Un cholo con las tripas de fuera y la presencia amenazante de una troca que extorsiona a los comerciantes forman parte de las vivencias de Diana Melissa Fraire, de 11 años de edad, en una de las urbes más violentas del mundo. Estas imágenes, sin embargo, desaparecen por un momento de su mente cada vez que toma clases de danza.
«Entro con miedo, y, cuando se acaba la clase, de a tiro se me olvidó todo», confiesa la niña, quien recibe, con sus compañeros de sexto año, las enseñanzas de dos bailarines en la cancha de basquetball de la primaria Leona Vicario, ubicada en el kilómetro 20 al lado del kínder que recientemente recibió una amenaza: los niños no debían salir de clases porque los iban a matar.
Hace casi tres meses, Fraire comenzó a aprender cómo mover su cuerpo en uno de los seis talleres del programa Redesearte Cultura de Paz, iniciativa promovida por el Consorcio Internacional Arte y Escuela (ConArte), bajo la dirección de la antropóloga Lucina Jiménez, en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) como parte de la estrategia del Gobierno «Todos Somos Juárez».
«Duele ver cómo es que la ciudad donde has vivido siempre, que tenía una paz relativa, ahora está desmoronándose. No le ves ni pies ni cabeza a la solución hasta que este tipo de programas (como Redesearte) llegan aquí y te dan la opción de hacer un cambio (…) El arte sana, muestra otros mundos posibles», piensa Samuel Durón, artista visual y bailarín.
ConArte lanzó una convocatoria para audicionar a los artistas locales interesados en participar en el proyecto y eligió a 62 maestros que aprendieron una metodología específica para impartir educación artística, formación en la que se involucró la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Unos 2 mil 100 juarenses, la mayoría niños y jóvenes, han recibido talleres gratuitos de canto (¡Ah, que la canción!), música (Núcleos juveniles y Ensamble Musical), teatro (Escenificarte), danza (Urbedanza) y convivencia en la diversidad, a partir del 11 de octubre, en 24 centros comunitarios en zonas de alta marginación y extrema pobreza localizadas en la periferia de una ciudad que registró más de 3 mil asesinatos relacionados con la delincuencia organizada en 2010.
En 2004, el Gobierno municipal creó 29 centros comunitarios como lugares de esparcimiento en los que se ofrecen clases de computación, deportes y programas de autoempleo para las amas de casa (corte y confección y repostería, entre otros). Con Redesearte por primera vez 24 de estos espacios cuentan con una oferta cultural consistente y simultánea, aunque no en todos se imparten los mismos talleres.
El Gobierno federal ha financiado Redesearte a través del programa Hábitat de la Sedesol, enfocado a reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas urbanas marginadas, con 6 millones de pesos en 2010, incluyendo la compra de instrumentos musicales, como saxofones, pianos y percusiones.
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Tras la puesta en marcha de Redesearte, los cambios en los niños son pequeños pero evidentes. Los 10 hermanos que acuden al centro comunitario Pánfilo Natera, por ejemplo, ya aprendieron a decir por favor y gracias.
«Cuando recién llegamos, se jaloneaban y se pegaban, ya no querían verse. Ahora ya no hay empujones, ya no se ven los manotazos (…) Es algo chico que transforma vidas», relata Sara Luz Rentería, maestra de Urbedanza.
Y es que Redesearte apuesta a la construcción de convivencia basada en valores y al carácter formativo utilizando como medio los lenguajes artísticos, según Jiménez, directora de ConArte.
Aprender a tocarse sin violentarse es uno de los cambios más comunes, por lo que hay una mayor aceptación e integración entre los alumnos de los talleres.
«Estos niños son tan vulnerables que no toleraban la cercanía física de un compañero que no sea del mismo barrio, del mismo grupo escolar o de la misma calle. Son niños que ya se pueden asir de las manos, que te saludan y platican toda su experiencia de vida», considera Carlos Torres, profesor de música.
Mientras continúa la visita por los centros comunitarios, Daniel Miranda, coordinador de ConArte en Ciudad Juárez, pide que los maestros no asistan al espacio denominado Revolución Mexicana, pues acaba de haber una ejecución en la zona y los accesos están restringidos.
«Acá estamos arriesgando la vida porque la ciudad está en una situación crítica en cuanto a la seguridad y no hay respeto para el que traiga un gafete ni para nadie», opina Torres.
El profesor de música tiene entre sus alumnos a una niña que forma parte de una familia en la que 10 de los 14 adultos que la integran han sido asesinados. Se enteró de esta experiencia mediante el taller de Escenificarte, donde se les invita a los alumnos a crear historias en las que a menudo reflejan su realidad.
