Cada vez es más común encontrarnos en los centros comerciales y en los supermercados, adultos mayores trabajando en áreas de limpieza o como empacadores de despensa.
No es para menos, la situación económica actual en todo el país, ha hecho que las personas mayores de 65 sigan trabajando o después de su jubilación busquen un empleo para poder obtener un mayor ingreso.
La población en México, sigue siendo mayoritariamente joven pero para 2030 se espera que los adultos mayores de 65 años sean más e incrementen un 334%, mientras que la población tradicionalmente productiva de ente 19 y 64 años, crecerá alrededor de un 40%.
La ética de una empresa socialmente responsable está en el respeto a los derechos humanos y a la no discriminación.
Cada una de las empresas demuestran coherencia con esos principios y por más que tenga una apertura con la inclusión social, en donde se considere a trabajadores de diferentes edades, preferencias sexuales, creencias religiosas, todavía no se logra hacer “algo significativo”, de acuerdo con Graciela Casas Torres, académica y exdirectora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.
Casas Torres también dice que, dentro de los lineamientos de la empresa se debería incluir “sin distinción de edad” “porque no puedes incluirlos por el simple hecho de ser mayores, pero sería suficiente que al analizar si son aptos para un puesto, no se tome en cuenta su edad”.
“Una empresa éticamente responsable debe eliminar de sus requisitos características que impliquen discriminación. Además sería aplaudible convocar a personas mayores que tengan experiencia y capacidad para cubrir lo que se necesita”.
El INAPAM tiene un programa de Vinculación Laboral con los prestadores de servicio y empresas que desean incorporar a las personas de 60 años y más. Estas empresas reconocen la experiencia de los adultos y las incorporan el mercado laboral.
Respecto a las personas que son empacadoras voluntarias, es un esfuerzo que no es malo pero tampoco es recomendable ya que lo que ganan no es parecido al salario mínimo pero tampoco cubre 100% sus necesidades, de acuerdo con Casas.
“México es un país donde no hay empleo para los jóvenes y es muy difícil dar trabajo a las personas mayores”.
Fundación Manpower
Desde 2004 la fundación respalda programas de empleo y capacitación para personas en situación de vulnerabilidad, desde las personas mayores a 50 años, hasta gente que tiene una incapacidad, son refugiados, migrantes, víctimas de trata y sobrevivientes de una enfermedad catastrófica.
“Es necesario ofrecer a nuestros clientes todo lo que la ley indica. Con la experiencia que tenemos en el ramo, hemos logrado trascender en temas de recursos humanos”, explicó Mercedes de la Maza, directora ejecutiva de la Fundación Manpower Group, una firma adheridaa Pacto Mundial de la ONU y reconocida como Empresa Socialmente Responsable por el Cemefi.
Uno de los proyectos de Manpower es el apoyo a los derechos de trabajadores, que se hace a través de talleres de Acompañamiento e Inclusión laboral que se imparten a 50 o 60 empresas al año.
“Es urgente que se abran más espacios para que la gente con alguna vulnerabilidad reciba educación. Cada vez más oportunidades laborales, las empresas están más abiertas […] Necesitamos ser una sociedad más incluyente, romper paradigmas y eliminar todas las barreras sociales, raciales, sexuales, de credo e ideológicas”.
