La sostenibilidad se ha convertido en una preocupación creciente en la sociedad moderna. Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad, persisten comportamientos que parecen contradecir esta causa. ¿Por qué las personas a veces adoptan y defienden comportamientos anti-sostenibilidad?
Para abordar esta cuestión, es importante analizar las razones subyacentes detrás de estos comportamientos. A menudo, estas conductas pueden ser atribuidas a una combinación de factores psicológicos, culturales y económicos, como lo señala Jurado Gualandris, un experto en liderazgo empresarial, en B The Change.
Crisis climática y comportamientos anti-sostenibilidad
Jurado Gualandris, un entrenador de líderes empresariales con más de 10 años de experiencia, señala que ha estado cuestionando la efectividad de la educación proporcionada a estos líderes en términos de sostenibilidad. Sus dudas se acentuaron durante un viaje de verano a Italia con su familia, donde experimentaron temperaturas extremas debido a la crisis climática que afecta la región del Mediterráneo. Este suceso les hizo reflexionar sobre cómo, a pesar de las condiciones climáticas extremas, las personas seguían actuando de manera insostenible.
El autor compara esta situación con su experiencia personal como padre. Al igual que muchos padres, el autor se ha encontrado en situaciones donde sus acciones no coinciden con sus valores y creencias fundamentales. Por ejemplo, admite haber regañado a su hija por no recoger sus juguetes, no porque su acción fuera intrínsecamente incorrecta, sino porque estaba reaccionando en función de una creencia inconsciente que tenía sobre cómo deberían comportarse los niños.
De acuerdo con él, este concepto se traduce en la idea de «modelos mentales», creencias profundamente arraigadas que influyen en la forma en que pensamos, actuamos y nos relacionamos con el mundo. La revelación del autor es que estas creencias inconscientes también pueden aplicarse a la sostenibilidad y los comportamientos insostenibles.
Entonces, en lugar de culpar a las personas por actuar de manera insostenible, el autor aboga por explorar las creencias arraigadas que impulsan estos comportamientos. La educación, la reflexión y la exposición a sistemas de creencias alternativos son estrategias que el autor sugiere para desafiar y desaprender estas creencias limitantes.
El rol de la educación empresarial
El artículo también aborda el papel de la educación empresarial en la formación de líderes y cómo puede perpetuar ciertas creencias y prácticas insostenibles. Durante décadas, las escuelas de negocios han enfocado su enseñanza en conceptos como la maximización de beneficios, la competencia desenfrenada, la eficiencia y la consideración de las personas y la naturaleza como meros insumos de producción.
En este contexto, Jurado Gualandris sugiere que es hora de cuestionar estas suposiciones y considerar enfoques más sostenibles y éticos en los negocios, y llama a la necesidad de desafiar las creencias limitantes arraigadas en nuestra cultura y sociedad, tanto en el ámbito empresarial como en nuestras vidas cotidianas.
Argumenta que vivir en piloto automático, guiados por creencias inconscientes, puede ser eficiente pero no conduce a un mundo sostenible. En cambio, se enfoca en la importancia de la reflexión, la educación y la búsqueda de alternativas para cambiar el rumbo hacia un futuro más sostenible.
Exposición a sistemas de creencias alternativos
¿Qué creencias existen en otras culturas o entornos? El autor señala que su propio entrenamiento le inculcó creencias capitalistas, comunes en Europa Occidental y América del Norte. Pero líderes de pensamiento en otras culturas, como los ancianos indígenas, pueden pensar de manera diferente sobre negocios, trabajo y recursos naturales.
Sin embargo, sugiere que al explorar sistemas de creencias alternativos, es posible adoptar una perspectiva de «Doble Visión», que nos permita apreciar tanto las fortalezas de nuestras creencias existentes como las de otras formas de pensar.
Como académico, el autor también ha estado considerando cómo el condicionamiento inconsciente puede afectar su investigación en curso sobre cadenas de suministro sostenibles y regenerativas. Los sistemas de creencias, también conocidos como modelos mentales, influyen en cómo pensamos, lo que hacemos y cómo hablamos. Estos modelos se desarrollan desde el nacimiento y son moldeados por la familia, los maestros y la sociedad.
A menudo adoptamos creencias similares a las de las personas que nos rodean para obtener seguridad y encajar en la sociedad. Aprendemos a rechazar formas de pensamiento extranjeras, incluso si esas formas de pensamiento podrían estar más alineadas con nuestro verdadero yo.
Efectos de los sistemas de creencias
Tenemos modelos mentales para casi todo, desde cómo vestirnos, conducir un automóvil, comprar, vender y producir bienes, hasta cómo interactuar con otros.
Estos modelos guían nuestras elecciones y comportamientos. Nuestras creencias inconscientes no solo afectan el comportamiento individual, sino que también dan forma a la forma en que funcionan las organizaciones y la sociedad en general.
Cuando un grupo de personas comparte los mismos modelos mentales, comienzan a actuar de manera similar. Las creencias individuales se convierten en normas compartidas, directrices, políticas y leyes.
Al respecto, el autor sugiere que los investigadores deben esforzarse por entender y analizar los «modelos mentales» o las creencias, conceptos y suposiciones compartidas que influyen en cómo las personas piensan y se comportan en relación con esos temas.
Al identificar y comprender los modelos mentales predominantes, los investigadores pueden tomar decisiones informadas y desarrollar investigaciones que aborden de manera más efectiva los desafíos y oportunidades dentro de su campo. También pueden contribuir a cambiar o mejorar las prácticas existentes al desafiar o modificar creencias y mentalidades obsoletas o ineficaces.
Modelos mentales modelan acciones de comportamientos anti-sostenibilidad
De lo contrario, se documentará comportamientos humanos y organizacionales sin comprender el mecanismo subyacente. Por ejemplo, el autor ha estado estudiando la formación de una red de empresas en Montreal comprometidas en dar nueva vida a los desperdicios de alimentos.
En esta red, las creencias compartidas sobre la prioridad de reciclar alimentos en productos para consumo humano en lugar de otros usos reflejan cómo los modelos mentales pueden moldear las acciones de las organizaciones y afectar el resultado final.
El autor encuentra útil ser más consciente de las creencias en general. Esto lo ayuda a ser más intencional en sus acciones y menos reactivo. La reflexión, la educación y la búsqueda de alternativas son fundamentales para cuestionar estas creencias y desafiar el condicionamiento que limita nuestra libertad. Nuestro futuro depende de ello.
Finalmente, según el autor, los comportamientos anti-sostenibilidad persisten y se defienden debido a que muchas veces estamos condicionados por modelos mentales arraigados en nuestras sociedades y culturas, como el enfoque en la maximización de ganancias a corto plazo y la competencia desenfrenada.
Estos modelos mentales influyen en nuestras acciones y decisiones diarias, llevándonos a actuar de manera insostenible. Para abordar este problema, es fundamental cuestionar y cambiar estos modelos mentales arraigados y promover una mayor conciencia de la sostenibilidad.