Bio-PAPPEL informó el pasado lunes que logró un acuerdo para comprar, a través de su principal accionista, a Scribe.
La adquisición está sujeta a la autorización de la Comisión Federal de Competencia Económica, que revelará su fallo en dos meses, aunque especialistas perfilan que se concretará sin problemas a pesar de la dominancia de Bio-PAPPEL.
La comunicación tanto de la empresa como de la Bolsa Mexicana de Valores ha dejado claro que la compra tiene sentido estratégico para el mayor fabricante de papel en México, que con Scribe entrará al mercado de marcas de consumo y ampliará su capacidad de comercialización y distribución.
En el tema de la sustentabilidad, ¿favorece esta adquisición?
En espera de que se formalice la transacción y Bio-PAPPEL consolide su línea de acción en responsabilidad social tras la compra de Scribe, la cual dijo que podrá compartir en noviembre próximo, lo que se sabe es que Bio-PAPPEL produce papel sin cortar árboles a través de un modelo que llama “bosque urbano”.
Ese modelo se sostiene en una gran capacidad recolectora y de reciclaje de papel, a partir de la que obtienen celulosa reciclada para fabricar papel y nuevos productos.
Esta política de fabricación, informa en su página de internet, les permite salvar 685,000 árboles adultos cada año, lo que equipara a un Bosque de Chapultepec, así como ahorrar 12.5 millones de metros cúbicos anualmente.
La empresa no sólo se dice el mayor fabricante de papel en México sino en toda América Latina así como también el más importante reciclador en el país y la región.
De acuerdo con su Informe de Sustentabilidad 2013, el año pasado recicló 1 millón 247,269 toneladas de papel y cartón y busca alcanzar 1 millón 300,000 toneladas este año; ahí también informa sus acciones en reforestación, energía, transporte y emisiones, encaminadas a reducir su impacto ambiental.
¿Y qué hay de la producción?
La empresa Scribe, dedicada a la fabricación y distribución de papel, cuenta con cinco plantas: cuatro en México y una en Colombia.
En su espacio web Scribe Sustentable indica que la totalidad de la fibra que utiliza para elaborar sus productos cumple con la norma NMMX-AA-144-SCFI-2008, del gobierno federal. Dicha norma implica que se trata de materia prima reciclada, reciclable o proveniente de bosque que se maneja de forma sustentable.
La adquisición invita a cuestionarnos si Bio-PAPPEL extenderá su política de fabricación sustentable a los procesos de producción de Scribe o, por el contrario, será Bio-PAPPEL la que tendrá que modificar el atractivo statement ambiental de ser una empresa que no corta árboles en sus procesos. ¿O estará pensando que los procesos de producción de Scribe no le impactan en tanto que la compra la hace a través de su principal accionista?
Por otro lado, debido a que la transacción pondrá a Bio-PAPPEL en el mercado de las marcas de consumo, ésta tendrá el reto de mantener la preferencia de los consumidores, buena parte de los cuales se ubicarán en el segmento joven de la población por el mercado tradicional de Scribe.
Un dato para tener en cuenta es que los jóvenes son proclives al consumo responsable, de acuerdo con lo que identifican varios estudios, como el reciente Prosumer Report, por lo que será interesante observar los esfuerzos que Bio-PAPPEL implemente en materia de green marketing y qué tanto mantienen la sana distancia con el greenwashing.
Por lo pronto, la firma de análisis Prognosis ha anticipado que la transacción “creará sinergias positivas en materia de sustentabilidad, pues es muy probable que Bio-PAPPEL integre su filosofía verde a los procesos industriales de Scribe”.
Esperamos que en noviembre próximo, Bio-PAPPEL nos pueda compartir su estrategia a seguir en responsabilidad corporativa.
Fotos tomadas de las páginas de internet de Scribe y Bio-PAPPEL.