Desde su origen hace más de cien años, la palabra «feminismo» ha estado rodeada de numerosos estigmas que la condenan como parte de un nuevo escenario de desigualdad en el que de pretende colocar a la mujer por encima del hombre; quienes no comprenden del todo este movimiento aseguran que poco tiene que ver con la equidad.
En las ultimas semanas,los medios de comunicación y las redes sociales han sido invadidos por mensajes que pretenden denunciar la situación actual de las mujeres en distintas esferas de nuestras comunidades y hacer un llamado a continuar la lucha por sus derechos fundamentales; sin embargo, también se han llenado de comentarios que ponen de manifiesto el desconocimiento que rodea esta lucha.
De acuerdo con un estudio de OCC Mundial, el 54% de los hombres considera que no existe desigualdad en las condiciones laborales y el 62% incluso cree que las mujeres recibimos mayor cantidad de permisos por parte de las empresas. ¿Estarían las mujeres del mundo de acuerdo con estas declaraciones? The Guardian se dio a la tarea de averiguarlo, entrevistando a mujeres de diferentes países para saber cómo se vive el sexismo en sus lugares de origen.
Reino Unido
María, 57 años: «necesitamos más apoyo para las víctimas de la violencia doméstica.»
«Soy madre de una joven que es víctima de violencia doméstica. Ella se siente impotente y decepcionada por la falta de apoyo legal, ya que el gobierno ha eliminado los procesos gratuitos para casos de violencia doméstica. Las mujeres necesitan más apoyo para ganar estos casos, necesitan sentirse seguras y saber que estamos de su lado.»
Chardine, 30 años: «el acoso en la calle y el racismo están la orden del día.»
«El acoso callejero, la misoginia y el racismo son vivencias recurrentes para las mujeres negras en este país; cuando no estamos en el extremo receptor se nos trata como si fuéramos invisibles. No podría contar la cantidad de ocasiones en que mi opinión ha sido ignorada, repetida por un hombre blanco y recibido alabanzas luego. Todos tenemos que ser más abiertos a escuchar a los demás y dejar de construir barreras.»
Estados Unidos
Evelyn, 26 años: «yo siempre veo las mismas excusas para la violencia sexual.»
«La violencia sexual y la cultura de la violación crea barreras para una vida plena en todos los niveles y afectan a las mujeres en tasas epidémicas.
Soy una sobreviviente de violación y abuso; me hicieron creer que lo que me sucedía era normal y todavía siento vergüenza por permitir que me hiciera daño. Ahora trabajo en prevenir la violencia doméstica, veo supervivientes todos los días y estoy orgullosa de encontrarme con mujeres que no permiten que los ataques definan sus vidas.
Sin embargo, podemos hacerlo mejor, podemos crear un mundo en el que el sexismo no sea una amenaza con la que vivimos todos los días y para lograrlo necesitamos reconocer que como comunidad hemos sido cómplices en la perpetuación de la cultura de la violación y la misoginia.»
Estonia
Rebeka, 26 años: «hay enormes diferencias de retribución aquí.»
«Hay una diferencia de retribución de aproximadamente el 30% entre los hombres y las mujeres en Estonia, esto es en parte porque existe un importante sesgo de género en los trabajos. Los hombres laboran en la construcción y llevan las grandes empresas, mientras que las mujeres generalmente trabajan en educación y otros servicios públicos.
Soy curadora de arte y nuestra industria está dominada por mujeres, por lo que es difícil precisar las diferencias salariales; pero es un hecho que los artistas masculinos reciben retribuciones mayores por sus obras. Por ejemplo Marko Mäetamm y Kaido Ole venden más cuadros y a precios más altos que cualquiera de sus compañeras de generación.»
Irak
Noor, 25 años: «una mujer con discapacidad en Irak se enfrentan a grandes retos.»
«Caí sobre mi espalda cuando tenía dos años de edad y perdí la capacidad de caminar; ahora donde quiera que voy los desconocidos me miran y dicen una palabra árabe que significa ‘pobre de ti’, es muy humillante. Recuerdo una vez que un oficial de policía de la universidad me pidió que saliera del auto y entrara a un edificio, cuando le dije que no podía caminar, dijo: ‘si usted es minusválida entonces no debería estar fuera’. Ser una mujer con discapacidad en Irak significa enfrentar mucha más discriminación de la que un hombre afrontaría.
Si las mujeres con discapacidad en mi país no tienen una familia con mente abierta entonces se convierten en prisioneras de sus propios hogares. A pesar del apoyo de mi familia no puedo conseguir trabajo porque las empresas no me contratan; tampoco seré capaz de casarme porque las familias no quieren que sus hijos se casen con una mujer con discapacidad.
Las mujeres en Irak son generalmente vistas como propiedades y no pueden tomar decisiones sin la aprobación de un hombre. Deberíamos educar a los jóvenes para respetar a las mujeres y hacer leyes para proteger sus derechos.»
Dinamarca
Joëlle, 26 años: «hay un porcentaje patético de mujeres en puestos de dirección.»
«El mayor reto del feminismo en Dinamarca es la desigualdad de pago y el sesgo de género en los puestos de alta dirección. A pesar de que se estima que la brecha salarial ha disminuido, la media continúa siendo aproximadamente del 7%. Adicionalmente, alrededor del 38% de los hombres han tenido aumentos de sueldo en los últimos dos años, mientras que sólo el 28% de las mujeres ha podido acceder a este beneficio.
Aún soy estudiante y por suerte no me he encontrado con estas desigualdades hasta ahora, pero mientras estudio la maestría en administración me he encontrado con una clara falta de modelos de éxito femenino en la vida empresarial; por supuesto que existen, pero la representación de las mujeres en puestos directivos es sólo del 10%.»
Irlanda
Hannah, 24 años: «hay un estigma en torno al aborto porque es ilegal.»
«La prohibición constitucional sobre el aborto es el tema feminista más importante de Irlanda en este momento. Es ilegal que las mujeres accedan a un aborto incluso en casos de violación, incesto o si su salud se encuentra en peligro, y realizarlo se castiga hasta con 14 años de prisión.
Algunas de mis amigas han tenido que viajar a Reino Unido, los Países Bajos y otros lugares en los que el aborto es legal para poder obtener este procedimiento, a menudo tienen que pagar grandes sumas de dinero que se elevan por el costo de transporte y muchas de ellas sienten vergüenza por el estigma que las rodea. Necesitamos legislar el aborto seguro y legal a menos en los casos en los que la salud de una mujer está en peligro o cuando el embarazo ha sido causado por una violación.»