Se piensa que ya desde el antiguo Egipto, los hombres usaban vainas de lino para cuidarse de infecciones de transmisión sexual, sin embargo, fue hasta 1839 con el descubrimiento de la vulcanización del caucho que la industria de la anticoncepción comenzaría a producir el condón a gran escala. Dada su efectividad como método de planificación familiar y como barrera protectora contra enfermedades —como el VIH o la sífilis—, se ha convertido en uno de las mejores alternativas para ejercer una sexualidad sana.
Sin efectos secundarios, dado que este método no emplea hormonas, el condón es el principal aliado para evitar que se sigan propagando las ETS, pues tan solo en 2019, según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 25 personas padecían alguna. Asimismo, el preservativo, si se usa correctamente, tiene un 98% de efectividad para evitar embarazos, lo que ayuda a erradicar las cifras de abortos ilegales, violencia infantil y orfandad.
Además, aunque el condón masculino sigue siendo el más conocido y empleado, ya existen opciones femeninas. Hoy en el Día Mundial de la Anticoncepción, te presentamos estos datos de cómo usar correctamente un condón.
