Todo el mundo admira a alguien que trabaja duro.
De hecho, trabajar durante muchas horas y tener un gran sueldo es considerado por muchos como la marca del éxito en estos días.
Ser visto como un adicto al trabajo es una suerte de medalla de honor.
Sin embargo, esta obsesiva necesidad de trabajar tiene un alto precio que se paga en salud, relaciones personales e incluso calidad del trabajo.
Por cualquiera que sea la razón, este tipo de dedicación al trabajo está llevando a más personas a terapias y sesiones de grupos en busca de ayuda.
Incluso, se ha determinado que puede ser mortal, tal como lo advierte un estudio realizado recientemente por el gobierno de Japón, en el que se señala que una quinta parte de la fuerza laboral de ese país se encuentra en riesgo de morir por sobrecarga de trabajo.
¿Cómo advertir las señales de que se está en riesgo?
Un problema poco estudiado.
En junio pasado se realizó en Reino Unido la conferencia internacional de Anónimos Adictos Al Trabajo. Y aunque al evento asistieron personas de todas partes del mundo, hasta ahora no se ha realizado mucha investigación al respecto.
De hecho, la adicción al trabajo no es reconocida como una condición médica en el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Desórdenes Mentales, de la Asociación de Psiquiatras Estadounidenses, el cual es tomado como el más completo en este campo.
Sin embargo, aun cuando no se cuenta con una definición, los investigadores están tomando nota de su impacto en la salud, en las condiciones de lugares de trabajo y en los problemas mentales.
Un reciente análisis de la Universidad de Georgia sobre los reportes cuantitativos existentes sobre esta materia encontró que las personas adictas al trabajo son menos productivas que sus colegas con actitudes más sanas hacia sus empleos.
Otro estudio a gran escala desarrollado por la Universidad de Bergen, en Noruega, estableció un vínculo entre la tendencia a la adicción al trabajo y otros problemas psicológicos, como ansiedad, depresión y desordenes obsesivo compulsivos.
¿Lo reconoces?
¿En qué momento la afición al trabajo se vuelve negativa?
La adicción al trabajo es una compulsión; un deseo incontrolable de trabajar o de pensar en trabajo, explica el psicoterapeuta Bryan Robinson, radicado en Carolina del Norte, y quien ha realizado varios estudios al respecto.
«Un adicto al trabajo es esa persona que mientras está esquiando, sueña con regresar al trabajo. Mientras que un trabajador saludable está en la oficina soñando que esquía”
Según el especialista, “esta adicción no se define por el número de horas trabajadas, sino por lo que pasa en nuestro interior”.
“Un adicto al trabajo es esa persona que mientras está esquiando, sueña con regresar al trabajo. Mientras que un trabajador saludable está en la oficina soñando que esquía”.
Robinson también se desempeña como consejero de personas que se han divorciado, o que fueron despedidas o sufrido una crisis como consecuencia de su obsesión al trabajo.
Para ilustrar qué tan difícil puede ser este problema para las personas, y quienes se encuentran a su alrededor, Robinson recuerda un caso de una mujer que le decía a su esposo que iba al gimnasio, pero en realidad estaba en la oficina y solo se cambiaba la ropa y se rociaba agua en el cuerpo para hacerle creer que estaba sudada.
Baja calidad
A pesar del tiempo que pasan en la oficina, los adictos al trabajo no son necesariamente quienes realizan las tareas mejor o ni los que mejor se relacionan con sus colegas.
Así lo demuestran los análisis realizados por la Universidad de Georgia, dirigidos por la profesora de psicología industria y organizacional, Malissa A. Clark.
De acuerdo con Clark, quienes sufren esta adicción presentan elevados índices de estrés laboral, baja satisfacción con sus empleos, una aún más baja satisfacción con su vida personal y agotamiento extremo.
También reflejan grandes conflictos entre su vida laboral y personal, y una pobre condición física y mental, todo lo cual se refleja en problemas para su entorno familiar y marital.
A pesar de que esta adición suele describirse con adjetivos como estar muy motivado, ser competitivo, ambicioso y productivo, en realidad “no hay muchos resultados positivos”, agrega Clark.
¿Eres adicto?
¿No sabes si eres o no un adicto al trabajo? Las siguientes son algunas de las herramientas que pueden ayudarte a hacer una autoevaluación.
Investigadores noruegos crearon la Escala de Adicción al Trabajo de Bergen, la cual permite medir tu comportamiento, sentimientos y actitud hacia tu empleo.
La droga de estos adictos es la adrenalina. El estrés, la presión, la crisis, las fechas límites, todo eso genera adrenalina y la habilidad de funcionar a un ritmo frenético”
La Asociación de Adictos Anónimos al Trabajo también cuenta con un cuestionario en Internet, que ayuda a determinar si necesitas ayuda, y como en todas las adicciones, el primer paso para combatirla es admitir que tienes un problema.
Para Robinson, quien se describe así mismo como un adicto recuperado, el tratamiento incluye concientización del problema, terapia, cambios en el comportamiento y exposición de problemas ocultos.
“Todo tiene una raíz. A veces se trata de problemas de autoestima, otras evidencian formas de procesar la ansiedad”, comenta.
Por ejemplo, en el caso de Bob, de 61 años de edad y residenciado en California, admitir que tenía un problema fue producto de una discusión con su esposa, en la que ella le decía que estaba harta de despertarse a mitad de la noche y descubrir que él todavía estaba en la oficina.
Bob, quien prefirió no utilizar su verdadero nombre, ahora es voluntario en la Asociación de Adictos Anónimos, donde actúa en funciones de relacionamiento.
“La droga de estos adictos es la adrenalina. El estrés, la presión, la crisis, las fechas límites, todo eso genera adrenalina y la habilidad de funcionar a un ritmo frenético”, explica Bob.
Bob era un hombre de negocios exitoso, pero su ritmo profesional comenzó a afectar su salud. A pesar de ello no busco ayuda, hasta que empezó a afectar su vida familiar.
“Mi esposa ya no estaba dispuesta a seguir viviendo así, y eso me dio fuerzas para finalmente buscar este tratamiento con convicción y compromiso”, recuerda Bob.
No es fácil dejarlo
El trabajo, como la comida, no sencillo de abandonar. Así que, ¿cómo controlar el impulso de esta adicción?
“Se trata de tener un plan, y aferrarse a él, versus meterse compulsivamente en cualquier tarea que surja”, señala Bob.
Eso quiere decir, planificar cuantas horas dedicarás a la oficina, enfocarte en una cosa a la vez, y si aparece algo inesperado no tratar de abordarlo, sino volvera tu lista de prioridades y reconsidérala.
Otras opciones de tratamiento incluyen buscar un terapeuta especializado en este problema, o asistir a foros y seminarios.
En este sentido, quizás el primer obstáculo para encontrar tratamiento es la falta de investigación. El estudio de noruego es uno de los primeros.
“No hay mucha investigación sobre cómo se desarrolla esta adicción, y casi no existen estudios sobre la relación entre este problema y los desórdenes mentales”, explica Clark.
“La adicción al trabajo dejó de ser una expresión de moda, y se convirtió en algo más corriente. Realmente afecta la vida de las personas y su bienestar”.
Fuente: Animal Político