El panorama de los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) —un área de la comunidad inversora que se centra en resaltar el riesgo en las carteras de inversores— es dinámico. Y, de acuerdo con Sustainable Brands (SB), su evolución seguirá a medida que empeora la crisis climática, crece la conciencia pública, se acercan los plazos de los objetivos climáticos, y la regulación de informes se vuelve más compleja.
Por ello, no es de extrañar que, ante tales cambios, muchas empresas están recurriendo a una mayor demanda de talentos y habilidades de especialistas en sostenibilidad, que permitan a los negocios afrontar los cambios de forma estratégica. Entonces, es necesario establecer cómo ser director de sostenibilidad en estos tiempos de cambio.
Entendiendo la sostenibilidad corporativa
Antes de adentrarnos en materia, diremos que entendemos la sustentabilidad corporativa como una forma de gestión empresarial que reconoce que, para el crecimiento y la rentabilidad, es necesario equilibrar las ganancias a largo plazo con la protección y el cuidado de las personas y el planeta. Aunque no hay un acuerdo sobre su definición, el término se ha vuelto una prioridad para el éxito empresarial, así como para asegurar una economía mundial en equilibrio con el medio ambiente.
La sostenibilidad está íntimamente asociada a los criterios ESG. Mientras este último se acuñó para la comunidad inversora como un marco para que las empresas informen y sean evaluadas, la sostenibilidad está más asociada a prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), como un enfoque que apunta a crear valor a largo plazo para las partes interesadas. En concreto, la sostenibilidad corporativa es una estrategia comercial.
En este contexto, a medida que se expanden las preocupaciones por los impactos de las empresas en lo que respecta a ESG, abordar los riesgos y oportunidades que representan se ha vuelto una prioridad en la agenda corporativa, y con ello la evolución de los especialistas en la materia.
¿Cómo ser director de sostenibilidad?
Para comenzar, diremos que, en esencia, el director de sostenibilidad es quien garantiza que la sostenibilidad siga siendo una parte integral del modelo comercial de la empresa. Los que están en esta posición sirven como timón que dirige el barco hacia un futuro más sostenible, manteniéndolo alineado con su rumbo planificado.
Históricamente, la descripción del trabajo para este rol a menudo se ha enfocado en el cumplimiento o los estándares de calidad, destacando la necesidad de evaluar y monitorear la eficiencia y el desempeño social y ambiental de las organizaciones. Y, si bien siguen siendo elementos importantes del puesto, hoy en día las empresas piden un conjunto de habilidades más extenso.
Por lo tanto, el cómo ser un director de sostenibilidad hoy en día, demanda no solo tener una comprensión técnica e integral y experiencia en la materia, sino también la capacidad de analizar de manera crítica las operaciones comerciales, así como examinar los datos y tener en cuenta las tendencias globales para identificar riesgos y oportunidades.
Aunado a ello, una dirección en sostenibilidad debe poder desarrollar, ejecutar y comunicar una estrategia sólida que lleve a la empresa a un cambio impactante. Por lo que tienen el oído de los inversionistas y del C-suite, convenciéndolos del sólido argumento comercial para las iniciativas de sostenibilidad y desempeñando un papel clave en la forma en que las empresas toman decisiones a largo plazo. Es así como las habilidades de comunicación y la capacidad de influir se han vuelto mucho más cruciales.
Claves para el éxito del director de sostenibilidad
En el contexto volátil de hoy, con los mercados tambaleándose al borde de la recesión y la retórica anti-despertar sobre ESG en los titulares, los directores de sostenibilidad deben tener en cuenta dos conceptos si quieren tener éxito hoy.
En primer lugar, tienen que trabajar para garantizar que la sostenibilidad no se convierta en trabajo aislado, sino que debe estar incrustada e integrada en toda la organización. La alineación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba es la única forma en que una estrategia ESG se logra.
Se trata de involucrar e influir en todos los niveles del negocio, trabajando con pares de la industria a través del intercambio de conocimientos y la creación de verdaderas asociaciones de trabajo colaborativo. La base de todo es la capacidad de un líder de sostenibilidad para adoptar e integrar la gestión de problemas en el funcionamiento diario de un negocio, incorporando a sus compañeros y líderes senior en el proceso de gestión del cambio.
En segundo lugar, estos líderes de sustentabilidad deben comprender y comunicar la interconectividad de los diferentes componentes de ESG, en lugar de verlos de forma aislada.
Los problemas ambientales y sociales son simbióticos; centrar toda la atención en uno de ellos solo retrasará cualquier progreso. Es necesario abordarlos de manera relacionada. Si una empresa obtiene una calificación positiva en temas sociales, como la diversidad, la inclusión o el pago justo, pero obtiene una calificación baja en emisiones, desechos o contaminación, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Dicho lo anterior, hoy, ser director de sostenibilidad tiene un desafío en puerta para asegurar que todo el personal de la empresa esté a bordo y remando en conjunto hacia el mismo destino.
