El Índice de Competitividad Social (ICS) de los hombres superó al de las mujeres en todo el país, reveló el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México a través del segundo número del boletín “Indicadores de desarrollo humano y mercado laboral de mujeres y hombres”.
De acuerdo con el documento publicado ayer, la competitividad social es un concepto que mide la capacidad de una sociedad para generar el bienestar de sus miembros por medio del mercado laboral. A nivel nacional, el ICS para los hombres alcanzó un nivel de 0.3299, mientras que el de las mujeres mostró un nivel de 0.2118; es decir, la de los hombres fue 1.6 veces mayor.
El documento advierte que la desigualdad de género en el mercado laboral es una realidad del México actual y para lograr el desarrollo del país es fundamental superar estas diferencias.
Al revisar el ingreso entre ambos géneros, la disparidad en favor de la población masculina se nota en todas las escalas salariales; por ejemplo, a pesar de que sólo 7.5% de la población total ocupada recibe un ingreso de más de cinco salarios mínimos, la mayor parte de este porcentaje son hombres. Esta brecha indica que las mujeres siguen obteniendo trabajos de menor jerarquía.
El trabajo del PNUD revisó los datos para las entidades federativas del país, mismos que arrojaron la existencia de grandes brechas en el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Oaxaca y Chiapas no sólo presentan los menores niveles de IDH a nivel estatal, sino que también tienen las mayores brechas en sus municipios en favor de los hombres. En los municipios de San Martín Itunyoso y Santo Domingo Tlatayapam en Oaxaca, el IDH de los hombres fue 1.14 veces superior al de las mujeres. En Chiapas, en los municipios de San Andrés Duraznal y Santiago del Pinar, el IDH de ellos fue 1.13 veces mayor que el de ellas.
El documento concluye que debe ampliarse la participación de las mujeres en el mercado laboral. Asimismo, la expansión de las oportunidades de empleo de las mujeres debe cumplir con ciertos requisitos mínimos para asegurar la calidad en los empleos y abogar por la igualdad de condiciones laborales entre hombres y mujeres.
Fuente: El Economista.