Por Emilio Guerra Díaz
Medir y computar la generosidad resulta un ejercicio que seduce a muchas personas, sean investigadores, analistas, estudios, miembros de organizaciones o dependencias de gobierno y puede tener usos tan útiles como fatuos. Pero en todo grupo social es conveniente tener estadísticas y datos que marquen tendencias y comportamientos sobre la generosidad sobre todo para la toma de decisiones.
A nivel internacional destaca la metodología de Gallup y la Charities Aid Foundation que tienen un ranking de generosidad con tres categorías: 1) la disposición de las persona por ayudar a otros que no conocen, 2) colaborar de manera regular otorgando donativos y, 3) apoyar con acciones voluntarias a su comunidad. Año con año se actualiza esa información y pese a que de origen existen profundas dificultades para estandarizar la información obtenida que se compara, sí permite conocer tendencias.
México no es ajeno a esa necesidad por lo que tiene a través del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), la Cuenta Satélite de Instituciones sin Fines de Lucro para tal fin. No es un producto terminado y que como suele suceder en estas herramientas, los criterios de apertura y sus ajustes están enriqueciéndolo de manera permanente.
En el ejercicio de medir, es costumbre privilegiar los indicadores cuantitativos restando importancia a los indicadores cualitativos a lo que se deshonra o denosta.
Sin embargo, existe el riesgo de medir inadecuadamente los resultados de proyectos financiados, tanto por razones como la falta de pericia en la metodología o, incluso, magnificar las cifras y destacarse como “el más…”
Así, cuando se mide la generosidad se pueden considerar al menos:
- Definición de categorías de análisis o comparación
- Número de beneficiarios directos e indirectos (por familia, grupo o entidad)
- Unidad de medida, frecuencia y repetición
- Relación costo/beneficio en el corto, mediano y largo plazo
- Cómo se captan y presentan los datos: ¿quién es la fuente?, ¿quién los recaba?, ¿Son números acumulados durante un ejercicio o en varios años?
- Número de servicios y personas que los reciben
Recurriendo a la historia y al realizar una revisión sobre la interpretación de datos tenemos lo siguiente:
En 2008, la revista Mundo Ejecutivo consideró, de acuerdo a la información obtenida de las organizaciones en el año de su estudio (mayo de 2008), que “50 fundaciones más importantes en México” beneficiaban a más de 45 millones de personas. Sí de 111 millones 304 mil habitantes cantidad que reportaba el INEGI como la población del país para ese año, 45 millones fueron atendidos por 50 fundaciones eso equivalió a 40.4% de la población, es decir, ¡de cada 10 personas, 4 recibieron un beneficio de alguna fundación!
Años más tarde el “Primer informe sobre filantropía elaborado por la revista Forbes México revela que durante 2013 se vieron beneficiadas poco más de 86 millones de personas, por las 38 fundaciones que aparecen en el listado…”
(enero de 2015), lo que significó que hubo “más eficiencia y eficacia de la filantropía porque menos fundaciones hicieron más. Sí de 118’397,000 habitantes (población de ese año), 86 millones de compatriotas fueron atendidos por 38 fundaciones del listado de Forbes, eso equivalió a 72.6% de la población, es decir ¡De cada 10 personas, 7 recibieron un beneficio de alguna fundación! Como se ve a todas luces datos inverosímiles.
En 2014, durante la entrega de donativos a 19 instituciones de asistencia privada, el Nacional Monte de Piedad señaló que a través del Programa de Financiamiento para la Asistencia e Integración Social (PROFAIS) ha entregado recursos por 100 millones de pesos beneficiando a 500 instituciones… pero en 11 años, dato que cobra certidumbre.
Como se puede ver en los ejemplos anteriores existen serias inconsistencias metodológicas que permiten cuestionar para crear un “ranking de la más…”:
- ¿Se reporta número de beneficiarios o servicios otorgados a los beneficiarios?
- ¿Cuántos beneficiarios indirectos se calculan por cada directo?
- Los financiadores ¿Operan o financian proyectos?
- ¿Cuántos servicios que otorga una organización recibe una sola persona al año?
- ¿Cómo recaudan la información de beneficiarios?
- ¿Contra qué hecho, dato o tendencia se hace el comparativo?
- ¿Hay línea de base?
- ¿Cuál es su cobertura real contra la estimada?
