La reputación corporativa es un bien de suma importancia para las empresas ya que es la forma en la que las personas perciben de una empresa y la opinión que se genera de ella.
Para poder construir una buena reputación corporativa, no solo hay que abarcar campañas publicitarias y las relaciones públicas, también se debe conquistar al público objetivo.
Diversos estudios afirman que la reputación corporativa puede representar entre un 20 y 30% del valor de mercado empresarial. Cabe mencionar que la reputación va más allá del enfoque de la marca; actualmente las empresas son evaluadas y juzgadas por su comportamiento y operación.
La reputación se enfoca también en la manera que las empresas tratan, construyen y mantienen las relaciones de confianza con diversos grupos de interés, así como los actores de sus cadenas de valor, empleados, consumidores y clientes.
En la opinión de Gabriel Cecchino, director de Integridad & Reputación de Governance Latam, estos diversos stakeholders tienen a disposición un amplio conjunto de herramientas que les permiten detectar casi en tiempo real si lo que hace una empresa está alineado con lo que dice que hace. Mientras más grande sea la brecha entre lo declamado y lo realizado, será mayor el riesgo reputacional.
Es por eso que los directivos deben estar al pendiente del riesgo reputacional de cada decisión, además los CEO’s deben estar a cargo de la gestión del mismo.
De esta forma, la reputación no se limitará a acciones de caracter reactivo, sino que hará un seguimiento continuo de potenciales riesgos que pueden dar lugar a un problema de reputación.
Una buena reputación en las empresas
La buena reputación empresarial redunda en amplios beneficios para las empresas ya que los inversores tienen más confianza y hasta hay un mayor acceso a reguladores y funcionarios públicos.
En situaciones de riesgo, una buena reputación es crucial ya que la empresa podrá tener un capital reputacional disponible para gastar y salir a remediar una situación.
En contraste, si se tiene una mala reputación se puede tener altos costos de recuperación por multas o sanciones, la pérdida de negocios o competititividad.
La forma de comportamiento de una empresa se relaciona directamente con la cultura colectiva de la integridad que la empresa ha construido a lo largo del tiempo desde su nacimiento.
