Mucho se ha discutido en este y otros espacios sobre el valor que la responsabilidad social corporativa puede ofrecer a las empresas, siempre que esté alineada con su modelo de negocio. La RSE implementada de forma estratégica, la que va más allá de las actividades filantrópicas, las donaciones esporádicas, las relaciones públicas y las campañas ocacionales; la RSE cuyos esfuerzos pueden ser sostenibles en el tiempo porque contemplan la triple cuenta de resultados; esa RSE puede aportar mucho valor a las organizaciones. El resto está de moda.
Así es, una gran cantidad de empresas hoy en día cree estar integrando la RSE dentro de sus operaciones, pocas de ellas lo hacen realmente. El resultado es que las prácticas filantrópicas o asistencialistas disfrazadas de responsabilidad social parecen haberse convertido en una plaga en el mundo corporativo.
No obstante, aquellas empresas que han adoptado un compromiso profundo con este modelo de gestión enfrentan también un reto importante. ¿Cómo medir la RSE?, ¿cómo conocer el impacto de sus esfuerzos?
La respuesta es mucho más sencilla de lo que parece. La clave para medir la responsabilidad social es deshacerse del paradigma de que un mismo indicador de desempeño funciona para todos los proyectos y para distintas organizaciones. Utilizar las métricas adecuadas para cada iniciativa es crucial para una medición eficiente.
Dicho lo anterior, cómo identificar los mejores indicadores para medir la efectividad de un proyecto determinado. La medición de cada proyecto dependerá de dos preguntas fundamentales:
- ¿Por qué haces lo que haces?
- ¿Cómo lo estás llevando a cabo?
Estas dos interrogantes ayudan a las organizaciones a deshacerse de los marcos preconcebidos y medir en primer lugar, el impacto de sus actividades con relación al objetivo y en segundo, su avance dentro de un periodo determinado.
Marcos internacionales
Los marcos corporativos son una guía valiosa para las organizaciones en el proceso de medir su desempeño, especialmente en materia de RSE. Sin embargo, de acuerdo con un documento publicado por CSR training Institute, éstos solo pueden resultar verdaderamente útiles cuando se alinean con los objetivos clave del negocio y apoyan a las empresas a nuvel de proyecto.
Esto quiere decir que aquellos marcos y sistemas que proporcionan una serie de datos corporativos y solo agregan carga a las operaciones de primera línea, necesitan ser examinados con detenimiento.
La RSE es un área emergente y gracias a su evolución, no siempre es sencillo identificar las métricas adecuadas para su medición. Esta es en cierto modo un área de oportunidad para establecer métricas convenientes para cada iniciativa y más tarde, marcos que puedan adaptarse a diferentes organizaciones.
Las normas internacionales y los protocolos estandar son importantes, pero en términos de RSE producen confusión a menudo. El resultado es un equipo de primera línea tratando de medir las cosas equivocadas con las métricas equivocadas; lo que desenvoca en un profundo sentimiento de frustración, tensión y poco valor.
De acuerdo con la norma ISO 26000, una organización es más o menos responsable con el medio en el que opera, en función de siete objetivos corporativos. Estos elementos no son definitivos, aunque sí miden, de alguna manera, la voluntad de cada compañía por generar prácticas que promuevan el desarrollo sostenible.
- Rendición de cuentas
- Transparencia
- Comportamiento ético
- Respeto hacia las partes interesadas
- Legalidad
- Normativa internacional
- Derechos Humanos
Volviendo a las dos preguntas fundamentales, estos siete objetivos corporativos pueden utilizarse para la medición de un programa de responsabilidad social, siempre que estos se alineen a dos preguntas fundamentales: por qué y cómo.
¿Por qué la empresa invierte recursos económicos y humanos en este proyecto particular y no en otro?
¿Cómo lo logra?, ¿de qué forma rastreamos el progreso hacia el por qué?
El por qué nos da el objetivo; el cómo nos enseña a rastrear cada uno de los pasos de la orgnización para llegar a él. En este sentido, los objetivos corporativos planteados por ISO 26000 responden íntegramente al cómo. Las métricas para evaluar el cumplimiento del por qué, dependen por completo del objetivo planteado por la organización.
Un programa cuyo objetivo, por ejemplo, es reducir un 35% las emisiones de gases efecto invernadero de una compañía dentro del próximo año; deberá utilizar métricas adecuadas para monitorear estos gases y realizar mediciones periódicas. Este es el por qué.
Así mismo, no debe olvidarse del cómo. ¿Qué acciones está llevando a cabo para conseguir ese objetivo? Quizá esté reduciendo su consumo energético, adoptando fuentes de energía más limpia y generando iniciativas de transporte compartido o homeoffice que permitan reducir la huella ambiental de sus colaboradores.
Todas esas acciones deben ser medidas de manera independiente y ayudan a determinar en qué punto se encuentra una compañía con respecto a su meta final. Quizá está cumpliendo únicamente con la notmativa legal y pueda identificar mejores áreas de oportunidad.
Las respuestas a cómo y por qué generalmente son específicas para casa proyecto, por lo que es lógico pensar que las métricas varien en función a las necesidades de cada uno de ellos.
Una vez que se ha identificado qué medir y cómo, también es necesario establecer procesos sistemáticos para la adquisición de la información necesaria para la gestión del proyecto. Es importante asegurar que ésta se encuentra libre de sesgos, por lo que una revisión periódica externa puede ser de gran ayuda.
buenas tardes, además del ISO 26000 y considerar las 7 materias de la RSE, que otras herramientas puedo utilizar para medir los impactos en una empresa en términos de triple línea base? ahora escuché acerca del BBC y una matriz que utilizan para medir impactos, de acuerdo a esta tendencia de economía del bien común, pero me gustaría mucho sus comentarios.
Buenas tardes.
No sé cómo sacar las respuestas válidas.