“La verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente”.
Albert Camus
Por: Emilio Guerra Díaz
Sandra Moya escribió en la semana un artículo denominado “Filantropía, ¿sólo cosa de EE.UU.?” (publicado en Dirigentes digitales, febrero 11 de 2015). Desde el viejo continente ella señala: “Por moda, motivos fiscales, religiosos… ya sea por una razón o por otra, lo cierto es que, al otro lado del Atlántico, los ricos parecen ser un poco más generosos que los europeos. La donación forma parte de la cultura de los norteamericanos pero, en cambio, no pasa lo mismo con los europeos. ¿En qué nos diferenciamos?”
Nos podemos sumar a esa pregunta: ¿En qué se diferencian los mexicanos de norteamericanos y europeos en el campo de la generosidad? Sandra Moya dice que “por una u otra razón” hay distinciones. Veamos algunas.
En verdad el marco fiscal no necesariamente determina si una persona es generosa o no. Hay practicas de generosidad y donación que se hacen a la sombra del interés por obtener un recibo de donativo. Es más el régimen legal en EEUU es más rico en diversidad de causas filantrópicas que se sujetan a determinadas reglas que en México, por citar un ejemplo, hay un régimen para fundaciones, otro para organizaciones operativas y otras más para servicios comunitarios, fomento cultural y actividades de organizaciones operativas.
Es más desde la década de los treintas del siglo pasado, muchos empresarios norteamericanos crearon una generación de fundaciones no tanto para ayudar si no también para “equilibrar” la relación de poder con el estado. Intervenían ahí donde podrían exasperar al gobernante en turno.
De otra manera hay una serie de donaciones que se hacen en varios países del mundo que no son sujetas a devolver a cambio un recibo deducible de los ingresos. En cambio, en el Reino Unido, gracias a las primeras leyes “modernas” de filantropía desde el 1608 la libertad religiosa es susceptible a ser considerada como Charity por lo que hoy las contribuciones a las distintas iglesias son deducibles.
En otros países por ejemplo el nuestro, hay una serie de causas sociales que aún no son reconocidas en la práctica como deducibles de impuestos como es el tema de derechos humanos. Así Amnistía Internacional no ofrece recibos deducibles a sus benefactores, pero hay un buen número de personas que le contribuimos aunque sea con una pequeña cantidad mensual.
Otra razón, señalada por Sandra Moya es la moda. Si bien es cierto que The Giving Pledge, iniciativa lanzada por Warren Buffet y Bill Gates en 2010, puso el tema de donar grandes fortunas a causas filantrópicas, puede considerarse a simple vista como una iniciativa temporal, lo cierto es que esa propuesta retoma la vieja cultura filantrópica norteamericana de legar grandes patrimonios otrora familiares a causas sociales. Los mejores casos que atestiguan que no es una moda se encuentra en el funcionamiento de la Universidad de Harvard y una centena de otras universidades no lucrativas y desde luego en varias instituciones de salud que operan a lo largo y ancho de esa unión.
Un elemento más que observa Sandra Moya en torno a la generosidad de los norteamericanos son los motivos religiosos. No hay que olvidar que las tradiciones religiosas que se profesan con hegemonía hoy en EEUU provinieron también de europea y en particular de Inglaterra. Cierto es, muy cierto que la tradición de fe marcó maneras distintas de concebir la riqueza. El cambio revolucionario de las iglesias protestantes es que ubicaron en el trabajo como la única fuente justificable de riqueza como una férrea reacción al régimen estamental donde la riqueza se construía en base a privilegios.
De la profesión de fe protestante deviene la sentencia falsamente atribuida a Rockefeller cuyo mérito fue repetirla en diversas ocasiones y foros: “de lo que ganes ahorra 10%, Dona el 10% y gástate el resto”. En síntesis la visión respecto al trabajo en un régimen económico de transición de la economía natural agraria a la mercantil urbana, contribuyó a crear una cultura de generosidad, motivada también por conveniencia propia.
Quizá el origen de una generosidad sistemática, sostenida y contundente como el que observa Sandra Moya en EEUU se debe a “las otras razones”, ente ellas lo que observó el francés Alexis de Tocqueville y que anotó en las hojas que conforman su obra insigne: “La democracia en América”.
A Tocqueville sorprendió la actividad cotidiana de los colonos que se caracterizaba en sus días, por una intensa y sostenida participación de los ciudadanos en los asuntos públicos de su comunidad. El condado entonces cobraba sentido para dar identidad y sentido de pertenencia, para ser y tener habría que cuidar los intereses de la comunidad en su conjunto basado en el colaboracionismo.
