El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró que las compensaciones de carbono necesitan supervisión en el país, después de que una investigación revelará que el gigante petrolero, BP Plc, pagó solo una fracción del costo actual por los créditos de carbono que generaron ejidatarios veracruzanos de Coatitila, de acuerdo con El Financiero.
En la lucha contra el cambio climático, cada vez son más las industrias que buscan limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), para ello, muchas han recurrido a compensar su huella ambiental a través de créditos de carbono. Este tipo de proyectos se crean con gran frecuencia por medio de prácticas agrícolas o forestales. En este sentido, un crédito de carbono representa una especie de permiso que adquiere una compañía para compensar sus propias emisiones GEI.
Sin embargo, sin reglas claras y transparencia sobre los bonos de carbono se podría dejar a las personas que viven en las regiones compensadoras, expuestas a la explotación, en nombre del progreso climático. Por ello, el mandatario mexicano llama a la regulación de este mercado.
Bonos de carbono en México, «una ganga»
Después de dos años de trabajo, a finales de 2021, 133 pobladores de Coatitila, una comunidad del estado de Veracruz, recibieron una remuneración de cuatro dólares por persona como parte del programa bonos de carbono que opera en otras 59 localidades.
Desde 2019, líderes de Coatitla acordaron con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en Inglés) reforestar sus bosques en propiedad comunal y mejorar la gestión forestal. A cambio, una agencia del Gobierno de Estados Unidos y el gigante petrolero BP comprarían los créditos de carbono para apoyarlos.
Gracias a este programa, BP podría conservar como inversión o vender a terceros los bonos de carbono, mientras impulsaría el desarrollo de las economías rurales y protegería los bosques en peligro de extinción en México.
AMLO: Compensaciones de carbono necesitan supervisión
A raíz de la investigación hecha por Bloomberg, AMLO —acrónimo con el que se le conoce al presidente— refirió que las compensaciones de carbono necesitan supervisión. Además de reunirse con los organismos que intervinieron en las negociaciones para solicitarles un distribución justa de los beneficios. Por su parte, el político se comprometió a implementar acciones para «regular» estos proyectos y evitar que casos así se repitan.
Lo cierto es que al pagar aproximadamente cuatro dólares, BP solo ha desembolsado 15% de lo que se ofrece por este tipo de bonos. La indagación mostró que los compradores estaban dispuestos a dar más del doble por las compensaciones, que ahora tienen un valor promedio de 12 a 16 dólares en el mercado.
Ante esto Javier Warman, director de Bosques de WRI México, aseguró que están al tanto de que este es un precio bajo. Aunque, añadió que cuando se comenzó con la iniciativa, no había demanda ni mucho tema al respecto, por lo que la decisión de aceptar «cuatro era mejor que nada».
Lo cierto es que esta clase de bonos creció el año pasado a mil millones, si bien su legitimidad aún provoca incertidumbre.
Falta de regulación en la emisión de bonos
A la falta de apoyo se une la de información a la que se enfrentan los dirigentes comunitarios. «Nadie te explica, por eso no te enteras. Te enteras hasta el final», señaló uno de ellos. Y, siguiendo con la investigación de Bloomberg, en 2021 cuando se firmó el contrato no había un precio establecido para proyectos de bonos de carbono.
El medio estima que en 2020 el costo promedio para estas compensaciones era de 5.60 dólares por tonelada y de 4.73 dólares en 2021, pero las cantidades varían mucho según geografía, tipo y calidad del proyecto.
Por su parte, ICICO, una organización sin fines lucrativos con varios planes de compensación de carbono que operan en Oaxaca, indicó que produjo un promedio de 9.75 dólares de 2019 a 2020.
El futuro es incierto, puesto que sin un precio justo sobre los créditos de carbono, se podría terminar socavando las posibilitados de la lucha climática, porque para que las compensaciones forestales funcionen, los lugareños deben ganar lo suficiente para evitar terminar talando y aperturando tierras para cultivo.
Sin duda, esta experiencia dejará un gran aprendizaje sobre el largo camino que aún falta por recorrer en México en cuanto a sustentabilidad.