El COVID-19 ha puesto a prueba las capacidades de cada país, para hacer frente a este reto, así como también a la cuestión medioambiental, las naciones deberán implementar acciones enfocadas a lograr la reactivación de la economía pero alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Es el momento de aplicar medidas y replantear modelos que disminuyan las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) sin dejar de incentivar la actividad laboral.
Si bien la crisis sanitaria ha sido un factor primordial en términos sociales y económicos, también ha impactado en materia ambiental a distintos sectores, entre ellos el de salud, educación y turismo. No es un secreto que los edificios son responsables de un tercio de las emisiones globales GEI al consumir 40% de la demanda de energía, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía las inversiones en eficiencia energética tienen el potencial de aumentar el crecimiento económico global en un 1.1%.
Durante el foro internacional “Eficiencia energética: edificios y operaciones verdes”, convocado por Veolia, Óscar Barrero, socio de la División de Consultoría PwC España mencionó que existen diferentes factores estructurales que impulsan este tipo de eficiencias, razón por la que cada vez más usuarios, clientes y sectores financieros desean invertir en alternativas sostenibles, conscientes de su impacto.
Las edificaciones residenciales como comerciales tienen el mayor potencial de mitigación de las ciudades al 2050, esto conforme a una gráfica elaborada por la Coalición para la Transformación Urbana (CTU MX). En la zona América Latina post-COVID, la tendencia será acercar la oferta y la demanda, no sólo en el sector energético sino como ciudades inteligentes, siendo los sectores terciarios los primeros en empezar esta transición energética, por sus características y oportunidades de ahorro inmensas, expuso Dafna Siegert, Advisory Services Partner y Líder del Segmento de Energía de EY Colombia.
Hoteles
El turismo continúa siendo uno de los sectores más perjudicados por la pandemia de COVID-19, especialmente en los países de la región de Asia-Pacífico y las Américas, en donde la llegada de turistas disminuyó cerca de 74%[1]. Según datos del INEGI, contribuye con 10% del Producto Interno Bruto (PIB), con la generación de más de 4 millones de empleos directos[2]. En promedio, los hoteles gastan 10%[3] de sus costos totales en electricidad y combustibles para su funcionamiento.
Más allá de la prioridad inmediata de mitigar los efectos de la pandemia, los países deben crear una «nueva normalidad» para el sector turístico. La diversificación, la adopción progresiva de modelos de turismo más sostenibles y la inversión en nuevas tecnologías podrían ayudar a conformar la recuperación3. Con base en información de The International Tourism Partnership, empresa que reúne a 30 mil hoteles de los más grandes del mundo, esta industria debe reducir sus emisiones de carbono 66 por ciento para 2030 y 90% para 2050.
En la discusión sobre turismo y entretenimiento, Jerome Peñarroya, director de operaciones de TENECER, argumentó que la preocupación del sector hotelero es reducir su gasto y ser competitivos en este momento. A nivel de desafíos está claro que el cliente final necesita tener ahorros con poca inversión, y deja un poco a manos del gobierno para impulsar esta eficiencia energética. Por otra parte, Raúl Bustamante, gerente General del Hotel InterContinental Cartagena de Indias mencionó: “estamos convirtiendo nuestras habitaciones en instalaciones inteligentes, ya que nuestros clientes cada vez más nos solicitan información sobre el manejo y participación en iniciativas verdes y el apoyo en el personal durante la pandemia, por ello, buscamos a Veolia como socio estratégico que nos apoya en el ahorro energético”.
Universidades
Asimismo, la pandemia ocasionó que las universidades cerraran sus instalaciones, afectando tanto la continuidad del aprendizaje como la percepción de los estudiantes del valor de su carrera. De ahí que estas instituciones tengan que reinventar los entornos de enseñanza de modo que la digitalización se amplíe y complemente, pero no sustituya, la relación estudiante-profesor y estudiante-estudiante. Su reapertura traerá beneficios valiosos y contribuciones económicas, lo que genera impactos en la economía de las instituciones educativas y también de los países en general.
«Las acciones que realizamos a nivel universitario también pueden adaptarse a un colegio. Hay que pensar en agua, residuos y energía, con metas alcanzables para lograr buenos resultados y no desalentarse», argumentó Alejandro Cristodero en el panel dedicado a Educación, “tenemos que insertar el tema y subir a las autoridades, debemos empujar y presentar estos proyectos para desarrollar agendas de sostenibilidad, es nuestra responsabilidad ir moviendo y convenciendo a los líderes”.
Hospitales
La instalación de distintos sistemas de salud se ha visto comprometida. La nueva realidad los obligará a desarrollar o fortalecer sus capacidades, especialmente en relación con los datos y la analítica, tanto frente al paciente como en sus operaciones y funcionamiento.
De acuerdo con el informe Huella Climática del Sector Salud de salud sin daño de 2019 (HCWH, por sus siglas en inglés, Health Care Without Harm), la huella climática equivale a 4.4% de las emisiones globales netas. Siendo la Unión Europea, Estados Unidos y China los tres mayores con más de la mitad del sector a nivel mundial. Si el ámbito de la salud fuera un país, sería el quinto emisor más grande del planeta.
Las instalaciones sufrirán un estrés energético, por lo tanto ser eficientes adquiere aún más relevancia para asegurar la continuidad de energía, lo cual es vital para los hospitales, comentó Mariano Pelorosso, director del Hospital Austral de Argentina, cuando llegó el momento de la mesa de discusión enfocada a esta temática.
«Un consumo mal ejecutado en el hospital aumenta el coste sanitario. Estratégicamente los que corresponden a energéticos son una línea de batalla desde que el hospital implementó su proyecto de sustentabilidad. Estamos avanzando en temas de eficiencia energética, porque es fundamental optimizar», Joaquín Gavilán, Hospital Reina Sofía (España).
La eficiencia energética es la manera más efectiva de reducir costos de forma sustancial, además de representar múltiples beneficios como: crecimiento económico, generación de nuevos mercados y empleos verdes, reducción de GEI, reducción de inversiones de infraestructura eléctrica adicionales y mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.
Para concluir el foro, Ricardo Reyes, director de Desarrollo Comercial de Veolia México, comentó, “La eficiencia energética es la manera más efectiva de reducir costos de forma sustancial, y a pesar de que hay países que están más avanzados que otros en la materia, gracias a la globalización todo se vuelve cada vez más accesible para acompañar a cada sector, incluida una red de expertos que impulsen la transformación ecológica».
El foro virtual realizado el 30 de junio, tuvo la presencia de especialistas de diversos países para discutir los caminos de la gestión energética como clave para la reactivación económica y del desarrollo sostenible.
Comunicado de prensa.