Juan de Dios Barba Nava es un presidente atípico en una organización como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Ciudad de México.
Al concluir su carrera de Contador Público en la UNAM, pronto se dio cuenta de que lo suyo era el negocio, pero tenía dos desventajas: no era un heredero empresarial y tampoco tenía capital.
Comencé la lucha como un hombre normal, trabajador. Ahora tengo negocios de tipo inmobiliario y farmacéutico. No represento a una gran empresa ni soy de apellidos de alcurnia, soy como miles de capitalinos.
A 15 días de su nombramiento, en unas elecciones donde ganó tres a uno a su más cercano competidor, Barba Nava, quien pertenece a una nueva generación de negociantes, define el reto empresarial como un monstruo de mil cabezas.
Los empresarios reclaman seguridad para frenar el exilio, acabar con la tramitología y la corrupción en la que caen funcionarios de todos los niveles del Gobierno.
Es legítimo buscar una ganancia, pero tenemos una responsabilidad social y va más allá de hacer una obra de caridad: es ser justo con nuestros empleados y promover la creación de empresas.
Reforma Opinion : – – P2 –