¿Cuánto plástico se oculta en nuestra cocina sin que apenas lo notemos? ¿Y cómo podemos reducir este impacto ambiental en un espacio tan cotidiano como el corazón de nuestro hogar?
Desde tablas de cortar hasta envases de plástico, nuestra vida diaria en la cocina está impregnada de este material omnipresente. La profesora de antropología Jessica Brinkworth, al enfrentarse a la necesidad de reducir el uso de plásticos en su propia cocina, descubrió que la incomodidad generada por el exceso de plástico en su entorno cotidiano no solo era personal sino también un reflejo de un problema global, según The Guardian.
En este contexto, Brinkworth, junto con otros expertos, explora y comparte estrategias prácticas y sostenibles para reducir el uso de plásticos en la cocina, abordando desde las compras hasta la limpieza, y reflexionando sobre el papel crucial que los consumidores pueden desempeñar en la lucha contra esta creciente amenaza ambiental.
Reducir el uso de plásticos en la cocina
1. Compras
En el entorno cotidiano del supermercado, nos encontramos rodeados de plásticos en formas diversas: desde el celofán que envuelve champiñones precortados hasta los cartones de leche y los envases de carnes precortadas. Aunque resulta difícil evitar completamente la presencia de estos materiales, Chin sugiere estrategias impersonales para reducir su uso de manera significativa. La clave, según Chin, radica en adoptar un enfoque de consumo más consciente, optando por productos fabricados con materiales naturales obtenidos de manera sostenible. La decisión de cocinar desde cero se presenta como una alternativa eficaz para disminuir el uso de plásticos asociados a alimentos envasados o procesados.
Al realizar compras, tanto de comestibles como de electrodomésticos de cocina, se recomienda cuestionar la verdadera necesidad de los productos, fomentar la reutilización de lo que ya se posee y buscar opciones con contenido reciclado. De acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial del 2021, la reutilización de tan solo el 10% de productos plásticos podría prevenir casi la mitad de los desechos plásticos en los océanos cada año.
La adopción de prácticas como llevar bolsas reutilizables al supermercado y explorar opciones en tiendas de residuo cero o mercados de agricultores, donde es posible utilizar recipientes propios, se presenta como medidas efectivas para evitar el uso innecesario de envases plásticos. En ciertos lugares, incluso se puede optar por servicios de entrega de leche que utilicen botellas de vidrio en lugar de envases plásticos, contribuyendo así a reducir la huella de plástico en la cocina de manera impersonal.
2. Cocción
La presencia de plástico en la cocina se extiende más allá de los envases transparentes, infiltrándose en electrodomésticos comunes como tablas de cortar, cuencos para mezclar, sartenes antiadherentes, espátulas y procesadores de alimentos. Según Brinkworth, estos utensilios de cocina fabricados con plástico pueden liberar niveles significativos de micro y nanopartículas, especialmente cuando se someten a calor, cortes o mezclas.
Investigadores de la Universidad Estatal de Dakota del Norte han demostrado que cortar alimentos en tablas de plástico puede liberar millones de microplásticos anualmente. Investigaciones recientes también han documentado la liberación de microplásticos al utilizar cuencos de plástico para mezclar, batidoras, teteras y sartenes antiadherentes.
Para minimizar esta exposición, se recomienda, de forma impersonal, cambiar los electrodomésticos de plástico por alternativas fabricadas en metal, vidrio o madera siempre que sea posible. Sin embargo, se advierte cautela al seleccionar electrodomésticos de madera o bambú, considerando incluso el tipo de pegamento utilizado, ya que, como señala Brinkworth, incluso el pegamento de una bolsita de té puede liberar miles de millones de microplásticos.
3. Almacenamiento
El film plástico emerge como uno de los mayores contribuyentes al impacto ambiental, dado su uso único y la notable duración de su descomposición en vertederos, alcanzando casi 1,000 años. Los envases plásticos, que incluyen desde film transparente hasta bolsas para sándwiches y envoltorios de dulces, representan aproximadamente la mitad de los desechos plásticos que contaminan los océanos. Aunque su conveniencia es innegable, Brinkworth insta, de manera impersonal, a los consumidores a explorar alternativas reutilizables.
La opción de fabricar films reutilizables, aunque puede resultar costosa, se presenta como una alternativa práctica y personalizada. Consiste en cortar tela de algodón, colocarla en una bandeja para hornear y cubrirla con cera de abejas, la cual puede ser enriquecida con aceite de jojoba para mejorar la flexibilidad, horneándola durante dos o tres minutos. Para aquellos que prefieren soluciones más accesibles, los films reutilizables de cera de abejas están disponibles en muchos supermercados.
Brinkworth destaca que, a pesar de su facilidad de limpieza, los films reutilizables eventualmente mostrarán signos de desgaste. En consecuencia, Brinkworth sugiere, de manera impersonal, una solución más sencilla: utilizar frascos de vidrio, una opción económica que se puede adquirir por aproximadamente un dólar en tiendas de segunda mano. En general, esta transición a frascos de vidrio, o incluso a recipientes de almacenamiento de vidrio, no solo beneficia al medio ambiente sino también a la salud personal, ya que los envases de plástico pueden liberar sustancias químicas cancerígenas y disruptores hormonales en los alimentos.
4. Limpieza
La presencia de plásticos en la cocina persiste incluso en las rutinas de limpieza. Aunque las cápsulas de lavavajillas reciben críticas por el envoltorio de alcohol polivinílico que no se descompone en plantas de tratamiento de agua, Brinkworth advierte que pocos lavavajillas tienen componentes completamente libres de plástico. En esta situación, la opción de optar por un lavavajillas con interior de acero inoxidable se presenta como una medida para reducir la liberación de microplásticos con cada ciclo de lavado.
Sin embargo, Brinkworth reconoce que el lavado a mano no elimina por completo los plásticos de la cocina. Si se utiliza detergente líquido para platos, probablemente esté envasado en una botella de plástico. Afortunadamente, algunas marcas han comenzado a ofrecer alternativas más sostenibles, como barras de jabón para platos y detergentes líquidos envasados en cartón.
La mayoría de las esponjas utilizadas en la limpieza también están fabricadas con plástico. No obstante, Brinkworth señala que, a medida que aumenta la demanda, más tiendas ofrecen esponjas naturales y paños para platos como alternativas valiosas. Estas opciones representan medidas impersonales que contribuyen a evitar que el plástico ingrese al cuerpo y se deslice por el desagüe durante las actividades de limpieza en la cocina.
Si bien la acción individual puede parecer pequeña en comparación con la magnitud del problema, es crucial reconocer que cada gesto cuenta. Al implementar estas prácticas en nuestras cocinas, no solo contribuimos al bienestar del planeta, sino que también sentamos las bases para un cambio cultural y una conciencia colectiva en la lucha contra la contaminación plástica. Con cada compra, cada utensilio, y cada elección consciente, construimos un camino hacia un futuro culinario más sostenible, donde la reducción del plástico es una prioridad compartida.