Cómo tener una compañía más incluyente (3 formas)

2020 fue un año de batallas, desde la lucha global contra COVID-19, pasando por la lucha por la justicia racial encabezada por las protestas Black Lives Matter, hasta las combativas elecciones estadounidenses; por esa razón es que las grandes empresas deben encontrar la manera de volverse más incluyentes.

De acuerdo con Reuters, un tema clave que los acontecimientos del año pasado expusieron brutalmente, es la desigualdad imperante que existe en todo el mundo. Incluso antes de que se produjera la pandemia, un informe de Oxfam reveló que los 2.153 multimillonarios del mundo tienen más riqueza que los 4.600 millones de personas que constituyen dos tercios de la población del planeta.

Afortunadamente, COVID-19 también nos ha demostrado lo rápido que podemos transformar la forma en que hacemos negocios, mostrándonos que es posible aplicar la misma acción decisiva y desde cero para enfrentar estas desigualdades más sistémicas en 2021, con el fin de tener más inclusión dentro de las empresas.

Gracias a la globalización, la expansión de la conectividad a Internet y la proliferación de las redes sociales, la conciencia de la desigualdad nunca ha sido tan alta entre el público en general.

Y aunque la realidad es que los gobiernos tienen la responsabilidad de abordar estos problemas en medio de esfuerzos más amplios para «reconstruir mejor» a partir de la emergencia sanitaria, las empresas también deben desempeñar su papel. Aquí hay tres formas de hacerlo.

3 formas de tener una compañía más incluyente

 1. Involucrar a los consumidores

Después de los desafíos planteados para 2020, los líderes empresariales que buscan pasar una nueva hoja este año deben decidir hacer realidad la igualdad, especialmente a medida que más consumidores consideran las implicaciones sociales de sus compras al elegir dónde gastar su dinero.

Claudia Castellanos, cofundadora y directora general de la empresa de alimentos especializados Black Mamba Foods, observa una tendencia creciente entre los consumidores de exigir igualdad junto con equidad y buenas prácticas comerciales.

Cerrar la brecha entre compradores y productores es clave no solo para cultivar la empatía en los consumidores, sino también para ayudarlos a comprender cómo sus elecciones pueden ayudar a generar cambios.

Crear un circuito de retroalimentación positiva entre productores y consumidores para que ambas partes tomen mejores decisiones es esencial, según David Chen y Phoebe Swinn Yap de Golden Sunland, una agroindustria que se asocia con pequeños agricultores rurales en Singapur y Myanmar para ayudarlos a acceder a los mercados internacionales.

2. Desarrollar nuevos modelos comerciales

Para luchar activamente contra la desigualdad, el enfoque en la justicia y la equidad debe penetrar más allá de las estrategias de marketing, como lo enfatizó Caroline Ashley, directora de Forum for the Future, no basta simplemente con «incluir» a los grupos marginados o comprar a los pobres.

Las empresas deben diseñarse o remodelar desde cero, en torno a las necesidades y prioridades de los grupos marginados. Y seguir el ejemplo de las empresas sociales es un buen punto de partida.

Este enfoque, a menudo denominado «negocios inclusivos», se caracteriza por un traspaso consciente del poder a quienes a menudo quedan fuera de las decisiones que los afectan, lo que les permite participar en la gobernanza y la gestión.

Centrado en el empoderamiento de las personas y los valores éticos, este modelo puede proporcionar tanto una plantilla como lecciones valiosas para los líderes empresariales comprometidos con hacer sus propias operaciones más equitativas.

Con un enfoque intencionalmente «sesgado por el género·, Black Mamba busca activamente empoderar a las mujeres a través del empleo sostenible, por ejemplo, desarrolló su modelo de negocio en torno al trabajo directo con comunidades rurales y mujeres en Eswatini, África meridional.

La empresa se asocia con Guba, una ONG local, para capacitar a los pequeños agricultores en agricultura regenerativa y permacultura, y también compra productos frescos de los trabajadores del campo para su variedad de salsas de chile, chutneys y mermeladas.

Gracias a su enfoque equitativo de la política de empleo y operaciones más amplias, el 80% de la fuerza laboral y el 70% de los pequeños agricultores con los que trabaja son mujeres.

3. Trabajar en asociación

Las asociaciones estratégicas pueden ser otra puerta para promover la igualdad, permitiendo la ampliación de soluciones innovadoras.

Este es el pensamiento detrás de un nuevo instrumento desarrollado por MIT D-Lab y SEED, que tiene como objetivo facilitar a los líderes empresariales y profesionales del desarrollo que comparten los mismos valores el codiseño de modelos de asociación híbridos más equitativos.

Dado que las empresas más grandes, las ONG y los gobiernos tienden a ver las asociaciones con empresas sociales como riesgosas, el MIT D-Lab y SEED abordaron este desafío a través de un laboratorio de aprendizaje conjunto durante un año.

En consulta con emprendedores sociales, el laboratorio desarrolló el Kit de herramientas de codiseño de asociaciones (P.ACT), un marco de cuatro etapas para garantizar que los socios puedan participar más fácilmente en el desarrollo de modelos de asociación que funcionen para todas las partes.

Compañías más incluyentes

Una empresa que se ha beneficiado de este nuevo instrumento es clinicPesa, una plataforma de financiación de la salud de Uganda fundada por Chrispinus Onyancha.

Con un modelo de negocio que depende de asociaciones exitosas con la empresa de telecomunicaciones más grande de África y una gran institución financiera, Onyancha necesitaba apoyo para negociar condiciones favorables para su empresa.

Trabajando con él, el laboratorio utilizó la herramienta P.ACT para crear un marco que lo ayudó a segmentar valores y costos, lo que finalmente le permitió solicitar mejores términos en ambas asociaciones.

Puede que no sea cómodo adoptar un enfoque radicalmente nuevo, pero los líderes comprometidos con la integración de la igualdad en sus operaciones harían bien en considerar estructuras disruptivas e innovadoras en estos tiempos de incertidumbre, especialmente si quieren cumplir con las responsabilidades sociales y ambientales más amplias que los consumidores exigen.

2020 reveló el abismo de desigualdad que enfrenta el sector empresarial mundial. Este año presenta una oportunidad para cerrarlo, pero solo a través de repensar las prioridades, hacer compromisos ambiciosos y actuar con decisión para lograr el cambio desde adentro hacia afuera.

 Después de un año de incertidumbre, una cosa es segura: si vamos a abordar la desigualdad en 2021, las cosas como siempre no serán suficientes.