El derecho al trabajo y su respeto estableció condiciones del avance de una cultura del emprendimiento (de ahí viene el profundo significado de Enterprise que es a la vez, palabra, concepto y actitud). Gran parte de esa participación se canalizó y desarrolló a través del servicio voluntario. Damas, hombres y jóvenes emprendieron diversas campañas de procuración de fondos, habilitaron espacios y escuelas para la enseñanza para dar paso a las universidades; persuadieron a hombres de fortuna a donar a una causa de su interés; trabajaron desde entonces para contar con sus instancias de salud como clínicas y hospitales; velaron por la producción de alimentos y almacenaje de granos en tiempos de invierno, edificaron sus instituciones políticas, etc.
Así pues la generosidad de un pueblo tiene diversos determinantes y factores culturales, sociales e idiosincráticos que la retroaliemntan o la inhiben. México es generoso, pero sin duda nos diferenciamos de europeos y norteamericanos porque realizamos escaso servicio voluntario. Esa actitud, de ofrecer tiempo para ayudar a solucionar problemas comunitarios, está en ciernes si se considera que hay que ser voluntario trabajando en equipo. De poco nos sirve nuestra generosidad espontánea, ocasional y poco sistemática cuando se desborda eventualmente. Es necesario apostar al voluntariado organizado donde abona la generosidad en constancia que se vuelve hábito.
Ciudadanos trabajando
Indesol y la Escuela Nacional de Trabajo Social promueven el voluntariado juvenil
El pasado 12 de febrero en la sede de la ENTS en Ciudad Universitaria en el DF fue sede de la presentación de un programa desarrollado por el Indesol y la propia instancia universitaria que tiene como objetivo despertar el interés de los alumnos para que se involucren en el servicio voluntario. Tanto a sociólogos como a trabajadores sociales les es inherente el tema para su desarrollo profesional.
Próximos eventos
Presentarán libro sobre procuración de fondos
Durante el 5º Encuentro Tras El Fondo que se llevará a cabo en Guadalajara la próxima semana, se presentará el libro:; “YO, TU, EL, NOSOTROS Y ELLOS PROCURAMOS FONDOS”, una obra colectiva que recopila especialmente para este evento, consejos de varios especialistas en materia de movilización de recursos y procuración de fondos. La obra es editada por el IJAS y Fundación Majocca. La presentación será el día 19 de febrero alas 18:00 horas.
Feria de OSC en el DF
Sedesol / Indesol invitan a la Feria de OSC que se llevará a cabo en la explanada de la Delegación Benito Juárez. Se llevará a cabo los días 27 y 28 de febrero de 10:00 a 18:00 horas. Se ofrecerá información sobre el trabajo de las OSC, dónde colaborar como voluntario, cómo ser un donante para apoyar una causa. Entrada libre.
JAP Sonora organiza jornada de capacitación “Pasión por Servir”
Los días 17 y 18 de febrero se llevará a cabo este encuentro de capacitación en el cual se abordarán temas de interés para las instituciones de asistencia privada del estado. Alejandro Velasco, Presidente de la Fundación Nosotros los Jóvenes, trabajará el tema Procuración de Fondos, mientras que Emilio Guerra Díaz, Director de la Alianza Mexicana de Voluntariado impartirá el taller “Crear un Programa de Voluntariado Institucional.
Convocatoria de los Premios Compartir 2015
Compartir Fundación Social, I.A.P., abrió la convocatoria para los Premios Compartir que son reconocimientos otorgados desde 1988 a las personas que han realizado una labor ejemplar en favor de los demás a partir del ámbito institucional y a las organizaciones sin fines de lucro que han destacado por sus acciones en beneficio de los más necesitados.
Hay cinco categorías:
1. Premio a la Institución en Asistencia Social
2. Premio a la Institución en Desarrollo Comunitario
3. Premio a la Institución por su Incidencia Pública
4. Premio a la Organización en Fomento del Voluntariado
5. Premio al Líder Social.
Puede postular a sus candidatos hasta el 27 de marzo. Envíe su nominación por correo a: Compartir Fundación Social, I.A.P. Cerrada de Salvador Alvarado No. 7 Colonia Escandón 11800 México, D.F. Horario de recepción: de lunes a viernes, de las 9:00 a las 17:00 horas.
Emilio Guerra Díaz Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.