Relacionamos la cerveza con fiestas, amigos y diversión, o tal vez con una noche relajante frente a un programa de TV. Lo que no es muy común es pensar en esta bebida como un vehículo para ayudar a alimentar a quienes no necesitan, pero eso es precisamente lo que la marca Finnegans está haciendo en Minnestoa, Estados Unidos, al utilizar el 100% de sus ganancias para comprar productos locales y donarlos a bancos de alimentos y comedores de beneficencia.
La compañía fue creada por Jacquie Berglund, quién trabajó para la OCDE (Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo) antes de darse cuenta de que el verdadero cambio puede venir de proyectos más pequeños e independientes.
Originalmente, quiso crear una organización sin fines de lucro, pero por cuestiones de impuestos, Finnegans es una compañía con fines de lucro que dona todas sus ganancias a la ONG Finnegans Community Fund, también dirigida por Berglund. Desde 1997, la fundación se dedica a comprar productos saludables en granjas locales y a donarlos a organizaciones que alimentan a personas pobres o sin hogar de la región. En 2012, donó casi 90 kilos de legumbres.
La cerveza es producida por un fabricante independiente, y actualmente se comercializan dos tipos de verveza: Irish Ambar y Bonde Ale. Según su fundadora, el éxito radica en el buen sabor del producto, que es la razón principal de compra. Además, en los últimos años la cerveza artesanal se ha puesto de moda, lo mismo que el apoyo a productores locales.
Este modelo de negocio ya ha llamado la atención de otros emprendedores con conciencia social, y en Reino Unido ya existe una cerveza que dona todas sus ganancias a la lucha contra el cáncer. Lo más importante, según Berglund, es encontrar una forma de hacer que el negocio funcione y sea replicable y sustentable económicamente.