Pese al peligro, el profesor está convencido de participar en Redesearte Cultura de Paz ante la necesidad tan apremiante de que el arte y la cultura sean «el motor de una nueva esperanza para la niñez» y de presentarles otro rostro que no sea el de la muerte, sino de una ciudad «llena» de gente sana con valores y buenas intenciones.
«Han venido 14 mil programas a Juárez, todos aparentemente efectivos, pero, si no tienen tintes partidistas, tienen tintes religiosos o buscan el interés personal y se caen. Le han apostado a actividades redituables, pero, en esta área de sembrar, de crear, de sensibilizar, de transformar al ser humano, (Redesearte) es la única iniciativa», añade Torres.
Rentería piensa que Juárez requiere de una sanación por medio del arte, pues otras estrategias no han funcionado en la ciudad, de la que han emigrado unas 230 mil personas en los últimos dos años a causa de la delincuencia.
«Cada vez que voy a mi casa, me topo con tres retenes. Los federales no me crean seguridad», asegura la bailarina.
Aunque el estómago les duela de hambre y anden más de una semana con la misma ropa, los niños a los que imparte el taller se van con una sonrisa, y ésa es su mayor satisfacción.
Desde el piano que toca el maestro Fernando Velázquez Hernández se escuchan las notas de una canción de John Lennon, que se ha convertido en un himno para terminar la clase de Urbedanza en la escuela Leona Vicario, donde llega el rumor de que el director está amenazado.
«Imagine all the people / living life in peace /You may say that I’m a dreamer / but I am not the only one / I hope someday you’ll join us / and the world will be as one».
Llegan a miles de juarenses
Redesearte Cultura de Paz imparte seis talleres en espacios que se localizan en la periferia de Ciudad Juárez en condiciones de alta marginación y extrema pobreza.
24 centros comunitarios imparten talleres
2 mil 100 juarenses han sido beneficiados
6 millones de pesos se invirtieron en 2010
1 Centro comunitario Kilómetro 20 (Escuela Leona Vicario)
· Beneficiarios: 339
· Actividades y horarios: Urbedanza, de lunes a jueves de 11:00 a 13:00 horas; Núcleos Juveniles (guitarra, percusión y alientos), lunes, martes y miércoles de 15:00 a 17:00 horas; Ensamble Musical, sábados de 9:00 a 12:00 horas
· Edades: 7 años en adelante
2 Centro comunitario Granjas Unidas
· Beneficiarios: 57
· Actividades y horarios: Escenificarte, de lunes a viernes de las 13:00 a las 15:00 horas; ¡Ah, que la canción!, de lunes a viernes de las 14:00 a las 16:00 horas
· Edades: 7 años en adelante
3 Centro comunitario Vista Hermosa
· Beneficiarios: 33
· Actividades y horarios: Escenificarte, de lunes a viernes de 10:00 a 12:00 horas; ¡Ah, que la canción!, de lunes a viernes de 15:00 a 18:00 horas
· Edades: 7 en adelante
Así lo dijo:
«La matanza me causa tristeza, y, cuando estoy aquí (en el Centro Comunitario), me siento seguro porque los profes son muy amigables y nos cuidan a todos».
Juan Óscar Pérez Lares, 10 años de edad.
«Hay una transformación en los niños que nunca habían tenido la posibilidad de tocar un instrumento, que nunca habían caído en la cuenta de que su cuerpo les sirve para expresarse y que ahora lo pueden hacer».
Arturo Fuentes Vélez, Delegado de la Sedesol en Chihuahua.
«Redesearte es un programa valioso para los niños y para la comunidad porque les permite integrarse a actividades en las que normalmente no participan».
Tania Álvarez, Bailarina.
«La violencia no me gusta pa’ nada. Matan mucha gente, y aquí, por unas cuantas horas, me olvido de eso. Como dice la maestra: cuerpo dispuesto».
Ángel Ramírez, 11 años de edad.
«Me emociona mucho que ConArte motive así a los niños, que son los que necesitan estos programas por la crisis tan difícil que estamos pasando. En buen momento llegaron aquí a enfocarse en la niñez».
Juanita Carmona, Coordinadora de Granjas Unidas.
«Los padres ven este programa como una terapia contra el estrés de sus hijos, para que se olviden del sufrimiento tan grande que tienen ahorita y se concentren en situaciones de provecho».
Martha Colín, Directora de Vista Hermosa.
Fuente: Reforma, Cultura, p. 15
Reportero: Julieta Riveroll.
Publicada 3 de diciembre.