas de salud también hacen que los empleados sean más propensos a renunciar, lo que genera costos relacionados con la rotación para la organización.
Una estrategia de gestión eficaz para contrarrestar el exceso de funciones es recabar la opinión de la planta trabajadora e identificar los procesos que pueden mejorarse y los que pueden eliminarse o reducirse; por ejemplo, el tamaño de una reunión periódica que tiene más asistentes de los necesarios.
3. Fomentar las relaciones sociales positivas en el lugar de trabajo
Los estudios han demostrado que las relaciones sociales cimentadas son extremadamente importantes para la salud y el bienestar de las personas, y eso se extiende al lugar de trabajo. Tener interacciones sociales positivas puede aminorar los efectos negativos del estrés laboral y facilitar el compañerismo con eficacia.
Un ejemplo: Se ha descubierto que formar a los supervisores para que apoyen más la vida personal y familiar de sus subordinados tiene aspectos significativos en el bienestar de los trabajadores y en su desempeño.
Beneficios de cambiar las condiciones laborales
Los tres principios generales anteriores son relevantes para todo tipo de trabajos, desde los vinculados con el conocimiento y los mandos intermedios hasta los de primera línea en las industrias de servicios.
Al poner en práctica estas ideas, los directivos pueden rediseñar el trabajo en pro de la salud y, en el proceso, conseguir resultados beneficiosos para la empresa.
Imaginemos un futuro laboral en el que todos los trabajadores sean tratados con respeto y dignidad, y sus experiencias contribuyan a su tranquilidad en lugar de amenazarla.
Ese panorama está a nuestro alcance como sociedad. Sin embargo, para lograrlo se requiere que los líderes reconozcan la importancia de fomentar un ambiente laboral saludable e inclusivo, y que actúen en consecuencia.