El protagonismo contra los hechos
Diversos son los propósitos motivados por destacarse como la organización “que más…”: ubicarse en un ranking ocupando la primera posición para ganar prestigio; decir que son los que más recursos invierten, o que son los que más voluntarios movilizan para causas sociales. Para algunas empresas y sus fundaciones destacarse como “la que más…” puede estar motivado por ganar para sí reputación e incidir favorablemente en la imagen corporativa, reportar resultados magnificando la inversión o mostrarse altamente eficiente. En consultores subrayarse y calificarse como “uno de los más…” sirve para contratarse mejor (aunque no se hablen de resultados). En una organización de la sociedad civil “el o la más…” sirve para distinguirse respecto a otras para obtener donativos, etc. lo cierto es que el “mas…” privilegia lo cuantitativo.
La revista Forbes señala en su tercer informe de filantropía que la “Fundación Carlos Slim es la organización más filantrópica de México”… El tercer informe de Empresas Filantrópicas, un trabajo especial de Forbes México, destaca a la Fundación Carlos Slim como la organización que “más trabaja sólo por ayudar”. Pero bien cabe señalar que esa aseveración corresponde a un limitado universo de organizaciones seleccionado por la revista donde no se incluyen a todas las fundaciones donantes del país.
Cuando se amplían los horizontes del análisis y se apoya en otras variantes y parámetros de las categorías propuestas, los resultados pueden ser distintos. Tan sólo por ejemplo faltaron dos gigantes de la filantropía en México: la Fundación Alfredo Harp Helú y la Fundación Gonzalo Río Arronte.
Para determinar sí una organización es “la más…” habría que contestar estas interrogantes: la Fundación Carlos Slim: ¿Tiene el mayor fondo patrimonial? o ¿Es la organización que dona el mayor volumen de recursos económicos a causas sociales?, ¿Es la que a más organizaciones de la sociedad civil apoya?, Dicha organización ¿Es la “más…” por número de beneficiarios directos e indirectos atendidos?, ¿Es la “que más…” impacta en la comunidad?, ¿Es la “que más” proyectos apoya?, ¿Es la “que más” cobertura abarca?, ¿Es la “que a más” grupos sociales con particulares condiciones atiende? No hay un afán de critica estéril, claro que la Fundación Carlos Slim tiene sus bien ganados méritos y su aporte es en extremo relevante. El problema radica en las calificaciones y etiquetas que se colocan para algunos de los fines descritos líneas arriba.
Por otra parte “el más.. tiene su espejo: “el menos…” con el cual también se busca resaltar cualidades de posicionamiento y no necesariamente de efectividad.
Sea cual fuere el criterio para medir la generosidad, no hay que olvidar una metodología sencilla que escapa de la comparación contrastada con otros. La generosidad que nace de las propias posibilidades, es decir, de lo que cada individuo u organización da en relación a lo que tiene, lo que le da otra relevancia y profundidad al acto de dar, esa es una forma interesante que hay que observar.
Desde el Consejo Directivo
El Presidente del Directorio felicitó a la Fundación Kaluz por la iniciativa “Nado por mi corazón” que busca recaudar fondo a través de convocar a un maratón de nado en distintas albercas del IMSS y otras organizaciones donde se estima que participarán 40 mil nadadores. Los fondos recaudados servirán para apoyar a niños con problemas cardiacos. El evento se llevará a cabo del 8 al 14 de febrero próximos.
El Tesorero de la organización comentó que la semana pasada el director general del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, José Reyes Baeza, anunció la creación de la Fundación ISSSTE, la cual tendrá como propósito impulsar la investigación médica y científica en el campo de la salud y por supuesto atraer donaciones. Esta nueva asociación viene a sumarse al trabajo de la Fundación Mexicana para la Salud y su homóloga la Fundación IMSS.
La Secretaria del Consejo Directivo compartió con sus colegas que la Universidad Del Valle de México firmó un convenio de colaboración con la Fundación Carlos Slim y la empresa 3M con el propósito de apoyar la educación y la salud de estudiantes de la casa de estudios plantel Chapultepec, para que ellos a su vez apoyen a población vulnerable de la comunidad.
El Director señaló que el Foro Milenio “Nuevos vientos de la Mariposa Monarca” que se llevó a cabo la semana pasada en la sede del diario, resultó muy interesante y se pudieron ver distintas alianzas que se han consolidado para la protección de su hábitat, entre las que están OHL México, la misma Fundación Carlos Slim, Monsanto, investigadores de la UNAM, dependencias públicas de los estados de Michoacán y México, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), así como diversas asociaciones civiles como Alternare y World Wildlife Fund. Por su parte Milenio Diario produjo el documental “Monarca, El espíritu del Bosque”, que puede ser visto en su portal.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.