La imperante necesidad de abordar las problemáticas ambientales y sociales por parte de todos los sectores, ha conseguido que la financiación para estos temas tenga un alentador incremento.
De acuerdo con Green Finance for Latin America and the Caribbean, el año pasado se alcanzó un récord de 517,400 millones de dólares en financiación, demostrando que cada vez más organizaciones deberán de poner atención en qué es, para qué sirve y cómo se emite un Bono Verde.
Dichos instrumentos financieros de renta fija serán los aliados principales de las estrategias de sustentabilidad, las cuales, a medida de que los gobiernos e instancias interesadas busquen alinearse más a los criterios ESG, cobrarán un interés mayor. Te explicamos en qué consisten.
Inversiones de valor
Los bonos verdes son una especie de deudas emitidas por instituciones financieras u organismos públicos, cuyo objetivo es impulsar iniciativas que contribuyan con el desarrollo sostenible. Suelen ser empleados sobre todo en el ramo ambiental, ya que como lo señala Iberdrola, los recursos que proveen deben estar comprometidos con proyectos que garanticen aportaciones a la crisis climática.
Los bonos verdes son un tipo de deuda catalogada como Inversión Socialmente Responsable. Al emitir este tipo de bonos, una empresa —privada o pública— recibe fondos que debe utilizar exclusivamente para financiar o refinanciar (parcial o totalmente) proyectos con un impacto positivo en el medio ambiente.
Iberdrola.
Por ello, entre los rubros que más se ocupan de financiar se encuentran los siguientes:
- Energía renovable.
- Eficiencia energética.
- Transporte limpio.
- Gestión de residuos.
La creación de la financiación destinada a solucionar el impacto ambiental está jugando un papel importante en el mundo, incluso el año pasado Reino Unido inició a emitir bonos verdes y este año ampliará los recursos para nuevos proyectos.
Principios del apoyo sostenible
Para entender mejor cómo se emite un Bono Verde, se requiere comprender la forma en la que funciona esta clase de inversiones, las cuales nacieron en el 2008, cuando el Banco Mundial creó el primero.
Para ello, la International Capital Market Association (ICMA) —organización dedicada a promover el desarrollo de los mercados internacionales de capital y valores— ha gestionado los Green Bond Principles (GBP), una guía para hacer un procedimiento voluntario para la emisión de Bonos Verdes.
Los GBP están compuestos por cuatro aspectos principales:
- El uso de los recursos: La documentación en donde se describa la elegibilidad del proyecto.
- El proceso de evaluación y selección: Se deben justificar los objetivos medioambientales, los procesos y criterios de manera transparente.
- La gestión de los fondos: Implica el control y supervisión sobre a dónde serán abonados.
- Creación de reportes para mantener informados a los inversores sobre el uso de los recursos.
Los anteriores aspectos serán fundamentales para la emisión de bonos verdes.
¿Cómo se emite un Bono Verde?
Las instituciones financieras deben considerar que las financiaciones verdes cumplan los GPB de forma estricta, y el The Green Bond Handbook explica el procedimiento para entender el proceso que realizan las entidades emisoras y que satisfacen a los principios antes señalados.
Uso de los recursos
En este punto, el banco tendrá que identificar los activos en balance, con la experiencia previa y con su equipo especializado en cómo emitir un Bono Verde, contemplar el periodo retrospectivo de acuerdo con los activos que elija, contar con una buena visibilidad sobre futuros programas y oportunidades de préstamo y tener una reserva por encima del valor nominal de los bonos en circulación, entre otros aspectos.
Proceso de evaluación y selección
Para llevar a cabo este pilar, el emisor está obligado a definir el proceso con el que evalúa y selecciona los activos individuales dentro de las categorías de proyectos verdes, debido a esto tendrá que conformar un comité que administre dicho sistema, y aunque puede hacerlo según lo prefiera, sí tendrá que especificar el funcionamiento del mismo.
Gestión de los fondos
En cuanto a la asignación de recursos, la emisión de bonos verdes pueden administrarse bono por bono o de forma agregada si hay más de un bono verde en emisión. Para gestionar de mejor manera se sugiere se obtenga la validación externa de un auditor. Cabe señalar que el emisor tendrá que declarar las formas de inversión temporal que serán permitidas mientras se autorice el monto total en activos elegibles.
Información clara
Mantener bien informados a los inversores es primordial, por ello se recomienda hacer dos tipos de reportes, el primero sobre la asignación donde se describirán los proyectos financiados, que, de ser posible, deberá publicarse anualmente hasta que todo los ingresos del bono sean dirigidos. El segundo, llamado de impacto, buscará comunicar los logros o expectativas en materia ambiental de las iniciativas apoyadas.
Aunado a ello, la ICMA sugiere que cuando se cumplan con los requisitos de cómo se emite un Bono Verde, se realice una verificación externa, en otras palabras que «los emisores utilicen un evaluador que revise y confirme la alineación de su bono o programa con los cuatro componentes básicos de los GBP».
El año pasado, en nuestro país tuvo un crecimiento en el financiamiento verde, que pasó de 3,000 millones en el 2016 a 82,500 millones, además 16 instituciones fueron reconocidas por la emisión de deudas etiquetadas como verdes, sociales y sustentables. Por lo que el mercado de los bonos verdes seguramente se impondrá como uno de los más solicitados en los próximos años.