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Entendiendo la Responsabilidad Social¡Ponte a dieta! Sería bueno para combatir el hambre

¡Ponte a dieta! Sería bueno para combatir el hambre

¿Has escuchado hablar de los siete pecados capitales?, ¿en cuántos de ellos has caído?

De acuerdo con el cristianismo, los siete pecados representan a diferentes vicios que acosan al ser humano. Estos excesos abarcan la lujuria, la pereza, ira, envidia, avaricia, orgullo y la gula.

Si amas la comida con locura, probablemente ya fuiste víctima de la gula y terminaste con una indigestión y dolor de estómago por consumir más comida de la que tu organismo esta acostumbrado.

La gula no sólo se relaciona con la comida, también con cualquier exceso que afecte nuestra salud. Por ejemplo: si alguien tiene problemas en el hígado y decide tomar grandes cantidades de alcohol esta recurriendo a la gula o si se tiene inestabilidad económica y se invierte en productos con un costo elevado.

Este vicio es considerado un pecado capital para la religión cristiana y el catolicismo, de acuerdo con ambas religiones es un deseo desordenado, excesivo que en la mayoría de los casos se relaciona con la comida y la bebida.

Muchos de los alimentos que se compran en estos ataques de locura, acaban en los vertederos o terminan por descomponerse en la alacena.

¿Qué tiene que ver la gula con los desperdicios de alimentos?

Actualmente se tiran más del 40% de los alimentos, y el motivo es porque terminamos comprando más comida de la que realmente necesitamos y consumimos.

Sin embargo no sólo en los hogares se desperdician los alimentos. Durante el proceso de producción y suministro, también se tira una cantidad exagerada de alimentos.

Otra razón por la que muchas frutas y verduras terminan en la basura, aún y cuando están en buen estado, es su aspecto físico. Si creías que los estereotipos solo afectaban a los seres humanos, temo decirte que no es así, ya que los colaboradores de diversas tiendas y los mismo consumidores excluyen todos aquellos vegetales que son considerados como feos.

Para hacer frente a esta situación, varias organizaciones han lanzado iniciativas como emojis, mercados inclusivos e incluso un Señor Cara de Papa para concientizar a la sociedad. Lamentablemente, esta no es la única forma en la que los alimentos se desperdician.

La gula juega un papel importante en los residuos de alimentos. El sobre consumo o consumo compulsivo, es un trastorno psicológico que se caracteriza por comprar de forma masiva. Tan solo en Estados Unidos se estima que más del 50% de la población se ve afectada por este trastorno.

Dentro de estos ataques de consumo, las personas compran demasiados productos alimenticios que al final terminan tirando, los alimentos que si consumen y de forma excesiva son aquellos con un alto porcentaje de azúcar y grasas que afectan la salud y calidad de vida de las personas.

Debido a la alta demanda de alimentos que se ocasiona por comprar y comer de manera excesiva, las industrias alimenticias aumentan y aceleran los procesos de producción, reduciendo la calidad de los productos e incentivando el desperdicio de alimentos y recursos naturales utilizados en la elaboración.

Un estudio de la Universidad de Edimburgo que cuantificó el desperdicio de alimentos en diez etapas, encontró que se pierde más del 20%  de toda la comida que se encuentra en las tiendas y restaurantes

La mitad de estos alimentos se tiran o se dejan estropear y el otro porcentaje es desperdiciado debido al consumo compulsivo. Esto quiere decir que de todos los productos comestibles, una décima parte se sacrifica debido a la glotonería.

Consumo responsable y dieta para reducir el desperdicio

El pollo, el huevo y la cosecha de frutas y verduras tiene un impacto en el medio ambiente. Para el ganado se utilizan más de mil millones de alimentos, lo que representa 240 millones de toneladas de carne, leche y huevos. Este sistema de producción es el menos eficiente ya que se pierde más del 78% de los alimentos cultivados y de origen animal.

Durante todo el proceso anterior hasta el suministro en las tiendas, se pierde más de 840 millones de toneladas de alimentos, además de que la ganadería representa más del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Todos estos porcentajes podrían reducirse, si se cambia el hábito alimenticio de los seres humanos y su consumo excesivo.

Esta más que comprobado que que la industria alimenticia es responsable gran parte de los efectos del cambio climático y la explotación de recursos naturales.

Para reducir nuestra huella ambiental y de consumo, los expertos recomiendan llevar una dieta balanceada y comprar sólo aquellos productos que realmente necesitamos, otra clave para luchar contra el desperdicio de alimentos es recurrir de nuevo a la lista del supermercado en la cual se debe registrar todos aquellos artículos faltantes en la alacena y que realmente son nutritivos.

Los investigadores de este estudio, también recomiendan agregar productos que no sean de origen animal, como la leche de soya, almendra o alpiste.

Esto no quiere decir que las personas deben cambiar radicalmente su dieta, sino moderar la cantidad de comida que consumen y de forma responsable.

Actualmente existen muchas alternativas para alternar con los productos de origen animal. De acuerdo con los investigadores de dicho estudio, si las personas comienzan a comprar más productos orgánicos y elaborados con diferentes plantas y semillas, la industria alimenticia empezará a incluir más de este tipo de artículos en el mercado de alimentos.

Mejorar la alimentación, consumir de forma responsable e incluir todos aquellos vegetales con un aspecto no agradable son solo algunas de las opciones para combatir tanto el desperdicio de alimentos, la crisis alimentaria y reducir las emisiones generadas por la cadena de producción de comida.

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